“A las 5 de la madrugada desperté en un país en guerra. No digo que mi casa ardiera en llamas, que hubiera tiroteos en la calle o que mi vecino me pidiera refugio porque había un comando de infantería yendo casa por casa a la caza del disidente. No. Despertamos con un fuerte ruido a lo lejos, pudo ser una explosión, no estoy segura. El móvil echaba humo y la cara de Vladimir Putin estaba en todas las cadenas de televisión. Que sí, que finalmente ataca Ucrania… conmigo dentro. Me llamo Susana, tengo 32 años y vivo con mi marido a 20 minutos de los tanques rusos”.
“Hace tres años que llegué a Bucha, una localidad a 20 kilómetros de Kiev, procedente de Madrid. Soy profesora de español para ucranios y estoy casada con Yuri. Su nombre es ficticio a petición expresa suya. El mío es el único real en esta historia, la de mi primer día en un país en guerra”.
“Hace solo 24 horas, cuando hablé por primera vez con este periódico, la vida seguía con total normalidad en mi barrio. Todos los comercios estaban abiertos y no faltaba de nada en las baldas de los supermercados. No conozco a nadie que se haya alistado al ejército en respuesta a las llamadas del presidente Zelenski o que se haya armado hasta los dientes de cara a la que se viene encima. Como mucho, algún vecino que ha hecho algo de acopio de víveres”.
“La incertidumbre ante la constante escalada de tensión ya formaba parte de nuestro día a día. Nos habíamos acostumbrados a vivir amenazados, casi hasta el punto de pensar que esto no llegaría a suceder. Al final, da igual cuantas advertencias recibas, algo así siempre te pilla por sorpresa. 24 horas después, vivo sin saber qué pasará mañana. Todavía hay tiendas abiertas con estantes llenos, pero esta mañana las carreteras de mi ciudad se han colapsado. Muchísima gente ha emprendido la huida”.
“En Kiev la cosa está mucho peor, según me comentan mis conocidos. Las estaciones de trenes y de autobús están a reventar de gente. Las principales autopistas, plagadas de coches. Y nosotros aquí seguimos, sin saber qué hacer. ¿Nos volvemos a España? ¿Nos vamos a una parte más occidental de Ucrania? ¿Nos quedamos aquí con la esperanza de que el conflicto pase sin tocar Bucha?”
Han tomado Chernóbil
En Ucrania hay unos 350 españoles censados en la misma situación que Susana, cuyo relato está basado íntegramente en lo que ella ha relatado a este peródico en varias llamadas de teléfono entre el miércoles y el jueves. En cada llamada la situación era distinta. En la primera, había tensión pero paz. En la segunda, guerra y desconocimiento. En el último intercambio de mensajes por WhatsApp, verdadero miedo.
Fuentes de la Policia Nacional aseguran a este periódico que los nueve GEO desplegados en la embajada española ya están evacuando a españoles residentes en Ucrania. "Quedarían unos 250 [ciudadanos españoles] por salir", aseguran estas fuentes.
Mientras tanto, las tropas de Putin avanzan a pasos agigantados por todo el país en lo que ya supone el mayor ataque por tierra en suelo europeo desde la II Guerra Mundial. El ataque ha comenzado minutos después de que el presidente ruso anunciase una “operación militar especial” en la región del Donbás. Eran las 5 de la madrugada (hora ucraniana), las seis en Rusia.
La ofensiva ha empezado desde Crimea hacia Odessa, en el sur del país. Se han registrado fuertes explosiones en las regiones de Sloviansk, Kramatorsk, Járkov e incluso Kiev, la capital. Al cierre de esta edición, el ejército Ruso ha tomado Chernóbil, según ha anunciado el presidente ucranio Volodímir Zelenski. Están a 35 kilómetros de la capital.
Según los servicios de emergencia de Ucrania, el ataque ya ha alcanzado 10 oblasts (provincias) de las 24 que tiene su mapa. Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso asegura estar usando “armas de alta precisión” para inutilizar la infraestructura militar del país vecino. Mientras tanto, la población de Ucrania vive bajo el estado de emergencia, con el espacio aéreo cerrado y con toque de queda para la ciudadanía desde las 22 horas.
¿Un convoy mañana?
“Mi familia vive en Madrid y desde que comenzara todo esto estoy en contacto constante con ellos. Yuri y yo no tenemos hijos, pero sí una gata que ahora me mira con ojos curiosos. No entiende lo que pasa, pero sabe que algo está pasando. Los animales, al igual que nosotros, sufren la incertidumbre, con la dificultad añadida de que no tienen fácil hallar explicación a los cambios”.
“Si mañana hiciéramos las maletas, cerráramos la casa y nos montásemos en un convoy Kiev, ella no entendería nada. Tendría que resignarse y aceptar que ahora vive en otro sitio, y mañana en otro… y así sucesivamente hasta quién sabe cuándo… Hasta que tuviera otro lugar que considerar su hogar. Nuevas macetas que tirar, nuevas paredes que arañar”.
“El convoy a Kiev no es un ejemplo aleatorio. A las 12 me han llamado de la embajada española y me han dicho que lo mejor es que hoy nos quedemos en Bucha, ya que no estamos cerca de los enfrentamientos y el riesgo es bajo. Pero quizás mañana un convoy nos lleve a Kiev para después abandonar finalmente Ucrania. Quizás, posiblemente, a lo mejor… La guerra trae de todo menos certezas”.
“La llamada con la embajada ha tenido lugar en casa de mis suegros, donde nos hemos reunido con mi familia política (mis cuñados y mis sobrinos) para ver qué hacemos. Están muy asustados y tensos, Jaime. Intentamos calmarnos y distraernos como podemos, pero se hace muy difícil”.
Un centenar de muertos
La OTAN ya ha avisado de que no instalará tropas en territorio ucranio y, por tanto, que no habrá un enfrentamiento directo con Rusia. Si finalmente Ucrania cae -como todo indica que ocurrirá-, Rusia pasará a tener frontera con seis países de la OTAN en vez de solo dos (ya tenía con Estonia y Letonia).
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comparecido en rueda de prensa este jueves y ha condenado enérgicamente el ataque. "Putin ha rechazado todos los esfuerzos de buena fe que EE UU y nuestros socios hemos hecho para afrontar nuestras preocupaciones mutuas de seguridad a través del diálogo para evitar un conflicto innecesario y el sufrimiento. Durante semanas llevamos avisando de que esto podía pasar y ahora esto está ocurriendo tal y como habíamos predicho".
Mientras tanto, los enfrentamientos no solo se viven en territorio ucranio, también en Rusia la tensión ha llegado a las calles. Miles de personas se han manifestado en Moscú y San Petersburgo -ciudad natal de Putin- en condena por esta nueva guerra. Al menos 700 personas han sido detenidas este jueves solo en Moscú.
Las cifras de víctimas mortales todavía son confusas. Ucrania ha confirmado al menos 40 soldados muertos y un reducido número de víctimas civiles en los bombardeos. Asimismo, se habla de 50 soldados rusos muertos. En total, las bajas oficiales rondan el centenar, de nuevo, al cierre de esta edición.
“Son las seis y media de la tarde. En Bucha se respira una calma tensa. Hemos oído que hay tropas en Chernóbil, pero por aquí sigue todo más o menos en calma. Estamos bien, pero tengo miedo, Jaime. No estoy ahora en condiciones de hablar”.
—Ánimo, seguro que todo saldrá bien y dentro de nada estás tomando cañas a orillas del Manzanares.
—Ojalá…