Javier, el hermano conspiranoico y comunista de José Couso que le compra el discurso a Putin
Es el hermano del cámara de Telecinco que murió en Irak en 2003 bajo el fuego de un tanque estadounidense y fue europarlamentario entre 2014 y 2019.
16 marzo, 2022 04:00Noticias relacionadas
La muerte de José Couso en Irak fue el desencadenante de que su hermano Javier se metiera en política. El cámara de Telecinco murió en abril de 2003 cuando un tanque estadounidense disparó al hotel donde se alojaba. 11 años después, tras la explosión del 15M y el renacimiento de la izquierda en España, Javier Couso llegó al Parlamento Europeo como diputado de Izquierda Unida.
La aventura política de Couso hace años que llegó a su fin, pero su activismo y lucha sigue presente en muchos foros de la izquierda. Esta semana ha lanzado una serie de mensajes en Twitter muy controvertidos y que bien podrían considerarse conspiranoicos. “Cada vez hay más evidencias de la existencia de un programa militar biológico ucraniano dirigido por EEUU”, dijo en la red social.
“La constatación por parte de la inteligencia rusa de las ambiciones militares nucleares y biológicas ucranias podría ser el detonante de la intervención militar a gran escala a la que estamos asistiendo”, afirmó Couso.
1/7 Cada vez hay más evidencias de la existencia de un programa militar biológico ucraniano dirigido por EEUU.
— Javier Couso (@Caninator) March 13, 2022
Parece que no toda la estructura política estadounidense sabía de él, como demuestra la discusión que lo corroboró entre la rusófoba Nuland y el ultra Marcos Rubio
Este periódico ha podido contactar con Couso, que se encuentra actualmente dando una serie de coloquios en Cuba. Preguntado por estos tuits, asegura que no se ha “posicionado”. “Simplemente he contado fuentes que creo que los medios de comunicación no están contando. A mí me enseñaron que había que analizar las cosas con todas las fuentes, no con una sola como está haciendo el pseudoperiodismo español actualmente”.
“He hablado de que hay indicios. Ahora se sabe porque lo ha dicho [la subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de los Estados Unidos] Victoria Nuland en una conversación con el senador Marco Rubio. Y el Pentágono está asesorando el programa biológico. Yo no he dicho que se estén desarrollando armas biológicas, pero si está el Pentágono, evidentemente, quiere decir que el programa biológico de Ucrania tiene implicaciones militares”.
Técnicamente, lo que dijo Nuland es que Ucrania tiene “instalaciones de investigación biológica”, algo totalmente normal. Es más, aunque realmente Ucrania hubiese desarrollado armas biológicas, no sería el único país en el mundo. Sin ir más lejos, Rusia y Estados Unidos declararon poseer este tipo de armamento. Asimismo, no hay ninguna prueba de que Estados Unidos esté detrás del desarrollo de armas químicas en Ucrania, como asegura Couso.
Ukraine has "biological research facilities," says Undersecretary of State Victoria Nuland, when asked by Sen Rubio if Ukraine has biological or chemical weapons, and says she's worried Russia may get them. But she says she's 100% sure if there's a biological attack, it's Russia. pic.twitter.com/uo3dHDMfAS
— Glenn Greenwald (@ggreenwald) March 8, 2022
Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, la tesis de las armas biológicas financiadas por Washington recorre las redes. La teoría ha logrado una repercusión más amplia después de que el propio Kremlin comenzara a difundirla. Asimismo, el Ministerio de Defensa ruso aseveró que en estos centros se realizaron experimentos con "muestras de coronavirus de murciélagos" y se llevó a cabo un proyecto para "estudiar la transferencia de patógenos por parte de las aves silvestres que migran entre Ucrania y Rusia".
En realidad, estas afirmaciones carecen de fundamento, ya que los documentos aportados por Moscú no demuestran que Ucrania desarrollara armas biológicas, como han explcado varios expertos a la agencia EFE, y las publicaciones que apuntan a estos supuestos tampoco aportan pruebas fehacientes.
“La guerra siempre es una mala noticia. Lo que pasa es que después de estar en el Parlamento Europeo y analizar todas las campañas de rusofobia y la no-construcción de una seguridad común en Europa que incluya a Rusia, preveía que podía pasar esto después de 2014. No lo decía yo solo. Analistas estadounidenses preveían que si la OTAN se ampliaba y se utilizaba a Ucrania, iba a ver una respuesta rusa”.
Como suele ser habitual en la izquierda -y cada vez en más espectros políticos- Couso rechaza fervientemente la OTAN: “Nunca he creído en el vínculo atlántico. Yo participé en la movilización de nuestro país contra la OTAN y creo en una alternativa de seguridad europea independiente de los Estados Unidos. Me parece que es poner nuestras capacidades militares al servicio de los intereses geopolíticos estadounidenses. Europa necesita una autonomía estratégica”.
“La guerra nunca es una buena cosa. Lo que sí entiendo son los espacios de seguridad. Mira cuando se pusieron los misiles nucleares en Cuba”. Couso se refiere a la crisis de los misiles de 1962, cuando la Unión Soviética, gobernada por Nikita Jruschov, quiso llevar hasta la isla caribeña cabezas nucleares que podían alcanzar suelo estadounidense. Estados Unidos, bajo el mando de Kennedy, impuso un bloqueo marítimo a la isla y los misiles nunca se terminaron de instalar, acabando así con el episodio más tenso de la Guerra Fría.
Este episodio ha sido rememorado por numerosos expertos como analogía de lo que ocurre actualmente entre Rusia y Ucrania. Aunque, de momento, nadie ha planteado que la OTAN ponga cabezas nucleares en Ucrania, la pertenencia del país a la alianza atlántica es una amenaza que Putin no está dispuesto a tolerar tan cerca de sus fronteras.
El grupo anarquista
Couso proviene de una familia de militares y con un fuerte ideario de izquierdas. En su juventud fue el batería de la banda de punk anarquista Sin Dios, que logró cosechar un importante éxito fuera de los circuitos comerciales o convencionales. La banda estuvo activa entre 1988 y 2006, y llegó a publicar ocho discos de estudio.
La banda tenía un marcado carácter libertario y en sus conciertos siempre exhibía la bandera rojinegra, símbolo del anarcosindicalismo y del sindicato español Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
El trío llegó a tocar en Japón y en Sudamérica, siempre de una manera autogestionada, sin sello discográfico, ni registrar sus canciones y con los álbumes y conciertos a “precios populares”. “La época de tocar por todo el mundo fue muy divertida. Fue una experiencia vital impresionante”. recurda Couso.
—¿Siendo Sin Dios tan anarquista, incluso anarcosindicalista, como acabaste afiliado a Izquierda Unida?
—Bueno, la gente evoluciona y cambia su forma de pensar. Yo era un enamorado de lo que había significado el anarcosindicalismo en España, pero siempre estuve cercano al tema autónomo, que bebe también del marxismo antiautoritario. Y uno va evolucionando. Cuando sufrimos aquella crisis y el 15M, una figura que me impactó mucho fue Julio Anguita. Además, la CNT en los años 20 y 30 no era igual que el anarquismo español actual. Ahí sí había un proyecto de sociedad por los sindicatos y actualmente no lo hay. Tuve una evolución clara. Además, después de la muerte de mi hermano, aprendí que hay que estar en todos los espacios y que la representación política bien llevada puede ser una opción maravillosa. O sea, que fui libertario de joven pero ya no lo soy.
Así pues, Couso cambió los conciertos en casas okupas durante su juventud, por el Parlamento Europeo en 2014, donde estuvo hasta 2019 (en su última etapa, de forma independiente). Durante su tiempo parlamentario, perteneció a numerosas comisiones como la Delegación para las Relaciones con Irak, la Delegación para las Relaciones con la Asamblea Parlamentaria de la OTAN o la Subcomisión de Seguridad y Defensa, entre otras.
“Conozco Irak y Siria en guerra. Sé cómo suenan los morteros y los disparos”, explica. “A mí no me gusta la guerra y he estado, tanto por cuestiones profesionales como personales por el asesinato de mi hermano. Fuimos a Siria con una misión parlamentaria intentando abrir espacios de interlocución. Fuimos a Irak varias veces con el tema de mi hermano”.
Cuando acabó su andadura parlamentaria en Bruselas, Couso fue una de las pocas voces que recriminó a Pablo Iglesias la compra de su chalé y hacerse rico a costa de la política. “Yo no me he hecho millonario para comprarme una casa de 250 metros cuadrados con piscina. Ahora he tenido que vender mi piso para poder subsistir, porque no encuentro trabajo. Me tengo que buscar la vida”, declaró en 2021 en una entrevista en FurorTV. “Yo era amigo de Pablo Iglesias pero ahora veo que es un oportunista. Cuando estás al frente de un partido tienes que ser intachable de puertas para adentro, ¿qué temas económicos le sacaron a Julio Anguita? Ninguno”.
Actualmente, Couso trabaja como realizador audiovisual: “Lo que pasa es que trabajo fuera, no en España”. Actualmente, se encuentra en Cuba en un coloquio internacional por el 130 aniversario del periódico que fundó José Martí, Patria. ¿Ha pasado Couso de ondear la causa libertaria a defender un régimen autoritario? “No soy autoritario, soy socialista. Siempre he defendido la revolución cubana, que no considero un régimen autoritario. Eso es lo que dice la prensa occidental”.
Pese a simpatizar con el régimen comunista de la isla, Couso asegura que el modelo cubano no es necesariamente el que quiere para España. “No defiendo la adhesión inquebrantable al sistema político de Cuba. No es mi afirmación. Es el respeto a otros sistemas políticos diferentes”, matiza.