Murcia

Johan sabía que su conciencia estaba manchada por la sangre de Claudia: la joven, de 17 años, que le aguantó como novio tóxico y que cuando decidió poner fin a la relación, se llevó 57 puñaladas por castigo. Los remordimientos que tenía Johan eran como una losa de 57 kilos y la mejor prueba de ello son las diligencias de investigación de la Guardia Civil, donde se recoge que este adolescente, de 19 años, realizó una confesión espontánea a los agentes tras ser detenido. Su contenido pone los pelos de punta por la salvajada de argumento que empleó para justificar lo injustificable: "La he matado, he matado a Claudia porque juega a dos bandos, y lo he hecho con un arma punzante".

El 10 de febrero, Johan volvió a confesar este crimen machista, pero esta vez, en los juzgados de Totana, cuando prestó declaración en calidad de investigado por la muerte de Claudia: una menor de edad, que era pura alegría, y cuya pérdida desoló a sus familiares y amigos del instituto totanero Juan de la Cierva. EL ESPAÑOL ha accedido al vídeo del interrogatorio al que fue sometido en sede judicial, y donde este adolescente que transmitía una apariencia de chico formal, estudioso y tranquilo, gracias a sus características ‘gafapasta’, se muestra como el verdadero monstruo que fue capaz de quitarle la vida a su exnovia tras quedar con ella el martes 8 de febrero con la excusa de devolverle unas cosas.

- La magistrada Cristina Naranjo Jimenez: ¿Usted reconoce haberle quitado la vida a Claudia Abigail Sigüenza Angamarca?

- Johan: Me declaro culpable.

- Magistrada: Bien. ¿Qué relación tenía usted con esta señora?

- Johan: Fuimos novios desde noviembre de 2020 hasta diciembre de 2021.

- Magistrada: ¿Habían dejado la relación hace unos meses?

- Johan: No, lo que pasa es que me dejaba, luego volvíamos, lo dejábamos, volvíamos, por temas y cosas así.

- Magistrada: Cuando ocurre esto, ¿ustedes ya habían roto la relación?

- Johan: Lo que ocurre es que hace dos jueves habíamos vuelto, estaba todo bien, todo claro, y se puede ver en mensajes que estábamos bien, hasta que el domingo quedó con su amiga y con su amigo. No sé que pasó ahí, obviamente, no me dijo 'te dejo', pero me pidió su tiempo. Durante una semana le fui dejando su tiempo y tal.

- Magistrada: Entonces, ¿para qué quedaron ustedes el martes?

- Johan: El martes se suponía que habíamos quedado para darnos nuestras cosas. Ella, mi chaqueta, y yo unas pertenencias que tenía en mi casa.

Aquel martes 8 de febrero, a las 16.20 horas, se citaron en el portal número 7 de la avenida de la Rambla de la Santa. En este edificio de pisos residía Johan y era el lugar al que tantas veces había acudido la joven pareja cuando hacía pellas en el instituto, con el objetivo de mantener encuentros románticos en el trastero número 14 del mencionado bloque. Claudia acudió engañada a recoger sus pertenencias y acabó siendo cosida a puñaladas por su exnovio. Tanto es así, que los padres de la menor han recurrido al prestigioso penalista Raúl Pardo-Geijo, para ejercer la acusación particular y reclamar para Johan un delito de asesinato, con alevosía y ensañamiento, con la agravante de género.

"Mi madre me dijo que mi deshiciera de las cosas de ella y no había mejor sitio que dejarlas allí: en el trastero", tal y como prosigue Johan en su declaración. El adolescente no muestra una sola emoción ni se derrumba, a pesar de que está relatando todo lo que acontenció en el brutal apuñalamiento de su expareja y a sus 19 años se encuentra esposado, custodiado por dos guardias civiles, mientras es interrogado por la magistrada. Este joven, argumenta con frialdad, problemas metales como supuesta coartada para este crimen machista que le puede llevar a pasar los próximos 25 años a la sombra.

Declaración de Johan tras matar a Claudia

- Magistrada: ¿Por qué van al trastero?

- Johan: ¿Tengo libertad para contar lo que sea?

- Magistrada: Sí, claro. Cuente lo que tenga que contar.

- Johan: Vale. Hace unos meses, por el verano, o hace cosa de un año, yo siempre tenía como una voz que me decía que tenía que matar, o simplemente, que tenía que hacerle mucho daño a alguien. El verano pasado me vi ansioso, muy nervioso, no se me pasaba, y ese pensamiento se lo conté [a Claudia]. En mensajes no nos lo contamos, porque yo le dije que esos pensamientos se los quería contar en la terraza, cuando ella y yo estuviésemos solos. Era como una voz que tenía en mi cabeza.

- Magistrada: ¿Qué le decía esa voz?

- Johan: No sé cómo decirlo. Era como una voz que me decía cosas del tipo: 'Que lo matase, para que me dejara en paz'. Y también era esa sensación de saber cómo matar y tener esa experiencia de la primera vez.

- Magistrada: ¿Usted tenía una voz que le hacía querer tener la experiencia de matar?

- Johan: Saber lo que era, simplemente. Se lo conté a Claudia, porque ella estaba muy nerviosa, se lo dije, quiero contártelo porque eres la persona con quien más confianza tengo y no se lo iba a contar a mi madre (...). Se lo conté en verano. Le dije: 'No te rías, si te preocupas, lo siento, pero me has dicho que te lo cuente y tengo ese pensamiento y esa voz de que quiero saber lo que es matar'. Me puse nervioso, y en ese momento, pensé que ella a lo mejor se iba a asustar, pero al contrario, ella, simplemente, se echó a reír y me preguntó: '¿Solo era eso?' Yo le contesté que no sabía si esto era algo normal.

Cuando ella sonrió, pensé que era algo normal. Le pregunté a Claudia: '¿No te parecería mal que matase?' Y ella respondió: 'Me opondría a que lo hicieras, incluso mejor si lo haces por dinero: el dinero es dinero'. Pensé que a lo mejor era algo normal sentir eso. Entonces, empezamos a dejar la relación y siempre tuve esa vocecilla de querer saber. A veces no me dejaba en paz, sufría ansiedad, pero podía con ese pensamiento. Luchaba constantemente con ese pensamiento [experimentar la sensación de matar].

La historia de Instagram

El entorno de amistades de Claudia le aconsejaba a la menor dejar a su novio, Johan, porque era celoso y controlador. De hecho, en su declaración, el adolescente admite que siempre estaban con idas y venidas: el 24 de diciembre de 2021, rompieron la relación, y el 1 de enero de 2022, volvieron. "Entendía porqué me dejaba, pero obviamente, luchaba por ella, y el jueves pasado volvimos, incluso hicimos un test de embarazo y todo fue bien. Ella regresó conmigo porque quiso, pero el domingo quedó con sus amigos y me dijo eso". Otra vez rompieron porque Claudia quería su espacio: estaba harta de que su chico le prohibiese salir, ver a su pandilla...

Una amiga de la menor llegó a decirle a Johan que dejase en paz a su amiga y durante la semana siguiente a ese encontronazo, este adolescente 'gafapasta' se centró en estudiar las asignaturas de primero de Bachiller. También se dedicó a plasmar en un bloc de notas lo que sentía por Claudia: "Me desahogué totalmente porque dije, 'la quiero', y deseo despedirme de ella bien". Esos sentimientos los difundió en sus 'stories' de Instagram. Tal publicación se produjo el lunes, 24 horas antes de apuñalar a Claudia, un dato importante en la investigación a la vista de que Johan admite que ese día se enteró de que su exnovia estaba ilusionada por otro joven. 

"Ella me llamó y me dijo que borrara esa historia porque estaba conociendo a otro chico, eso me vino de sopetón, no reaccioné mal, pero en ese momento empecé a preguntarle porqué me había dejado, solo quería saber eso: un día estamos bien y a los tres días, queda con sus amigos, y estamos mal. Solo le pregunté eso. Y cuando vi cómo me iba tratando, la voz esta, ya me llamó demasiado, era como si la tuviera en mi cabeza, y me decía que tenía que hacerlo", relata el joven, en un testimonio donde remarca, una y otra vez, su supuesto estado de perturbación mental.

Declaración de Johan tras matar a Claudia

- Magistrada: ¿Usted cuando quedó con ella el martes ya tenía la intención o el pensamiento de matarla?

- Johan: No era una intención, no sé cómo expresarlo, es como otro 'yo' que estaba dentro de mí, diciéndome: 'Mira todo el daño que te ha hecho, mira todo lo que te está diciendo'.

- Magistrada: Ya sea usted o ese pensamiento, cuando usted se citó ese día con Claudia, ¿sabía que la iba a matar?

- Johan: Saberlo, no. Yo no iba con la intención, tenía ese pensamiento desde el lunes, quería quitármelo como fuera, incluso me tomé orfidal para calmarme y todo. Esa noche no puede parar, era como una voz que no me dejaba dormir. A cada rato se me venía a la cabeza, no paraba, no pude dormir, mi madre me ayudó, me quitó la ansiedad. En mi mente, lo único que sí tenía claro era que ya no quería vivir. Me decía a mí mismo: 'Este finde o este martes, yo ya no quiero vivir'.

- Magistrada: Me interesa más el día en que pasó todo. Vamos a retomarlo. Usted cuando queda con Claudia, a las cuatro de la tarde del martes 8 de febrero, y le devuelve las cosas: ¿No tenía intención de matarla?

- Johan: Obviamente, ahora que pienso, no debería de haberlo hecho así, pero llevé el arma en el bolsillo. Yo pensaba: 'No vas a poder, voy a controlarme'. Llevé el cuchillo para demostrarme que esa voz no podía conmigo. Como se puede ver en los mensajes, yo solo tenía la intención de darle sus cosas [a Claudia] y despedirme 'a lo bien'.

- Magistrada: Vamos a ver. Usted cuando queda con esta chica para devolverle las cosas, en principio, no tenía la intención [de matar], pero el arma sí la llevó cuando bajó [al portal]. Entonces, ¿por qué esa intención de meterse el arma en el bolsillo?

- Johan: ¿Cómo decirlo? No es porque yo, en ese momento, dijese: 'Hoy, te mato, y hoy tal'. Era como una voz por dentro que tenía y simplemente dije: 'Este es el mayor dolor que tengo en mi vida y no creo que una voz, o el otro yo que tengo dentro, que pueda hacerlo, simplemente me voy a controlar, y voy a ver que no va a pasar nada'.

- Magistrada: Usted le entrega unas pertenencias que tiene en el portal. ¿En qué momento bajan al garaje y por qué motivo?

- Johan: Por lo que le digo. Para demostrarme que no iba a poder hacerlo [matar a Claudia]. Iba a darle sus cosas porque estaban en una bolsa que había guardado en el trastero porque en mi habitación no había sitio.

- Magistrada: ¿Qué es lo que pasa cuando entran al trastero?

Johan: Empezamos a buscar. Yo estaba con una actitud normal y le dije: 'Vamos a despedirnos a lo bien'. Incluso, en mi cabeza tenía la idea de irnos a la terraza y recordar que allí empezamos como mejores amigos, hacíamos nuestras tonterías, y nunca nos íbamos a imaginar que separaríamos nuestras vidas literalmente. Ella iba a coger sus cosas y de repente, se acercó a mi oído y empezó a decir que me merecía todo el daño. Entonces, la voz y quien tenía dentro, me apartó de mí mismo, cogí el cuchillo y yo quedé en un segundo plano: ya no me acuerdo más.

- Magistrada: ¿Dónde le dio la primera puñalada?

- Johan: No me acuerdo. Solo recuerdo cómo mi mano lo hizo y escuché: ¡Qué haces!

- Magistrada: ¿Sabe usted que Claudia tiene 57 puñaladas?

- Johan: No lo sé.

El bello cuerpo de Claudia, de 17 años, fue mancillado con la hoja de treinta centímetros de un cuchillo que le atravesó en repetidas ocasiones la espalda, el cuello, los glúteos, incluso le desfiguró la cara. Tales lesiones, según las diligencias a las que ha accedido EL ESPAÑOL, ponen de manifiesto el sadismo con el que actuó Johan y que la Policía Judicial deja patente en su informe fotográfico: "Se aprecia cierta deformación en el rostro debido a las laceraciones sufridas por lo que parece ser un arma blanca. Se marcan con flechas de color azul, las marcas de laceraciones producidas por arma blanca por el ensañamiento infringido por el autor de los hechos".

Un bombero abriendo la puerta del trastero número 14 donde yacía el cuerpo sin vida de Claudia.

- Magistrada: Cuando le dio las puñaladas en el glúteo: ¿ella ya estaba muerta?

- Johan: Ya estaba muerta (...).

- Magistrada: ¿Usted toma conciencia en algún momento de que ella está fallecida y sigue dándole puñaladas?

- Johan: No. Cuando lo vi no sabía qué hacer. Simplemente, limpié todo y me quedé como si estuviera en coma. No sabía qué decir, qué hacer, ni cómo reaccionar.

- Magistrada: El motivo por el que usted le quita la vida a Claudia es porque le ha dejado o por ese pensamiento raro que usted tiene. ¿Cuál es?

- Johan: Por el pensamiento. Obviamente, yo aceptaba que ella ya no iba a volver a mí, incluso tenía motivación por aprender a tocar el piano y seguir con mi vida.

- Magistrada: Cuando usted toma conciencia de que Claudia ya ha fallecido, ¿cuáles fueron los pasos que usted siguió?

Johan: Intenté matarme.

No lo hizo porque solo tuvo agallas para esconder el cuchillo en un canalón de la azotea del bloque y luego bajó a su piso a limpiarse la sangre. Después, se puso la chaqueta que le había devuelto Claudia, cogió su teléfono móvil, sus auriculares, y se marchó a ver a una amiga como si tal cosa. A las nueve de la noche de ese truculento martes 8 de febrero, Johan regresó a su casa, y se sentó a cenar con su madre, como si no hubiera perpetrado aquel crimen machista, como si el cuerpo de la risueña Claudia no yaciera en el trastero número 14 sobre un charco de sangre.

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