Probamos las torrijas de Javier, las mejores de Madrid para Semana Santa: 6,50 € la unidad

Lo de Javier Cocheteux empieza a ser de escándalo. Da igual si se habla del padre o del hijo –ambos con el mismo nombre– y da igual de cuál de sus productos se escriba. Los dos, a la cabeza del obrador Pan.Delirio, se están acostumbrando a los éxitos. A estar en la cresta de la ola. Prueba de ello es que en menos de cinco años de trayectoria en el sector, estos panaderos y reposteros han elaborado el mejor roscón artesano de la Comunidad, el mejor pan y, este lunes, su torrija ha sido declarada la mejor de toda la autonomía en el concurso anual sobre el postre más tradicional de la Semana Santa. Su precio: 26 euros el kilo (6,50 la unidad de 250 gramos).

Si bien es cierto que tanto Javier Cocheteux padre como hijo competían en la final de la categoría de torrijas tradicionales –la otra correspondía a las de innovación–, no es menos cierto que, quizá, el éxito de los panaderos es muy meritorio. ¿Por qué? “Porque, en el fondo, todos los comensales tenemos la referencia del sabor de las torrijas que nos podían hacer nuestras madres o nuestras abuelas. Por ello, es muy difícil ganar en la categoría de tradicional”, ha dicho una de las personas presentes en el concurso organizado por la Asociación de Cocineros y Reposteros de Madrid (ACYRE).

Pero una cosa marca de Pan.Delirio y que escapa a la tradicional receta de las torrijas es su manera de elaboración. Éstas han sido elaboradas en el horno en vez de ser fritas, el método histórico de cocinado del dulce. Pese a ello, EL ESPAÑOL las ha podido saborear y, ya les digo, no se notaba ni un ápice que eran de horno en el sabor, de lo que se puede deducir que son más saludables que las fritas. Pero volvamos a lo importante. A lo que subyace en la elaboración de las exitosas torrijas de Pan.Delirio, que se ha alzado con la victoria frente a otras cinco finalistas.

“Nuestra receta tiene una parte muy importante de nuestra filosofía: el reaprovechamiento de alimentos, en este caso con el roscón que se endurece”, ha explicado Javier Cocheteaux hijo antes de que su padre revele los demás secretos del postre. “El truco es batir el huevo a punto de nieve con un chorrito de AOVE, de forma que aplicamos los componentes que lleva la torrija cuando la rebozas y la fríes. Primero hacemos una capa creando una especie de crepe que horneamos y, encima, ponemos las torrijas a las que volvemos a recubrir de huevo y volvemos a hornear para crear una película que no deja salir la leche infusionada. Espolvoreamos el azúcar con la canela y está lista”, ha añadido.

Para probarlas, los consumidores madrileños podrán acudir a comprarlas en los locales de Pan.Delirio, situados en el número 21 de la calle de Juan Bravo 21, en El Corte Inglés de Castellana, en el número 8 de la calle del Profesor Waksman y en el número 7 de la calle Naranjo, todos en Madrid. El precio del kilogramo de esta deliciosa torrija es de 26 euros. “Es un precio que consideramos justo, porque hay clientes que la quieren de 250 gramos y otros de 300, así que pensamos que cada uno pague por lo que compra. Por ello, no tenemos precio cerrado”, ha explicado a este diario Javier Cocheteux hijo. En otras palabras, la torrija de 250 gramos, un tamaño aceptable, le costaría al consumidor 6,50 euros.

Su historia de éxito

Ni Javier Cocheteux padre ni hijo se habían dedicado nunca al mundo de la gastronomía, sino que se trataba sólo de “una afición” que cultivaban en casa. Javier Cocheteux padre (Madrid, 1956) era empresario, pero los caminos de la vida le llevaron al obrador. “Trabajé para empresas dedicadas a temas de salud e insumos hospitalarios en América Latina durante 29 años, pero siempre quise abrir un negocio dedicado, principalmente, a los roscones de Reyes”, reconoce a este periódico después de que el jurado le haya colgado la medalla de oro a su torrija.

Un sueño que compartía con su hijo Javier Cocheteux (Madrid, 1981), que hasta hace cinco años trabajaba como director de marketing de una empresa. Pero esa espina repostera que atravesaba los anhelos de los actuales propietarios de Pan.Delirio fue el germen de su negocio. “Así que hace cuatro años y medio, aproximadamente, decidimos dar un golpe sobre la mesa y abrimos un obrador. La idea era especializarnos en roscones de Reyes, que era nuestra ilusión, pero se trataba de un postre de temporada, así que no podíamos dedicarnos sólo a él”, reconoce el padre de familia.

Por ahí empezaron. Por hacer un roscón de Reyes de categoría. Algo que reconoció el jurado del concurso al Mejor Roscón Artesano de la Comunidad de Madrid de 2020, que le otorgó el primer premio. El mismo que ha revalidado este lunes con sus torrijas. Y es que parece que en el obrador ya no sólo tendrán largas colas durante la temporada navideña, sino que en Semana Santa se espera que el nuevo producto de temporada premiado gane adeptos.

La buena salud del negocio, de hecho, ha incidido en el crecimiento exponencial de Pan.Delirio durante sus casi cinco años de historia. Comenzaron con sólo cuatro empleados, pero ahora ya hay 48 personas bajo las órdenes de los Javier Cocheteux.

Las mejores de innovación

Pese a la flamante victoria de la panadería Pan.Delirio en el certamen organizado por la ACYRE, en la otra categoría, la de torrijas innovadoras, han sido Ana Martín y Laura Martínez, reposteras de los espacios de John Torres, las vencedoras del concurso. En este caso, la receta escapa a todo lo que el consumidor medio puede esperar de una torrija. En eso consiste, en romper con la tradición. En darle una vuelta de tuerca al postre.

De ahí que en este caso ambas reposteras hayan presentado su torrija reinterpretada. Le han añadido un cremoso de curry y una espuma de leche de coco. Y, como curiosidad, viene con una pipeta de leche de coco para que los comensales puedan inyectar al gusto, según prefieran más empapada o más seca su torrija.

Da igual si el consumidor prefiere una versión más tradicional, como la de los Javier Cocheteux, o una más original, como la de Ana Martín y Laura Martínez, lo que está claro es que ambas ya cuentan con un gran reconocimiento. Y no lo han tenido fácil, ya que ambas torrijas han competido y ganado a otras 38 de toda la Comunidad de Madrid.

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