"Estos líderes de opinión te motivarán a soñar en grande y te enseñarán algunas lecciones cruciales para tener éxito en los negocios a través de sus contenidos en LinkedIn", sostuvo la prestigiosa revista Entrepreneur sobre su ranking sobre los 20 mayores influencers de habla hispana de esta red social. Uno de ellos es el español David Díaz Rubisco, natural de Burgos, quien detalla a este periódico que son tres las claves para que la red social LinkedIn sea una herramienta útil a la hora de encontrar empleo o mejorar laboralmente.
Para triunfar en LinkedIn como plataforma de empleo, explica, "hay tres pilares". El primero es la imagen, el segundo los contenidos, y el tercero la red de contactos. Leído así parece fácil: rellenar y listo. Pero no lo es en absoluto.
Además de recomendar un banner propio, que esté trabajado "bien con una frase con un fondo o con lo que sea", este primer pilar "es lo más difícil de todo: supone explicar cómo es uno mismo, y desde luego que funcione o no, no tiene nada que ver con la herramienta", subraya David Díaz a EL ESPAÑOL.
Supone definir "en qué somos buenos y qué imagen queremos lanzar". La pregunta clave que hay que hacerse es "por qué merece la pena trabajar, no contar en qué trabajas o en qué quieres trabajar". Para definirlo bien, indica, lo mejor es preguntar a los demás para abordarse a uno mismo de la manera más objetiva posible.
Demostrar, no mostrar
Aquí, incide, "no vale con mostrar. Hay que demostrar con datos y con hechos". Si la experiencia profesional que se tiene es nacional o internacional, qué presupuestos se han manejado, si se ha logrado crecer... El error del usuario a la hora enfocar LinkedIn es "que hay que enseñar a quien te ve qué es lo que puedes hacer tú por él", y no al revés.
El segundo pilar son los contenidos. Tienen que estar relacionados con el sector profesional al que se pertenece. "Desde cómo se hace una puerta fría a cómo trabajar en recursos humanos, compartir indicadores o encuestas, contar tu trabajo diario, experiencias... Pueden ser fotos, enlaces o textos, pero en resumen, tienes que compartir lo que haces, y siempre en positivo".
El tercer y último factor es hacer crecer la red de contactos. Hagan caso: David Díaz Rubisco tiene casi 30.500 seguidores. "Lo mejor es filtrar por temas y publicaciones. Si en LinkedIn pones 'mejillones', te saldrá todo lo que hay publicado sobre mejillones". A partir de ahí, hay que interactuar invitando a contactar.
Ponerse en valor
"El mayor problema que tenemos es que poca gente sabe en qué se es bueno, y los que lo saben, les cuesta contarlo. Nos cuesta ponernos en valor", aunque eso sí, "no hay que mentir". Y otra constante es "que no se habla de los errores, porque el éxito es lo que vende, y el fracaso lo escondemos. Y se nos olvida que de los errores se aprende, y que lo normal es fracasar. Lo normal es que no estés con la misma pareja toda la vida. Esto es lo normal, y en la vida nadie quiere hablar de lo normal".
David lo sabe bien porque él mismo pasó de lo más alto, a lo más bajo, y de nuevo, a lo más alto. Licenciado en empresariales, pasó de trabajar por cuenta ajena a fundar una empresa que llegó a facturar casi 11,7 millones de euros. Un año y medio después acabó quebrando. "Lo perdí todo, incluida la autoestima", cuenta a EL ESPAÑOL.
Nuevamente tocó partir de cero. Era el año 2015 y para entonces se apoyó en LinkedIn para conseguir clientes. Al principio le ocurrió como a todos: que sus primeras publicaciones tenían "50 o 100 visualizaciones, pero nada se cumplía" en cuanto a lograr trabajo o clientes. A los seis meses consiguió "un cliente grande" para impartir formación a sus empleados.
Desde entonces ha escrito cuatro libros. El primero de ellos, 'Lecciones de una quiebra', y los otros tres sobre LinkedIn. También se dedica a impartir formaciones individuales, orientaciones de marcas, formaciones a empresas para vender más y a talleres en LinkedIn para estudiantes.
Superman y la kriptonita
En algunas de sus charlas motivacionales no olvida hablar del fracaso... con una camiseta de Superman. Porque David cuenta su experiencia, en la que llegó un momento en el que se creyó Superman "pero cuento también el viaje del fracaso, porque en la historia de Superman también hay kriptonita".
¿El karma? "No existe, o al menos, yo no creo en él. Hay que ser buenos por salud mental, pero nunca por pensar que la vida nos va a devolver nada". Por eso, el líder de opinión advierte que "hay que desmitificar el éxito", y que por eso, precisamente, hay un excelente ejemplo en el ámbito profesional, en el que "hay puestos de trabajo que no se corresponden con la valía".
Sus hijos "saben que yo he quebrado, y que ha habido momentos en los que no ha habido ni para el cine ni para el helado. Y eso ha sido así porque yo he hecho las cosas mal". Cuando salen las cosas mal hay algo que no se ha hecho bien. "Me ha costado mucho tiempo hablar en primera persona, y es algo que he asumido". David subraya que "es muy cómodo educar en que todo va a ir bien", en lugar de en el fracaso, "y que los Reyes Magos te traen regalos tanto si te portas bien como si te portas mal". La vida, ultima, "es real, y eso significa que a veces no es justa".