Millones de españoles aprovechan la Semana Santa para desconectar. Por ello, el Miércoles Santo es uno de los días del año más transcurridos en las carreteras. Las familias intentan escapar de los problemas cotidianos y el agobio del trabajo buscando buen tiempo y tranquilidad. Sin embargo, llegados a este punto es habitual que se presente la duda de qué hacer con las mascotas y la Dirección General de Tráfico ha advertido de lo que debe evitarse.
Según sus directrices, quien decida llevarse a la mascota de viaje tendrá que hacerlo cumpliendo una serie de requisitos o podrá ser multado. Aunque la Ley de Tráfico y Seguridad Vial no tiene ningún artículo específico donde se explique cómo deben ir las mascotas, sí avisa de que no colocarla como es debido podrá suponer una infracción del artículo 18.1.
Dicho artículo está dedicado a especificar "otras obligaciones del conductor". Allí se expresa claramente que "el conductor de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de los ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía".
Así, la usual forma de llevar a la mascota consistente en colocarla sobre una manta cubreasientos y el cinturón podría no ser suficiente si condiciona la libertad de movimientos o la atención necesaria para una correcta y segura conducción. La multa que puede imponer la Guardia Civil en caso de detectar la falta de tipo leve será de 80 euros.
En cambio, llevar al animal dentro del vehículo con un separador garantiza que no molestará al conductor. Además, el animal no puede viajar suelto. Existen distintas alternativas en lo que respecta a sistemas de sujeción de mascotas. Una opción son los arneses de uno o dos anclajes, trasportines para el suelo o el maletero, o rejillas rígidas para llevar a tu perro en el maletero.
En caso de que el animal viaje suelto en el asiento del conductor la falta ya no sería leve y podría sancionarse con una multa mucho más cuantiosa: entre 200 y 500 euros.