Tres círculos de seguridad, José Andrés y dos fosas en Borodyanka: así fue el viaje de Sánchez a Kiev

La idea surgió de Pedro Sánchez, pero era complicada. Reunirse con el chef José Andrés no debería suponer un problema para ningún presidente del Gobierno, pero la cosa se complica si es en el extranjero. Más si es en un país en guerra. El operativo de su viaje a Kiev, coordinado junto a varios líderes europeos, ha movilizado desde España a una veintena de policías de élite y otros tantos acompañantes de la más estricta confianza. Todo se programó en el más absoluto secreto.

En principio, la primera delegación española en pisar la guerra de Ucrania tenía un objetivo muy concreto: juntar a Sánchez con Volodimir Zelenski y anunciar un nuevo envío de armamento a Kiev, pero nada es tan sencillo. La Moncloa programó un dispositivo de tres anillos para garantizar la seguridad del presidente antes, durante y después de la llegada. El primero de ellos, según ha podido saber EL ESPAÑOL de fuentes policiales, era una decena de policías del Grupo Especial de Operaciones (GEO) que llevaba “varios días” en la capital para asegurar el aterrizaje.

En segundo plano, concretan las mismas fuentes, acompañaron a Sánchez otros ocho agentes de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES) y sus escoltas personales, que forman parte del GOAC (Grupo Operativo y Contravigilancias). En total, una veintena de policías de élite para proteger a la delegación. De todos ellos, se espera que una unidad especializada en zonas de conflicto permanezca en Kiev para asegurar la reapertura y protección de la embajada de España. Miembros de esta misma brigada ya fueron movilizados para la evacuación de los miembros de la Embajada al comienzo de la guerra.

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Las mismas fuentes policiales criticaban, en conversación con EL ESPAÑOL, “la imprudencia de anunciar con antelación la visita”, o que habría puesto “en riesgo la operación de los compañeros para asegurarla”.

Borodyanka, la llegada

Pisó Ucrania por primera vez a las 8.32 horas de este jueves. Fue en tren, en un trayecto de diez horas, desde Polonia, y Sánchez bajó primero. Detrás, le acompañaba una comitiva de 20 personas entre las que se encontraban el propio presidente, un par de asesores internacionales, cinco miembros del equipo de comunicación, un equipo de sanitarios y una pareja encargada de protocolo. Junto a ellos viajaba la primera ministra de Dinamarca, la socialdemócrata Mette Frederiksen. El primer destino estaba claro: la ciudad de Borodyanka, símbolo de la masacre rusa.

Una población tranquila, de menos 13.000 habitantes, con escaso interés estratégico y sin ninguna base ni centro militar que la justificara como objetivo. Dio igual. Ahora está devastada, pero el horror no cesa. Horas antes de la llegada de Sánchez, los vecinos de la ciudad se encontraron dos nuevas fosas comunes repletas de ciudadanos ucranianos acribillados por los rusos. Algunos de ellos, con signos de tortura.

"Conmovido al comprobar en las calles de Borodyanka el horror y las atrocidades de la guerra de Putin. No dejaremos solo al pueblo ucraniano", ha escrito Sánchez en su cuenta de Twitter, donde ha compartido imágenes de él junto a Frederiksen recorriendo las calles de la ciudad entre escombros y edificios derrumbados. Más de 1.000 cadáveres de civiles se encuentran actualmente en la morgue de la región de Kiev.

El chef José Andrés y Pedro Sánchez. E.E.

El chef José Andrés

Otra de las visitas de Sánchez fue a José Andrés, el cocinero asturiano que se encuentra en la capital ucraniana prestando ayuda humanitaria con su ONG "World Central Kitchen". El chef, que lleva en Kiev desde que empezó la guerra y fue uno de los ponentes estrella del Wake Up, Spain!, viajó a Ucrania al principio de la guerra para proveer de alimentos a los que no pudieron escapar del conflicto bélico.

Sánchez ya contactó el pasado domingo con José Andrés para desear una “pronta recuperación” a los miembros de su ONG heridos en un bombardeo contra su restaurante en la ciudad ucraniana de Járkov, que mató a una persona no afiliada con la organización. Cuatro participantes en la misión de la asistencia humanitaria resultaron heridos como consecuencia del ataque.

El propio chef lamentó la "matanza" provocada por el bombardeo en un mensaje publicado en su cuenta de Twitter. "Los ataques rusos contra edificios civiles, mercados, iglesias, etcétera, deben terminar", señaló, tras pedir al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y al líder de la oposición del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, una respuesta "bipartidista" contra la guerra.