La vida de Pablo Díaz un año después: en qué se ha gastado los 1.828.000 euros que ganó en Pasapalabra
En julio se cumple el aniversario de su gran victoria en el concurso de televisión. Habla con EL ESPAÑOL para contar a qué ha dedicado su vida.
22 mayo, 2022 02:53Noticias relacionadas
Ha pasado casi un año, pero la vida de Pablo Díaz apenas ha cambiado, excepto porque su cuenta corriente engordó de una manera significativa en julio de 2021. El músico, que se apuntó a Pasapalabra por recomendación de su abuela, necesitó 260 programas para llevarse el bote del concurso con 1.828.000 euros.
Pablo le cuenta a EL ESPAÑOL en qué ha invertido ese dinero durante estos 365 días, repartido entre un colchón económico familiar, independizarse de sus padres comprándose un piso, haciendo un máster de violín en Amsterdam o permitiéndose algún capricho, como una Nintendo Switch, que utiliza para hacer sus directos en Twitch jugando al Super Mario Bros.
Tampoco podía faltar un repaso a sus rivales más significativos en el concurso de Antena 3 como Nacho Mangut, Luis de la Lama, Marta Terrasa o Javier Dávila, que, junto a él, formaron parte de la selección española que nos representó en el Mundial de Pasapalabra disputado en Chile, donde se congregaron los mejores participantes de habla hispana procedentes de los países donde se emite el concurso.
- ¿En qué ha gastado el dinero del premio?
- Lo principal ha sido venirme a vivir a Madrid, comprarme una casa e independizarme. A mi edad (25 años) hoy en día es algo que, por desgracia, es impensable para la mayoría de jóvenes a menos que ganes el bote de Pasapalabra, así que me considero muy afortunado. He hecho también un máster en Amsterdam sobre violín. El resto lo tengo ahorrado como colchón para un futuro y para tener la tranquilidad de poder seguir estudiando los próximos años sin vivir con una preocupación económica constante.
- ¿Podríamos decir que el piso en el que vive es lo más caro que ha comprado con el bote de Pasapalabra?
- Sí, diría que lo más caro y prácticamente lo único. No soy en absoluto una persona de grandes gastos y lujos, nada derrochador. Es verdad que me he dado también algún pequeño capricho como un viaje o dos consolas Nintendo, una Switch y la 64, porque me gustan mucho los videojuegos y hago streams en Twitch con juegos de Super Mario. Lo que no me he comprado, y eso que es mi pasión, es ningún instrumento musical porque estoy muy contento con mi viejo violín, a pesar de los años que tiene lo tengo hecho a mí y no lo cambio.
- ¿Con el regalo del premio ha hecho algún regalo especial a un familiar o ser querido?
- A mis padres les he hecho el mejor regalo que les podía hacer que es independizarme y que no tengan que aguantarme más en casa. Ahora en serio, creo que a mis padres les he quitado una gran preocupación de encima con el tema al tener un buen colchón económico propio y que ellos no tengan que estar pendientes en ese aspecto. Es una gran tranquilidad.
- ¿Qué porcentaje del premio se quedó Hacienda?
- No lo sé exactamente porque todavía no he entregado mi declaración de la Renta, pero, en teoría, en la Comunidad de Madrid se quedan con un 43,5% del premio, así, a ojo, calculo que se quedarán con unos 900.000€. Los concursos computan para Hacienda como un ejercicio fiscal más, es decir, como si eso fuera lo que has cobrado ese año en un sueldo y te aplican el tipo de retención correspondiente a tu tramo de ingreso. Si ganas un premio, pongamos de 3.000€, te quitan poco, pero si ganas uno de 1.828.000, como en mi caso, pues te quitan mucho.
La suma de 2017
Aunque fue su primera vez en la edición de Pasapalabra en Antena 3, Pablo ya había participado anteriormente en dos ocasiones cuando el concurso se emitía en Telecinco, concretamente en 2017, donde estuvo 47 programas y se llevó más de 40.000 euros, y cuando participó en un especial en 2018.
- Previamente a su participación en el concurso, ¿veía el programa desde casa y concursaba desde su sofá?
- Si, claro. Lo veía todas las tardes con mi abuela y como acertaba muchas preguntas, fue ella la que me animó a presentarme al concurso la primera vez.
- ¿Cómo le cambió su dinámica diaria al entrar a concursar en Pasapalabra?
- Me cambió radicalmente. Durante el concurso, mi vida era básicamente estudiar y estudiar todo el día unas nueve o diez horas. A veces era un poco estresante porque yo estaba haciendo un máster a la vez, pero me encanta estudiar y aprender, así que todo el conocimiento adquirido me lo llevo para siempre conmigo. Desde pequeño he tenido siempre mucha curiosidad por todo, mis padres han sido los que me inculcaron la pasión por aprender, por cuestionarme las cosas y por estudiar por voluntad propia, no por obligación. Para ganar un bote de Pasapalabra tienes que estudiar muchísimas horas, entonces más vale que te guste hacerlo si quieres concursar en el programa.
Siempre me motivaba pensando: ‘Si no gano el bote, por lo menos habré aprendido muchísimas cosas’. También conocí a mucha gente. He acabado haciendo grandes amigos, como mis rivales/compañeros, con los que sigo manteniendo contacto. Ha sido una experiencia muy bonita.
- ¿Sueña con El Rosco o con alguna pregunta del programa?
- Al principio sí, ahora ya lo veo un poco más lejano, pero recuerdo casi todas las preguntas de ese Rosco, creo que las recordaré toda la vida.
- ¿La gente le reconoce por la calle?
- Ya menos, porque al final la gente te reconoce cuando estás saliendo por la tele todas las tardes, luego se olvidan de ti rápido. El año pasado me reconocían continuamente ahora ya vivo más tranquilo. Me imagino que a Orestes le estará pasando ahora lo mismo.
- ¿A qué tuvo que renunciar para concursar en Pasapalabra?
- Durante la emisión no tenía apenas tiempo libre así que renuncié a casi todo, pero como sabes que es algo transitorio pues tampoco pasa nada. El esfuerzo ha dado su fruto, así que no me arrepiento en absoluto. ¡Solo faltaba!
Vuelta en el programa 500
El canario volvió a Pasapalabra en una entrega especial para celebrar los 500 programas. En él se enfrentó a la otra ganadora del bote en Antena 3, Sofía, a la que venció en El Rosco, llevándose otros 1.200 euros de premio. Pero es que de esas quinientas entregas, Pablo participó en 260, más de la mitad, todo un logro para un concursante.
- ¿Cómo fue su vuelta a Pasapalabra para celebrar el programa 500 y enfrentarse a Sofía?
- La vuelta me gustó mucho, fue muy emotivo y Sofía es una grandísima concursante a la que le tengo muchísimo respeto. Conseguí hacer un acierto más que ella, pero a este nivel, ganar o no ganar es básicamente una cuestión de suerte dependiendo las preguntas que te toquen.
También fui al mundial de Pasapalabra internacional, pero me eliminaron en la primera ronda. En Chile se les ocurrió hacer un mundial del programa llamando a concursar a los ganadores de los diferentes países de habla hispana en los que se emite el programa.
- Qué da más miedo, ¿enfrentarse a La Silla Azul o al Rosco?
- La Silla Azul sin duda, da mucho miedo. En El Rosco puedes fallar, pero en La Silla Azul, si te equivocas, te vas a casa y tienes que estar muy rápido a la hora de responder. Yo soy una persona que juega lento, que le da muchas vueltas a las respuestas, así que lo pasaba muy mal en La Silla Azul.
- ¿Cómo me definiría a sus rivales míticos durante el programa: Nacho, Luis, Marta y Javier?
- Son muy diferentes entre ellos, pero con los cuatro he disfrutado de la gozada que supone enfrentarte a alguien que entiende el programa muy bien y que no te ve como un enemigo sino como a un compañero porque, al final, con el que realmente compites es contra El Rosco. Pasas mucho tiempo junto a esa persona, que es tu contrincante y acaba surgiendo una relación, una amistad, eso se pudo ver claramente con Jaime y Orestes cuando eliminaron al primero y el burgalés le despidió entre lágrimas.
Lo bueno que tiene Pasapalabra es que, cuando surge un concursante que destaca tantísimo, como Jaime, por ejemplo, y no se lleva el bote, normalmente hacen programas especiales al cabo del tiempo, vuelven a concursar y a tener otra oportunidad.
- ¿Cómo ve a Orestes? ¿Tiene posibilidades de llevarse el bote?
- Por supuesto que sí. Orestes tiene un perfil muy diferente al mío, yo soy de estudiar y machacar, pero es que él, además de eso, es una persona muy culta de base. Sabe muchísimo de muchas cosas, sorprendente para lo joven que es. Basta con que un día se le junten varias preguntas que domine para que el bote sea suyo, lo tiene en la punta de los dedos, cada programa que pasa lo veo más probable.
De profesión, concursante
Los espectadores se sorprenden en ocasiones cuando ven participar en un concurso a una persona y, a los meses, le vuelven a ver jugar en otro, y en otro… pero es muy complicado ganarse la vida como concursante, aunque algunos lo intentan. ¡Boom! (Antena 3) es uno de los ejemplos donde algunos de los mejores participantes de Saber y Ganar (La 2) han unido sus fuerzas en el programa de Juanra Bonet para intentar llevarse el bote, como hicieron Los Lobos o Los Libérrimos, entre otros.
- ¿Cree que se puede vivir de los concursos?
- No lo recomendaría como medio de vida, no es una opción segura, como hacer una oposición, porque dependes mucho de la suerte. Yo he tenido una inmensa fortuna porque me he llevado un bote y, además, uno muy alto, pero es la excepción y no la norma. Luego está el tiempo y la dedicación que hay detrás de participar en un concurso como Pasapalabra, no es ir allí con tu cultura y conocimientos y ya, es estudiar muchísimas horas al día para tener alguna posibilidad de llevarte el bote, es dedicarte a ello en exclusiva y tener mucha capacidad de esfuerzo y sacrificio. Es muy divertido verlo desde casa y te puedes llevar un dinero concursando, pero no como medio de vida para jubilarte.
Animo a la gente a concursar, pero no pensando que con eso ya va a dejar de tener que trabajar para siempre, que tengan un plan B porque puede salir muy mal. Mis cuatro principales rivales en el concurso eran gente brillante que no se llevaron ningún bote, todos ellos son igual de buenos o mejores que Sofía o yo, que al final fuimos los que sí ganamos, pero por una cuestión únicamente de suerte.
- ¿Le gustaría participar en algún concurso de los que se emiten actualmente en televisión?
De momento no creo, con Pasapalabra me saturé bastante de concursos, no obstante, eso no significa que a lo mejor en un tiempo me anime otra vez. Por el momento no.