El hombre entró en el polideportivo y llegó a la pista. Al verlo, las niñas, de entre 14 y 15 años, comenzaron a cuchichear y a darse codazos entre ellas. Lo hacían con inocencia, sorprendidas, porque les sonaba la cara del nuevo entrenador. Mucho no, muchísimo. Días después, cuando disputaron el primer encuentro, un par de padres del equipo rival no pudieron contenerse ni un minuto y se acercaron a Fran, el padre de Emma, una de las jugadoras. Los dos preguntaron incrédulos: "Pero ¿las está entrenando el vicepresidente de la Junta de Andalucía de verdad?".
Antes de su llegada, el entrenamiento, de cuatro horas semanales, venía basándose en jugar. En pasarse la pelota como cuadrara. El cambio fue inmediato: porque Juan Marín (Sanlúcar de Barrameda, 1962), líder de Cs de Andalucía y vicepresidente de la Junta, en lugar de ponerlas a jugar un partidillo, como solían, las desbarató desde el principio. Comenzó enseñándoles técnica mientras evaluaba las potencialidades y debilidades de cada jugadora. Las desbarató para luego armarlas. Los tres toques, mejorados con técnica: recibo, coloco, preparo.
Desde hace seis meses en su apretadísima agenda, Juan Marín tiene reservadas las tardes de los martes y los jueves para entrenar desinteresadamente a ese equipo de niñas adolescentes que aquel primer día se pegaban codazos en el Polideportivo Municipal de Mairena del Aljarafe (Sevilla).
La historia da para una película apta para todos los públicos: un equipo de chicas, sin autoestima y perdedor, que con la llegada de un nuevo entrenador comienza al poco tiempo a cambiar, a mejorar, y a ganar algún que otro partido porque han empezado a creer en ellas mismas.
El carné de entrenador profesional lo tiene Juan Marín desde hace muchísimos años. Lo usó cuando era empresario, y lo guardó en un cajón al dedicarse a la política. Resulta paradójico que sea, precisamente, entrenador de voleibol, un deporte en el que lo importante es el bloqueo: justo lo contrario de lo que ha favorecido como vicepresidente en la Junta de Andalucía.
Es el líder de un partido, Cs en Andalucía, que también ha sido el único de España en mantener unas buenas relaciones con el PP, hasta el punto de que, tras decretar Juanma Moreno la disolución del Parlamento andaluz para convocar elecciones, los consejeros de Ciudadanos no han sido cesados. Andalucía ha sido un dique de contención frente a las rupturas traumáticas de otras regiones. En ella se han pactado, desbloqueado y sacado adelante numerosos proyectos.
Los números
En Andalucía, además, es el lugar en el que los liberales de Inés Arrimadas se juegan su supervivencia. El tablero queda como sigue: un PP despojado de sus siglas porque Juanma ya es una marca; un Juan Espadas que soporta el lastre de la gestión anterior del PSOE; una izquierda dispersa, y la incógnita Olona, tras anularse su empadronamiento, y si será o no la candidata de un Vox en auge. Entretanto, los barómetros indican que el partido naranja podría perder su posición de llave de gobierno.
El próximo 19 de junio el ya candidato de Cs se enfrentará a las urnas con las encuestas auspiciando una fuerte caída. Pasaría de 21 diputados a 1-3, según las encuestas, lo que impediría que formasen grupo parlamentario. El resultado óptimo, para mantener el mismo pacto de Gobierno y para Cs, sería obtener 5 diputados.
Juan Marín no cree en esos malos augurios en absoluto. Recuerda las encuestas anteriores, que iban a la baja y finalmente sacaron 21 parlamentarios. Los sondeos no siempre aciertan, como contará a EL ESPAÑOL en una tarde previa al entrenamiento de las niñas en Mairena del Aljarafe. Hace un calor sofocante. Marín se pide un té helado y se sienta.
-¿Este partido lo van a ganar?
-Yo estoy convencido de que vamos a seguir gobernando. Yo sí lo veo. Las encuestas están cambiando. Esta mañana mismo lo comentaba con Elías (Bendodo). A mí las campañas me ponen mucho y me divierten. Voy contento, Inés (Arrimadas) se ha enganchado y precisamente viene este lunes, otra vez, pero a un desayuno. Creo que vamos a tener grupo parlamentario y que vamos a superar esos sondeos que dicen lo contrario. El 19 de junio vamos a sorprender. Cs va a ser determinante para que Andalucía siga creciendo, y los andaluces lo saben.
El dirigente naranja tiene una agenda de locos. "No hay día que no trabaje las 16 horas", afirma. Se levanta a las 5:45 horas y se acuesta al filo de las 11 de la noche. El vicepresidente de la Junta de Andalucía, ahora en funciones, lleva las consejerías de Turismo, Transparencia y Regeneración, Justicia, Memoria Democrática y Administración Local. Además, simultanea su labor con la del partido, tanto en Andalucía como miembro de la ejecutiva nacional.
Esta semana irá a Granada, a Almería, volverá a Granada otra vez… En estos tres años y medio la Mercedes Vito con la que él y su equipo de la Junta se recorren Andalucía ha sobrepasado los 450.000 kilómetros repartidos entre las 8 provincias andaluzas. "Siempre viajamos en furgoneta, y si hay que coger un avión, siempre en Turista", explica.
A su madre, Pepa, de 92 años, la vio el pasado domingo en su pueblo, Sanlúcar de Barrameda, al que va cuando puede. "Llevaba dos semanas sin verla". Marín tiene dos hijos, Juan, de 24 años, y Jaime, de 23. Con orgullo, destaca que el primero estudia INEF y el segundo, trabaja en Rota. Los dos han pasado por la universidad tras optar por un ciclo medio y un ciclo superior de Formación Profesional.
-Se acordará usted mucho de Javier Imbroda... (consejero de Educación por Ciudadanos, recientemente fallecido)
-Yo, mucho. Le echo mucho de menos. En Andalucía hay 90 especialidades más de Formación Profesional gracias a él.
Además de la macroconsejería de Juan Marín, y la de Educación y Deportes, Ciudadanos ha gestionado las carteras de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, con Rocío Ruiz; Economía, Innovación y Universidad, con Rogelio Velasco, y Empleo y Emprendimiento, con Rocío Blanco.
Los primeros días
Marín echa la vista atrás y rememora los primeros días del gobierno del cambio. Tanto él como Juanma Moreno "teníamos muy claro desde el principio que la presidencia era para él". Se dividieron las negociaciones. El primer objetivo fue constituir la Mesa del Parlamento. "Yo le dije que los apoyos de Vox eran para él". Marín negoció con Antonio Maíllo (IU) y Teresa Rodríguez, en una reunión en la Estación de Jerez de la Frontera que quedó plasmada en una foto que les tomaron sin que lo supieran.
Luego, con sus socios de Gobierno "hicimos un listado de 96 asuntos para ejecutar en los primeros 100 días frente a la Junta. Administrativamente, se podían hacer 21. Los cumplimos en 92 días". La tarifa plana joven, la supresión del impuesto de Sucesiones, las auditorías de la administración paralela, la Comisión de investigación de la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (FAFFE)...
Al poco llegó la listeriosis, y la crisis del virus del Nilo en Coria del Río. Y de repente, la mayor crisis sanitaria mundial en forma de pandemia. "Tuvimos muy claro que había que compatibilizar la actividad económica con la sanitaria", indica. Y poner en marcha medidas de choque para los autónomos en los primeros días del confinamiento. "Dimos 52 millones de euros para todos los autónomos andaluces. Eran 300 euros, la cuota de un mes".
El gaditano destaca que la pandemia "hizo que todos tuviéramos más piel. Porque nos dábamos cuenta de que los negocios estaban cerrados, que la gente lo estaba pasando mal. Por eso nosotros estábamos trabajando, sin mirar el reloj". Eso sin contar con el ámbito de gestión sanitaria, "buscando mascarillas donde podíamos, porque el Gobierno nos confiscó las que teníamos por decreto, en el centro logístico de Antequera". Marín agradece el apoyo de empresarios "como Amancio Ortega, Paco, el de Cosentino, o Miguel Rodríguez, de Lotus Festina". Todos ellos "con contactos en China" vitales para gestionar la compra material sanitario.
En Andalucía, explica, no se paró. "Trabajamos en varias modificaciones administrativas, para estar listos cuando todo pasara. Ahí acertamos. Reformas fiscales, ayudas directas, la robotización de las ayudas... fue un movimiento estratégico". Todo ello supuso que después Andalucía estuviera mejor preparada que otras comunidades autónomas, y se ha traducido en los datos de crecimiento económico.
-¿Mejoraría o cambiaría algo de esta legislatura?
-No sería un vicepresidente con cinco consejerías. El presidente es el presidente, y el vicepresidente debe ser el vicepresidente, para ser un gobierno al 50%. Esta estructura fue la que decidió Ciudadanos desde Madrid, quizá por desconocer lo grande que es Andalucía
(Marín sin nombrarla, se refiere a la Consejería de Turismo, una enormidad teniendo en cuenta la extensión geográfica andaluza)
-¿Y qué carteras le habría gustado llevar?
-Sanidad Pública, porque era un reto por cómo estaba. También Justicia, o Educación y Deportes.
Marín es consciente de que las buenas relaciones que mantiene con sus socios de Gobierno son algo inédito en política. Es consciente de que él es muy querido también en las filas populares. Nombra a Juanma Moreno, a Elías Bendodo, a Jesús Aguirre, a Carmen Crespo...
"La gente buena no vende. Y hay gente que se vende sin hacer nada. Lo normal es lo que todos deberíamos hacer". La clave de que sean ejemplo de buenas relaciones es "que priorizamos la situación de Andalucía por encima de todo, obviando la crispación de España, y que tanto Juanma como yo somos muy normales".
La crispación
Sobre la política española, el dirigente andaluz es tajante: "A Pedro Sánchez hay que echarlo ya. Está dando una imagen de España de país de pandereta, con el escándalo del CNI, los datos de crecimiento económico, los últimos en PIB europeo... La inflación ha subido, pero en otros países además de inflación hay crecimiento económico".
Los datos "son los que son: objetivos". Y los compara con los de Andalucía, donde por primera vez la tasa de paro se sitúa en un histórico 19,78%. "Aquí estamos generando convergencia con el PIB nacional", subraya.
"España" -considera Juan Marín- "ha perdido la confianza como país, porque a nivel político lo que hay es incertidumbre. No respetan nada. Sánchez está haciendo un daño incalculable".
-¿Qué le dice Albert Rivera?
-Es un amigo de los que más quiero. No suelo hablar mucho con él de política. Ahora está dando conferencias. Abandonó porque estuvo sometido a una presión muy fuerte durante 15 años. Él ve el panorama complicado actualmente. Para el centro liberal, cuando es un espacio muy necesario. En España no estamos preparados para ese espacio todavía. En Francia está Macron, que ha funcionado. Y en Alemania, los liberales desaparecieron, y ahora tiene la llave del Gobierno.
-¿Qué cree que ha podido pasar?
-Los de izquierda y los de derecha gobiernan para la izquierda y para la derecha, y los de centro, para todos. Y eso es difícil de explicar y de entender.
Al entrenamiento
"Antes me iba a correr al Parque de María Luisa. Pero ahora entreno con las niñas los martes y los jueves, además del partidillo de los fines de semana. Soy muy feliz haciendo esto, y cuando por lo que sea no puedo venir, lo paso fatal. El voleibol ha sido mi vida durante 25 años", cuenta el líder naranja mientras se levanta de la mesa.
La historia de cómo todo un vicepresidente de la Junta de Andalucía comenzó a entrenar a un modesto equipo de voley arranca en diciembre. Fue poco antes de encontrarse en el proceso de separación de su mujer en el que está inmerso actualmente. La entrenadora del equipo se dio de baja por una operación, y las chicas se quedaron sin entrenador. Y Fran, el escolta de Juan Marín, es el padre de una de las niñas.
-Juan, las niñas se han quedado sin entrenador. ¿Tú serías capaz de entrenarlas?
-Yo sí. ¿Qué días tienen de entrenamiento?
"Lo cierto es que mi hija, al menos, no congeniaba con la entrenadora", cuenta a este periódico Rosa, la madre de Aurora, una de las jugadoras. "A Juan lo conocíamos de la tele, y claro, cuando llegó, nos preguntamos que este hombre cómo iba a entrenar a las niñas".
Ahora "le decimos que pase lo que pase con las elecciones, que no se puede ir. Es muy humano, es muy cariñoso, se pone en su papel, las mira bien, las motiva… tiene una calidad humana impresionante" cuanta la mujer mientras su marido, a su lado, asiente instantes antes de entrar al pabellón. Los resultados, en lo deportivo, se están viendo ya: han comenzado a ganar partidos.
Aurora, el primer día con el nuevo entrenador, no fue a jugar. "Ya había tirado la toalla y no quería jugar más" después de cinco años en el equipo. Luego se enteraría de que tenían nuevo preparador y desde entonces, no ha faltado un día."Aunque pierdan, ellas disfrutan. Él les ha enseñado a que disfruten jugando y que nunca hay que enfadarse. Es que han mejorado incluso en lo personal", subraya Rosa.
Gestionar personas
-Señor Marín, ¿en qué se parece entrenar un equipo a ser vicepresidente de la Junta de Andalucía, con varias consejerías?
-Al final gestionas personas. Y tienes que valorar sentimientos, cualidades y habilidades para exigirles en función de lo que puedan responderte, para sacar una agenda, una ley, o un informe. Es como un ajedrez: tiene que estar cada pieza en su sitio del tablero. Y hay que ser capaz de motivar a la gente para que esté al pie del cañón.
A las puertas del Polideportivo Municipal, las niñas del equipo saludan efusivamente a su entrenador. El cariño es mutuo. Esbozan sonrisas, bromean, chocan los puños, se ríen.
-¿Vosotras habéis notado un antes y un después con él?
-Siiiií. - responden gritando a la vez, como el equipo que es.
EL ESPAÑOL no puede acceder al Polideportivo Municipal: el Ayuntamiento, gobernado por el PSOE, ha denegado el permiso de entrada, así que las fotos tienen que hacerse fuera del recinto deportivo.
A sus 59 años, dice Marín que "yo entreno con ellas. Les gusta el ataque y la defensa conmigo. Aunque la verdad es que me pegan una paliza", admite riendo. Las conoce perfectamente a todas. "María no pegaba, es muy tímida. Ya se ha soltado. Sandra es bajita y juega de líbero. Solo puede defender: ni sacar, ni bloquear. Se esfuerza mucho para jugar los tres puntos en un set y no fallar".
El buen rollo de las adolescentes con su entrenador es obvio, y el cariño es también mutuo. Posan entre risas y con paciencia, para las fotos. "Tienen unas ocurrencias que te partes de risa. A mí, la verdad, es que me han devuelto la vida", reconoce Juan Marín. "Ellas me dan las gracias, me dicen que les he cambiado la vida, y lo que no saben es que son ellas las que me han ayudado: son ellas las que me han salvado a mí".
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