El partido de Santiago Abascal utiliza las mesas informativas que instala en la vía pública en distintos puntos de España para vender productos de merchandising propio, sin solicitar la pertinente licencia de venta ambulante en la vía pública, según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de testimonios, documentos internos de Vox y solicitudes de licencias municipales.
El dinero recaudado obvia, a la hora de realizar la trasferencia bancaria, la palabra 'venta', porque el ingreso es el resultado de un intercambio que no puede figurar como tal, pero con la que Vox obtiene unos beneficios. Venden pulseras, llaveros, chapas, parches, globos, bolsas de tela… a pie de calle y sin un solo papel más allá de la licencia de ocupación de la vía pública.
Lo hacen en las carpas que instalan de manera periódica en distintos puntos de España como 'mesas informativas'. Lo recaudado debe ingresarse al partido, a niveles provinciales, mediante transferencia, y obligatoriamente debe figurar como concepto 'beneficio actividad promocional'.
"No querían, ni quieren, que pusiéramos la palabra venta". Eso nos lo decían expresamente", indica Antonio (nombre ficticio). Ha sido hasta hace poco coordinador local de Vox en una localidad gaditana. Cuenta a EL ESPAÑOL que advirtió de la "irregularidad" a todas las instancias del partido y que le hicieron caso omiso. En caso de multa, "el responsable de la venta ilegal sería el coordinador local. Y yo no estaba dispuesto".
Antonio explica además que el simpatizante que se se acercara, y que preguntara por los productos, "en ocasiones se le acaba diciendo que es un donativo cuando en realidad es una venta que da beneficios a precio cerrado".
"Un auténtico 'top manta', una actividad ilegal", puntualiza: disponen los productos a modo de exposición en las mesas informativas. "El 40 o 50% de lo que se vende es beneficio", indica. "Cuatro mesas informativas pueden dar perfectamente 600 o 700 euros. Multiplica esto por diez ciudades. Pues son entre 4.000 y 5.000 euros todos los meses" solo en esta provincia.
Para la instalación de esas carpas, algunas agrupaciones locales piden a los ayuntamientos un permiso de ocupación de la vía pública para instalar 'una mesa informativa' con una carpa 'de 3 por 3 metros' con o sin sonido. En ocasiones, los ayuntamientos deniegan el sonido, y en otras lo aprueban. Lo que no podría aprobar ningún ayuntamiento es que además se esté ejerciendo una venta sin licencia, básicamente porque no la solicitan ni pueden solicitarla: no se les concedería.
[Vox quiere deportar al portavoz del Sindicato de Manteros fichado por Iglesias pese a ser español]
EL ESPAÑOL ha contactado con varios ayuntamientos para preguntar al respecto. En Málaga ni siquiera piden la licencia de ocupación en la vía pública, cuando menos, la de venta ambulante; en otros ayuntamientos, como Algeciras, San Fernando o Puerto Real (Cádiz) confirman que suelen pedir la primera, pero jamás la segunda.
Fuentes del consistorio de Puerto Real cuentan a este periódico que la última vez se les denegó la licencia, al pedirla con música. Aun así instalaron la carpa: "cuando llegó la Policía Local a la Plaza de Jesús, para proceder a sancionar, ya habían desaparecido".
O autónomo, o empresa
Lo que no sabían en los ayuntamientos es que Vox estaría, supuestamente, vulnerando la normativa municipal. Fuentes de un ayuntamiento gaditano, que sí les concede licencias de ocupación de vía pública, advierten a EL ESPAÑOL que "lo cierto es que la Policía Local nunca ha controlado lo de la licencia de venta ambulante. Es que lo de vender merchandising en la calle no lo hace ningún partido político".
Además, indican que "para otorgar una licencia de venta ambulante hay que ser o autónomo, o una pyme, o una empresa. Es decir, hay acreditar que se está facultado y dado de alta para realizar tal actividad", cuentan desde una administración local. La acción de venta la realizan los militantes del partido bajo la batuta del coordinador local de Vox. Por tanto, la licencia no se les puede conceder, aunque tampoco la solicitan.
Ningún partido político vende su propio merchandising. Ni el PSOE, ni el PP, ni Unidas Podemos, ni Ciudadanos. Ninguno. "El merchandising se regala. Siempre", puntualiza una fuente del PSOE andaluz, al igual que aseveran los otros partidos. "Otra cosa es que en algún congreso haya alguna camiseta o sudadera que se pueda vender puntualmente. Pero, desde luego, nunca en la calle".
Fuentes del consistorio de Málaga capital explican a EL ESPAÑOL en elecciones las autorizaciones "no hacen falta porque las ubicaciones las da la junta electoral. Y antes de las elecciones no tenían autorizaciones, que sepamos".
Ni factura, ni ticket
Enrique de Vivero, quien fue elegido presidente de VOX en Málaga en octubre de 2020 y que dimitió un mes más tarde por discrepancias con el Comité Ejecutivo Provincial, corrobora a EL ESPAÑOL que él solía pedir la licencia en Alhaurín de la Torre, el municipio en el que vive. Por cada licencia pagaba "unos cinco euros de tasa" de ocupación de la vía pública.
[La amenaza de Vox al matrimonio que creó la mascarilla de Abascal y Olona: disparan sus ventas]
Las tasas varían en función de cada ayuntamiento, y suelen pedirse de acuerdo con una planificación y de una tacada. "De hecho, el coordinador local de una localidad andaluza, que era autónomo, tenía que adelantar de su bolsillo los 25 euros por 14 solicitudes planificadas en un espacio de tiempo. Un dineral", afirma un exmiembro del partido en Andalucía que prefiere permanecer en el anonimato. Este extremo también lo corrobora Enrique de Vivero. "El partido nos decía que éramos nosotros los que teníamos que adelantar el dinero. Jamás me las pagaron".
Con respecto a la venta de merchandising, Vox nacional "lo tiene centralizado. Tiene sus propios proveedores. Lo que hacen es que las mandan a las provincias y éstas les ponen un recargo", dependiendo del producto. "Si por ejemplo una pulsera a Vox nacional le cuesta 60 céntimos aproximadamente, la coordinación provincial le pone un recargo, y puede costar 1,20 o 1,25 euros, depende de la provincia. Y cada partido a nivel local debe venderlo, o pedir, 2 euros por ella". Se trata "de una venta en la que no te dan factura, ni ticket ni nada".
Documentación interna
Este periódico ha obtenido numerosa documentación interna de Vox que corroboran estos extremos. Para cada provincia existen dos catálogos de precios. Uno, en un dosier en el que se detalla "uso exclusivo coordinadores locales" y en el que aparece "un precio de coste" y un "precio de venta recomendado", y otro catálogo de venta al público. Aunque hay productos que no varían de precio, como el folleto 'Cien medidas' (un euro), que también se vende. "El catálogo de uso interno tiene que ser de uso muy restringido, conocido por muy pocas personas de la agrupación local", reza la documentación a la que ha tenido acceso EL ESPAÑOL.
Asimismo, detalla que "en este catálogo figurará el precio de coste para la localidad, que cada artículo tiene (precio de coste), así como el precio de venta recomendado (PVR), y que se debe respetar, para tener unidad de criterio en todas las localidades".
Hasta que Enrique de Vivero se marchó, "el dinero recaudado se entregaba en mano al secretario provincial y al tesorero. En mi época, se entregaba en mano". Ahora se hace por transferencia bancaria. De hecho, la documentación interna abunda en que del beneficio obtenido en cada mesa informativa "se llevará una escrupulosa contabilidad por la VCSP (Vicesecretaría provincial) de gerencia y deberá ser ingresado en la cuenta provincial al igual que el precio de coste".
Una vez realizada la transferencia, "desde la VCSP de gerencia se contabilizará el saldo (positivo o negativo) de cada agrupación local, y este saldo podrá ser utilizado para futuras compra de merchandising, u otras permitidas por el partido".
En otro apartado se explica que "este saldo también se podrá incrementar por donaciones de afiliados, y de no afiliados, ingresados directamente a la agrupación local (preguntar procedimiento)".
Pepe Aymerich fue vicepresidente de implantación, de organización y de formación de Vox en la provincia de Castellón. Dejó el partido en 2019. "Esto lo llevan haciendo mucho tiempo", detalla a este periódico. Mientras estuvo dentro, "cuando se montaban las mesas, en ningún momento se decía que lo vendido era un donativo. Era una venta". Aymerich detalla que en Castellón, y en la Comunidad Valenciana "a día de hoy sigue siendo así".
En Benicàssim, de donde es este excargo de Vox, "yo pagaba la licencia de ocupación de mi propio bolsillo". Unos "5 o 7 euros, no recuerdo bien". Todo lo obtenido en las ventas de la mesa se ingresaba en una cuenta bancaria, "y siempre en cantidades no superiores a 300 euros por ingreso". Si una mesa recaudaba más, había que hacer distintas operaciones "para dividir la cifra y no superar los 300 euros. Pero no lo hacíamos nosotros: lo hacía el marido de la presidenta de Vox", indica.
Lo de los ingresos que no superen los 300 euros es en cumplimiento de la Ley de Partidos, y en concreto, en el artículo 6, apartado 3. "Los ingresos procedentes de las actividades propias del partido político, los rendimientos procedentes de la gestión de su propio patrimonio, así como los beneficios derivados de sus actividades promocionales y los que puedan obtenerse de los servicios que puedan prestar en relación con sus fines específicos, precisarán la identificación del transmitente cuando la transmisión patrimonial al partido político sea igual o superior a 300 euros".