Rafa Tena, el gerente de la clínica estética CEME, investigada por el caso de Silvia, la mujer que sufrió una infección tras operarse en abril y permanece en coma, ha asegurado que la atención fue adecuada y no se sabe cómo contrajo esa septicemia, mientras una trabajadora ha incurrido en contradicciones con este investigado.
Así lo han detallado a EFE fuentes jurídicas tras las dos declaraciones que ha llevado a cabo estar martes el titular del Juzgado de Instrucción 46 de Madrid: la del citado Tena como representante legal de la clínica investigada y la de una trabajadora de CEME, que atendió a Silvia en el postoperatorio, como testigo.
Según la defensa de la familia de Silvia, esta trabajadora ha incurrido en contradicciones con los investigados, dejando claro que estos "han mentido" y que la afectada "tenía signos alarmantes, diversos, clínicos, de que sufría un proceso infeccioso muy grave", aunque no ha dado más detalles por respeto judicial.
El magistrado mantiene investigados a dos facultativos y a la propia clínica por un presunto delito de lesiones por imprudencia a Silvia Idalia Serrano, la mujer de 34 años que se sometió el pasado 29 de abril a una triple operación de estética por la clínica CEME, tras lo que fue dada de alta pero tuvo una infección que derivó el 6 de mayo en su ingreso en la UCI del hospital La Paz, donde permanece en coma inducido.
Tena ha defendido que no tienen responsabilidad en el estado en el que derivó Silvia, ya que la operación fue bien y no saben el origen de su posterior infección, y ha aportado varios documentos que le había requerido el juzgado para demostrarlo, según las fuentes jurídicas.
Ha relatado que a raíz de la denuncia de la familia de Silvia la clínica ha sido sometida a varias inspecciones por la Comunidad de Madrid, todas sin problemas. El letrado Francesc Jufresa, que representa a la familia de la afectada, ha criticado que este representante de la clínica imputada solo haya contestado a las preguntas del juez y de su letrado, como hicieron la semana pasada los dos facultativos investigados, que también rechazaron los delitos que se les imputan.
No obstante ha considerado que la jornada de este martes ha sido "muy positiva en la investigación" porque "se ha puesto de manifiesto que las personas que trataron a Silvia no dicen la verdad" debido al testimonio de la trabajadora que la atendió en los días siguientes a la operación, que ha entrado en contradicciones con lo asegurado por los investigados.
No ha desvelado detalles sobre esas contradicciones pero ha asegurado que esta testigo ha contestado a todas las partes con la obligación de decir la verdad, ya que de lo contrario incurriría en falso testimonio, y "la clave es la contradicción entre una testigo y un investigado".
"Creo que hoy ha quedado clarísimo que Silvia tenía signos alarmantes, diversos, clínicos, de que sufría un proceso infeccioso muy grave, y me alegro de que se empiece a aclarar cómo se la trató y cómo se ha dejó llegar a este estado terrible en el que está", ha añadido.
En la declaración de este martes no ha estado presente la Fiscalía, como en la dos anteriores, ha criticado. Este abogado está recabando información de más personas afectadas por posibles negligencias de la clínica CEME, y prevé aglutinar a todas y solicitar que presten declaración en la causa de Silvia.