Son las 17:30 horas en un bar de Parla cercano al Instituto Nicolás Copérnico. En la televisión, el 24 Horas. “Ha muerto la joven de 18 años ingresada en la UCI del Hospital 12 de Octubre apuñalada en Parla por su expareja”. Nadie parece hacer caso al suceso, que permanece de fondo, muy de fondo. Sin embargo, acaba de cumplirse un día de que Cristina R., que estudiaba en el instituto que está frente a este bar, se convertía presuntamente en la vigesimocuarta víctima mortal por violencia de género de 2022. Cristina, además, era feminista y participaba activamente en la concienciación contra la violencia machista.
Cristina conoció a su expareja, que tiene ahora 20 años, en el instituto. Quienes estuvieron en la misma clase que Cristina coinciden en que “jamás le vimos una mala cara, siempre estaba riendo. Pensar en ella es pensar en su sonrisa”. “En 4º de la ESO estuvimos pupitre con pupitre, y una vez le dieron una mala nota y ni eso le borró la sonrisa. Era muy alegre y lo contagiaba”, recuerda un excompañero de clase.
No obstante, esa mala nota debió de ser la excepción que la confirmaba como una alumna excelente. “Fuimos juntos a clase hasta que yo repetí y ella avanzó. Era muy lista”, dice un chico a este periódico. “Acababa de terminar Bachilerato e iba a estudiar Medicina, y si finalmente no le diese la nota habría hecho algo relacionado con la medicina”, desvela una amiga. Preguntes a quien le preguntes, todos responden lo mismo: lo que más le gustaba a Cristina era estar con la gente, llevarse bien con todo el mundo.
Crimen premeditado
Fuentes cercanas a Cristina cuentan que estuvo con su expareja alrededor de tres años. Como muchos también conocían al presunto agresor, les resulta "más doloroso aún y difícil de entender".
Cristina recibió 17 puñaladas al lado de su casa, lejos de la zona donde estudiaba. “La conocía porque su madre padece fibromialgia y está en una asociación”, cuenta una chica del barrio mientras pasea a su perro. La calle Carlota Bustelo, perpendicular a Bartolomé Hurtado, forma parte de un entorno residencial y muy tranquilo. “Se separó de su expareja hace un año, y desde octubre había rehecho su vida y salía con otra persona”, dice esta vecina.
Se conocían poco, apenas de verse paseando a sus respectivos perros, pero esta chica explica que, aunque no hubiese denuncia, Cristina “había recibido maltratos por su agresor, la había pegado tres veces, y tenía miedo”. Por eso -y porque estaba muy unida a sus padres-, solía salir de casa acompañada, especialmente por sus progenitores. Pero el jueves 30 de junio salió a pasear a su perro sola. Eran las 17:00 horas, la misma hora a la que esta chica cuenta su testimonio a EL ESPAÑOL mientras pasea a su mascota.
“Fue en ese cruce, justo en la puerta de su casa -la chica señala unas casas bonitas, de tejados negros como las pesadillas-, el chico la estaba esperando”, cuenta la vecina, temblorosa. Otras chicas, de unos 16 años, dicen que vieron “al helicóptero llevársela”. Ellas estaban en el parque de al lado, un parque donde lo último que uno esperaría ver es lo que estas chicas vieron.
“Estudiaba 2º de Bachillerato en el Copérnico”, explican. Estaba a punto de cumplir los 19, y acababa de hacer Selectividad. Allí, en el Copérnico, han programado un homenaje a las 19 horas. Luego, el acto se traslada a este cruce maldito en Carlota Bustelo, lugar del crimen.
Entre la casa de Cristina y el instituto, ubicado más allá del Parque Parla Este y separados por dos kilómetros, se encuentra un monumento a las víctimas de violencia de género colocado en marzo de este mismo 2022. “El Ayuntamiento de Parla, por la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres”, reza la placa. Al lado, un quiosco colindante con la parada del tranvía. “No sabía nada, ¿han matado a una chica?”, pregunta la mujer que atiende tras la barra.
El Ayuntamiento de Parla ha decretado tres días de luto “por el presunto asesinato machista de nuestra joven vecina”. El comunicado, además de informar de la concentración a las 20:00h., “quiere trasladar su rechazo y más profunda condena a la presunta agresión machista que ha costado la vida a una vecina de Parla, de 18 años, a manos de su expareja, este jueves 30 de junio, en un parque de la ciudad; al tiempo que desea transmitir a su familia, amigos y amigas su más sentido pésame por la irreparable pérdida de la joven”.
Jóvenes consternadas
“Me he enterado por mi psicóloga, yo también soy víctima de violencia de género”, cuenta a este periódico otra chica de Parla. Esta joven dice no conocer a Cristina, pero estaba visiblemente afectada: “Mi expareja fue condenada a seis años de prisión, y ya lleva cinco…”.
La cercanía con la liberación de su expareja, además de haber vivido ese miedo real que también experimentó Cristina, ha conmocionado a esta mujer. “Una de las cosas que he hecho ha sido buscar su nombre para ver si alguna vez me la había encontrado en el punto de encuentro de víctimas al que voy, pero se ve que nunca llegó a denunciarlo”, se lamenta.
El acto celebrado en su colegio ha sido doloroso como no puede ser de otra forma. Bajo un Sol que jamás debería haber brillado, los amigos más cercanos compartían llantos y abrazos en silencio. El director del IES Nicolás Copérnico, con gafas negras para esconder sus lágrimas, inició el homenaje. Más tarde, en el oficial, estará todo el municipio, pero delante de esas puertas que Cristina cruzaba a diario están quienes más la conocían y querían.
Dialogan dos chavales:
—Lo que se hace por amor, bro.
—Bueno, amor...
—Obsesión, bro.
La jefa de estudios, tratando de mantener el tipo, reivindicó que el objetivo de los colegios es educar en la igualdad de género, algo por lo que luchaba Cristina: "Participaba activamente en las jornadas de igualdad. Ahora, ha perdido la vida porque un día nació niña, porque un hombre decidió que si no era suya no era de nadie. ¿Qué está fallando?".
¿Qué está fallando?
—¡17 puñaladas!
—¿Si te dan 17 puñaladas puedes sobrevivir?
—Igual sí…
—Son muchas, eh.
—Si te da en un órgano, qué más da una que 17.
—Bueno, pero 17 son muchas…
En el bar cercano al instituto donde antes la voz de la periodista del 24 horas que narraba el suceso se perdía entre las burbujas de las Coca-Cola, la conversación refleja el tema del momento. Lo más comentado son las 17 puñaladas. Muchas, desde luego. Aunque ni una vez sale en la conversación el machismo que empuña el cuchillo. Puede que, al final, la instauración de monumentos con el símbolo morado no sea suficiente para concienciar de en qué parte del problema hay que fijar la mirada.
Cabe recordar que las víctimas de la violencia machista y su entorno pueden pedir ayuda en distintos recursos activos todos los días de la semana y las 24 horas del día: el teléfono 016, el correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y el canal del WhatsApp en el número 600 000 016. En una situación de emergencia se puede llamar al 112 o a los teléfonos de emergencias de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y, si no es posible hacer esa llamada, en caso de peligro existe también la opción de activar la aplicación ALERTCOPS, que envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
Cristina es la vigesimocuarta víctima mortal de violencia machista en España en lo que va de año. En 2022, también han sido asesinadas Mari Nieves, de 53 años; Virginia C. G, de 50 años; Gema Jiménez, de 44 años; María Luisa, de 48 años; Ouardia, de 43 años; Maite, de 50 años; Eva María, de 50 años; Victoria, de 46 años; África, de 44 años; Teodora, de 42 años; Claudia, de 17 años; Mercedes, de 51; Lobna, de 32; Isabel Velasco, de 45; María Ángeles, de 47; Ivet, de 25, Luna, de 32; Mónica, de 50; Sara Pina Yeregui, de 38 años. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019, 43 en 2020 y 41 víctimas en 2021.