Cristóbal ha pasado de ser un jubilado más de La Ñora, donde disfrutaba de su tiempo libre tras haber sido agente de la Guardia Civil y auxiliar en el Instituto Anatómico Forense, a convertirse en el enemigo público número uno del ciclismo español. Todo ello, como consecuencia del proceso legal en el que está inmerso como presunto autor del atropello intencionado del legendario ciclista Alejandro Valverde y de su amigo, Pedro Moya, cuando estaba preparando la Vuelta a España con una salida este sábado con su 'grupeta' por la carretera RM-560.
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Este antiguo miembro de la Guardia Civil ha comprobado a sus 69 años qué se siente al estar en un calabozo. Tan ingrata experiencia para alguien que ha lucido uniforme la ha vivido en la Comisaría de El Carmen donde fue detenido el sábado, tras entregarse voluntariamente, tres horas después del atropello. Cristóbal ha sido trasladado este lunes al Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia para dar explicaciones a la magistrada y ha quedado en libertad provisional, en calidad de investigado por delitos contra la seguridad vial, lesiones y fuga del lugar de un siniestro.
El auto de la magistrada al que ha accedido este diario argumenta que en la causa que se sigue contra Cristóbal no se cumplen los requisitos para ingresar en prisión provisional porque no hay riesgo de fuga, de destrucción de pruebas o de reiteración delictiva. De modo que ha decretado las siguientes medidas cautelares contra el pensionista: deberá comparecer en el juzgado dos veces al mes, le ha retirado su carné de conducir y se le ha intervenido su coche -un Citroën Xsara-.
Cuando Cristóbal ha salido por la puerta de la Ciudad de la Justicia, acompañado de su mujer y de su cuñada, ha sido consciente de la magnitud mediática del caso. Un nutrido grupo de periodistas le esperaba para conocer su versión sobre el presunto atropello intencionado de 'El Bala': el corredor del Movistar Team, con 133 victorias a sus espaldas, como la Vuelta a España en 2009, el Mundial 2018 en Innsbruck o sus cuatro títulos como mejor ciclista del año por la UCI.
El jubilado se ha visto tan superado por la situación que ha ocultado su rostro con su camisa y ha aligerado el paso como 'pollo sin cabeza', mientras su esposa le hacía de lazarillo porque él no veía nada.
"Me están acosando. No quiero hablar con ustedes. ¿Qué es lo que no entienden coño? ¡No quiero hablar con ustedes!", gritaba Cristóbal, con la cabeza envuelta con su propia camisa, bajo un sol abrasador y tratando de esquivar a los periodistas por los aledaños de la Ciudad de la Justicia. La errática huida ha concluido cuando se ha refugiado en el bloque de oficinas donde tiene su despacho su abogada defensora: Ariane Santiago.
EL ESPAÑOL a través de fuentes policiales ha accedido en exclusiva a la declaración que este jubilado prestó el domingo en la Comisaría de El Carmen y que es igual a la ofrecida en los juzgados antes de quedar en libertad. "Estaba repostando en la gasolinera de la carretera de Alcantarilla, en compañía de mi mujer y de mi cuñada", según relata Cristóbal, al inicio de su interrogatorio ante la Policía Nacional, tras ser denunciado por tentativa de homicidio, omisión del deber de socorro y daños.
El atropello se produjo a las 12.29 horas de este sábado, cuando Valverde pedaleaba con su 'grupeta' por la RM-560, una carretera que conecta Javalí Nuevo con Alcantarilla, y por donde también circulaba Cristóbal al volante de su monovolumen: un Citroën Xsara, de color gris, cuya imagen ilustra este reportaje. "Una vez reposté, cogí la circunvalación que rodea Alcantarilla y a la altura de la redonda en dirección a la Puebla de Soto y Javalí Viejo, tuve que ceder el paso a un grupo de ciclistas, calculo que unos 35 o 40: bajaban por la circunvalación y circulaban por la redonda antes que yo".
El pensionista se dirigía a su domicilio en La Ñora: una pedanía de 5.099 habitantes, conocida por albergar La Rueda de la Ñora y su acueducto, uno de los monumentos estrella de la huerta murciana. "A la altura del puente del río Segura vi la oportunidad de adelantar a los ciclistas, comencé el adelantamiento invadiendo todo el carril contrario, sin observar a ningún coche que viniese de frente, cuando terminé el adelantamiento vi que venía un vehículo por el carril contrario, pero en ningún momento puse en peligro a los ocupantes del citado vehículo".
"Una vez finalizado el adelantamiento escuché como los ciclistas me decían: 'cabrón, hijo de puta'. Frené de golpe con la intención de preguntarles porqué me insultaban y en ese momento empezaron a tirarme botellas de agua metálicas, forradas con un plástico muy resistente, que impactaron dentro de mi vehículo, en el espejo, en los cristales y ante esa agresión tan desproporcionada: me asusté".
"Tuve miedo de que le pasara algo a mi mujer, a mi cuñada o a mí: todo eso se estaba produciendo con el coche detenido y con todos los ciclistas alrededor de la monovolumen, increpándome y agrediéndome".
Tal relato es diametralmente opuesto a la versión que hasta ahora ha trascendido sobre el atropello y que es la siguiente: Cristóbal adelantó con su Citroën Xsara a la 'grupeta' de Alejandro Valverde sin guardar supuestamente la distancia de seguridad de metro y medio, de modo que los ciclistas le recriminaron el peligro de la maniobra. Entonces, el pensionista frenó en seco, dio marcha atrás con su monovolumen y cuando se puso a la altura de los ciclistas, presuntamente atropelló a Valverde y a su amigo, Pedro Moya, antes de emprender la huida.
Este lunes, Cristóbal lo ha negado todo en el juzgado con la versión que ya ofreció ante la Policía Nacional donde descarga la culpa del suceso en la conducta de los deportistas. "Ante la situación de pánico que sufrí, solo pensé en irme y acabar con el estrés y la angustia que estaba sufriendo, por eso reanudé la marcha y me marché de allí hasta mi casa para tomarme una tila", tal y como afirma en su declaración este antiguo agente de la Guardia Civil que estuvo destinado en el País Vasco, antes de empezar a trabajar en el Instituto Anatómico Forense.
"No pisé a nadie con el coche al emprender la huida después de sufrir la agresión de los ciclistas", según remarca el pensionista de forma tajante. "En ningún momento di marcha atrás. Al salir de allí pude rozar dos bicicletas, pero en ningún momento le di a una persona".
En su declaración en la Comisaría de El Carmen, según fuentes policiales, subraya que antes de entregarse voluntariamente acudió a las dependencias que la Policía Local tiene en El Palmar. Una vez allí, denunció los desperfectos que supuestamente le causaron los ciclistas a su Citroën Xsara. De hecho, aportó fotos de su monovolumen asegurando que uno de los retrovisores, un faro y la luna delantera no se rompieron por el impacto del cuerpo de algún ciclista al ser atropellado, sino por botellas de agua que presuntamente le lanzaron con violencia.
La Policía Nacional le interrogó por el origen de otro impacto en el paragolpes delantero de su Citroën, a la altura del faro antiniebla, pero el jubilado no concretó las causas: "No lo sé, eso estaría antes". Este lunes, Cristóbal no estaba tan hablador y no quiso ofrecer ninguna explicación a los periodistas que le esperaban en la Ciudad de la Justicia.
Ariane Santiago, abogada defensora del pensionista, ha justificado la huida protagonizada por su cliente después de quedar en libertad con cargos: "Estaba sobrepasado por su estancia en los calabozos, no ha dormido, ni ha comido, ni se ha duchado en 45 horas, es una persona buena, sin antecedentes penales y no se encuentra bien".
La letrada ha corroborado la versión ofrecida en sede judicial por su cliente. "Las cosas no son como se han contado durante el fin de semana: en ningún momento dio marcha atrás con su vehículo y eso lo han confirmado testigos". Santiago ha remarcado que una de las claves de que Cristóbal haya quedado en libertad se debe a que el Fiscal no ha pedido su ingreso en prisión como medida cautelar.
Amenazas en redes sociales
"En Twitter y Facebook hemos escuchado unas declaraciones muy fuertes contra su persona: en ningún momento ha deseado la muerte a ningún ciclista ni ha ido a embestirlos ni a atacarles". La letrada ha avanzado que "estudian" emprender acciones legales por una serie de mensajes amenazantes dirigidos a Cristóbal en redes sociales. Uno de ellos dice textualmente esto: 'Espero que conozcáis la identidad del conductor, lo hagáis público y le demos su merecido'.
Ariane Santiago ha tildado de "desproporcionado" el tiempo que "este antiguo guardia civil" se ha pasado en los calabozos: "Cristóbal ha colaborado, tendrían que haberlo puesto a disposición judicial el domingo y por eso llegamos a presentar un habeas corpus por detención ilegal, pero lo rechazaron". La letrada ha insistido que "en ningún momento quería atropellarles ni causarles ningún tipo de lesión: mi cliente se siente totalmente arrepentido".
No lo ve así la abogada Noelia Muñoz, que ejerce la acusación particular en representación de Alejandro Valverde: uno de los mejores ciclistas de la historia de este deporte. "El conductor del vehículo debería de haber entrado en prisión por la gravedad de los hechos: no se trata de una imprudencia al volante, es un atropello intencionado y podríamos estar hablando ahora mismo de dos fallecidos".
La letrada ha sido crítica tras conocer el auto del Juzgado de Instrucción número 3 de Murcia: "Desgraciadamente, no se penan estos delitos como debiera ser y los ciclistas están expuestos a estas situaciones".
Noelia Muñoz ha puesto el acento en dos cuestiones relacionadas con la testifical prestada por este antiguo agente de la Guardia Civil. La primera: "Se ha negado a responder a las preguntas de las acusaciones particulares y ha negado el atestado policial". Y la segunda: "Es muy significativo que el sábado, después del atropello, unos policías locales fuesen a su casa y se negase a atenderles y a dejarles ver su Citroën Xsara".
Prueba de ello es que la monovolumen próximamente será inspeccionada para aclarar el origen de los desperfectos que presenta y que en la declaración de Cristóbal ante Policía Nacional le preguntan por esa situación: "Preguntado para que diga por qué cuando fue la Policía Local a su domicilio, sobre las 14 horas del sábado, para que saliese y no quiso, manifiesta que le daba mucho miedo salir por todo lo que había pasado".
Antonio Sanchez, manager general del Valverde Team, no ha querido entrar en cuestiones legales y solo ha confirmado a EL ESPAÑOL que 'El Bala', de 42 años, sigue teniendo la mente puesta en la Vuelta Ciclista a España que dará comienzo el próximo 19 de agosto en Utretch (Holanda).
"El impacto fue fuerte: saltó por los aires, tiene dolores en la cadera, magulladuras y abrasiones por el cuerpo, pero conociéndo a Alejandro, como está hecho de otra pasta, ya ha comenzado a hacer un poco de rodillo para tratar de asimilar lo ocurrido entrenando y olvidar que ahora mismo podría estar en el otro mundo".