El informe policial del atropello a Alejandro Valverde: "Arrolla a dos ciclistas violentamente"
La Policía Nacional busca a un rider de Glovo que presenció el accidente y persiguió al conductor del vehículo para fotografiar su matrícula.
8 julio, 2022 02:33Pasaban veinticinco minutos de las doce del mediodía de este sábado, cuando una 'grupeta' compuesta por entre ocho y doce ciclistas, liderada por el mítico Alejandro Valverde, se adentra por uno de los dos carriles de la RM-560. En esta carretera comienza la antesala del supuesto atropello de 'El Bala' y su amigo, Pedro Moya. Así lo recoge el atestado de la Policía Nacional al que ha accedido en exclusiva EL ESPAÑOL para reconstruir un accidente vial que ha consternado al mundo del ciclismo.
El informe incluye la comparecencia realizada en la Comisaría de El Carmen por parte de los policías locales de Murcia que asistieron a los deportistas, así como los testimonios de tres integrantes de la citada 'grupeta' que acompañaban este 2 de julio al corredor del Movistar Team.
"Iba circulando en bicicleta, junto a 8 o 10 personas, por la avenida de Alcantarilla con Javalí Nuevo, cuando un vehículo inició el adelantamiento del grupo ciclista", tal y como relata Juan José, uno de los miembros de la 'grupeta' con la que Valverde entrena para prepararse la próxima Vuelta Ciclista a España. Al volante del citado vehículo va Cristóbal, un guardia civil retirado, que se dirige en su Citroën Xsara hacia su domicilio en La Ñora, acompañado de su mujer y de su cuñada.
"El vehículo [Citroën Xsara] inicia el adelantamiento del grupo ciclista, sobrepasando la línea continua que separa los carriles, momento en el que observo cómo un turismo circula en sentido contrario, ocupando el carril de aproximación, por lo que el vehículo que estaba adelantando abandona ese carril, y compromete la seguridad de los ciclistas, obligándonos a detener la marcha de forma brusca para evitar ser atropellados", según afirma Juan José, en su declaración en la Comisaría de El Carmen.
"Los ciclistas le recriminamos la acción al conductor, momento en el que de forma inesperada y brusca, el conductor detiene el vehículo y circula marcha atrás con la intención de golpear al grupo de ciclistas. Ante lo inesperado de la reacción del conductor, detuvimos la marcha, siendo rebasado el vehículo por dos ciclistas que se colocaron delante del coche, procediendo entonces el conductor a iniciar la marcha de forma atropellada y derrapando, para seguir a esos ciclistas hasta darles alcance".
La pareja de corredores a los que según Juan José, persigue el conductor, es la formada por la leyenda del ciclismo Alejandro Valverde y su amigo, Pedro Moya: "Iban en línea, paralelos al arcén, y observamos cómo el conductor del vehículo desvió su trayectoria, dio un volantazo a la derecha y arrolló a los ciclistas de forma violenta, siendo transportados sobre el capó del vehículo, hasta que ambos salieron proyectados de la zona sobre el coche [Citroën Xsara]", según detalla el ciclista a la Policía Nacional. "El conductor, tras esa acción, huyó de forma acelerada"
En este atestado falta una pieza del puzle: un repartidor de Glovo que ese sábado circulaba por la carretera RM-560, por el mismo carril que el Citroën Xsara y los ciclistas, de manera que fue testigo de toda la secuencia. De hecho, no figura en este informe inicial porque trata de localizarle la Policía, según aseguran a EL ESPAÑOL fuentes ligadas al proceso judicial: "Presenció el atropelló y persiguió al conductor, logrando fotografiar la matrícula del Citroën Xsara que permitió identificarle".
Cuando el rider fotografió con su móvil el vehículo que conducía el guardia civil retirado, optó por regresar a interesarse por el estado de salud de los deportistas. "Con los nervios del momento, nadie le pidió el teléfono al empleado de Glovo, solo le hicieron una foto a la foto que mostró en su móvil con la matrícula del Citroën para denunciar al conductor". En cuanto los sanitarios llegaron a la zona para asistir a Valverde y a su amigo, Pedro, el repartidor se marchó para continuar con su jornada laboral.
"Es importante localizarle para aportar su testimonio a la investigación". Más que nada porque se le presupone imparcialidad, a la vista de que los únicos testigos que hay hasta ahora, pertenecen a cada uno de los bandos implicados. De un lado, los ciclistas que iban en la 'grupeta' de Valverde, y de otro, la mujer y la cuñada de Cristóbal: el conductor del Citroën. No hay que olvidar que en la versión que ofrece este guardia civil retirado, de 69 años, descarga toda la culpa del presunto atropello sobre los deportistas. Valga como ejemplo este extracto de su declaración:
"Una vez finalizado el adelantamiento escuché como los ciclistas me decían: 'cabrón, hijo de puta'. Frené de golpe con la intención de preguntarles porqué me insultaban y en ese momento empezaron a tirarme botellas de agua metálicas, forradas con un plástico muy resistente, que impactaron dentro de mi vehículo, en el espejo, en los cristales y ante esa agresión tan desproporcionada: me asusté".
"Tuve miedo de que le pasara algo a mi mujer, a mi cuñada o a mí: todo eso se estaba produciendo con el coche detenido y con todos los ciclistas alrededor de la monovolumen, increpándome y agrediéndome. No pisé a nadie con el coche al emprender la huida después de sufrir la agresión de los ciclistas".
[El autor del atropello a Alejandro Valverde es un guardia civil: "Me increparon y agredieron"]
Tal versión del conductor vaticina que su estrategia de defensa será alegar miedo insuperable ante los delitos por los que está investigado: contra la seguridad vial, con penas de cárcel de 6 meses a 2 años; lesiones, penado de 3 meses a 3 años, y fuga del lugar de un siniestro vial, castigado con hasta 4 años entre rejas.
De momento, en su contra también tiene el testimonio del otro ciclista que ha declarado ante la Policía Nacional: José Antonio. "El 2 de julio, sobre las 12.25 horas, en la avenida de Alcantarilla con Javalí Nuevo, iba en bicicleta junto a otras diez o doce personas", según precisa al inicio de su testimonio, donde es capaz de identificar el modelo de coche.
"En un instante, un Citroën Xsara nos adelanta, invadiendo el carril contrario por donde circula otro vehículo, momento en el que el conductor del Citroën vuelve al carril en el que nos encontramos los ciclistas, casi nos atropella y le recriminamos esa maniobra", tal y como sostiene José Antonio.
"En ese momento, el conductor del Citroën Xsara para en seco y echa marcha atrás, intentado atropellar a varios ciclistas, entre ellos a mí, pero no lo consigue porque le esquivamos. Los únicos ciclistas que iban delante del vehículo eran Alejandro Valverde y Pedro Moya. Una vez finaliza esa maniobra de marcha atrás, el conductor del Citroën acelera y atropella intencionadamente a los dos ciclistas mencionados que se encontraban delante del coche, dándose a la fuga a gran velocidad. Después, llamamos al 112 para que atendiesen a Alejandro y Pedro".
Reconstruir el accidente
El Grupo de Policía Judicial tiene por delante una ardua labor ya que debe peritar el origen de los impactos que presenta la luna delantera, un faro, los retrovisores y el paragolpes delantero del Citroën Xsara de Cristóbal, con el objetivo de determinar si son fruto del atropello de algún ciclista o del impacto de sus botes de agua.
También deben reconstruir al milímetro la mecánica del accidente a pie de carretera, en la RM-560, y evaluar pericialmente las bicicletas de la grupeta que fueron arrolladas y la ropa que llevaban los corredores.
El atestado que obra en poder de EL ESPAÑOL también recoge la comparecencia que realizaron en la Comisaría de El Carmen, los dos agentes de la Policía Local de Murcia que ese sábado, a las 12.38 horas, acudieron al lugar del presunto atropello encontrándose con Alejandro Valverde: iba lleno de magulladuras y abrasiones. "Mientras estábamos realizando labores propias de nuestro cargo, fuimos comisionados por la Sala del 092 para acudir a la avenida de Alcantarilla con Javalí Nuevo, donde al parecer un vehículo había atropellado a unos ciclistas".
"Personada la unidad en la zona, se observa a un grupo de ciclistas en el margen de la vía y a dos ambulancias, una de ellas marchándose del lugar con uno de los accidentados". Los agentes, de inmediato, proceden a recoger los datos de cuatro deportistas y a recabar testimonios sobre el asfalto. Uno de ellos es el de José Francisco, cuyo relato es claramente acusatorio contra el guardia civil retirado que iba al volante de la monovolumen y que se dio a la fuga hacia su domicilio en la pedanía murciana de La Ñora.
"José Francisco manifiesta a los agentes que iban circulando por la vía, cuando un coche inicia el adelantamiento del grupo ciclista, sobrepasando la línea continua que separa los carriles, siendo ese momento en el que observa cómo un turismo circula en sentido contrario, ocupando el carril de aproximación, por lo que el coche que estaba adelantando abandona dicho carril y compromete la seguridad de los ciclistas y les obliga a detener su marcha de forma brusca, para evitar ser atropellados".
Esta versión es idéntica a la que el domingo ofrecieron en la comisaría, tanto Juan José como José Antonio. Prueba de ello es que José Francisco también afirma que el guardia civil jubilado persigue a Valverde y a su amigo, Pedro, hasta que supuestamente los embiste de "un volantazo" a la derecha, "arrollando a los ciclistas de forma violenta".
Este ciclista, mientras que el personal sanitario del SUAP de Alcantarilla asiste a Valverde en el arcén de la carretera, le indica a los policías locales el número de la matrícula del Citroën Xsara sospechoso. Todo ello, gracias a la famosa foto que unos minutos antes había hecho el rider de Glovo que persiguió a la monovolumen tras el accidente y cuya identidad todavía es un misterio.
"Los agentes comprueban a través de la Sala 092 que el vehículo al que pertenece dicha matrícula es un Citroën Xsara Picasso, cuyo titular es Cristóbal V. N., con domicilio en calle xxxx en La Ñora". De inmediato son movilizadas dos patrullas que se desplazan a toda velocidad a la pedanía murciana para dar caza al conductor huido.
"Esta persona no se sorprende ante la presencia de los agentes en su casa, manifestando textualmente lo siguiente: 'No voy a hablar con vosotros nada, lo que tenga que hablar, lo hablaré con mi abogado. No os voy a dejar ver el coche, no podéis entrar sin una orden judicial'".
Los años que Cristóbal sirvió en la Guardia Civil en el País Vasco le hacían buen conocedor de la legislación, de modo que no solo no dejó cruzar la puerta de su casa a los policías, sino que además no les mostró ni siquiera su DNI: "No facilita a los agentes su documento de identidad". Tan tensa fue la situación que la Unidad de Atestados de la Policía Local de Murcia se desplazó a la Comisaría de El Carmen "para realizar comparecencia, debido a la posible intencionalidad de acometer contra el grupo de ciclistas por parte del conductor de un turismo".
Era cuestión de horas que la Policía Nacional obtuviese una autorización judicial para proceder a la detención del jubilado, pero no fue necesario porque Cristóbal realizó dos movimientos. El primero: acudir al cuartel que la Policía Local tiene en El Palmar para denunciar los desperfectos que supuestamente le causaron los ciclistas a su Citroën Xsara. El segundo: presentarse en las dependencias que ese mismo cuerpo tiene en La Alberca para entregarse.
Así lo recoge el informe al que ha accedido este diario, elaborado a las cinco de la tarde de ese mismo sábado: "Cristóbal V. N., con DNI xxxxx, se ha desplazado voluntariamente a dichas dependencias por lo sucedido en la mañana de las presentes, en la avenida de Alcantarilla con Javalí Viejo, donde al parecer se ha producido un atropello presuntamente intencionado por Cristóbal, abandonando el lugar sin socorrer a las víctimas del atropello".
Esta reseña precedió a la lectura de derechos al guardia civil retirado para su traslado a la Comisaría de El Carmen donde acabó en los calabozos. Este lunes quedó en libertad en calidad de investigado, tras prestar declaración ante el juez y serle retirado su carné de conducir, imponiéndole la obligación de comparecer en los juzgados dos veces al mes.
Las periciales del vehículo y de las bicicletas serán claves en la instrucción judicial, junto a los testigos que irán desfilando por la Ciudad de la Justicia, antes de determinar los delitos que serán juzgados en el atropello de 'El Bala': uno de los mediáticos que se recuerda en la Región de Murcia.