Mar Vázquez saltó a la fama el pasado 4 de julio en 'Te ha tocado', el nuevo concurso de TVE. Como si se tratara la película protagonizada por Tom Cruise, la pontevedresa aprovechó su participación para dar a conocer su situación personal y ‘nacer de nuevo’.
"Tengo 57 años, una hija y dos nietos, por mi parte. Por la de mi esposa, dos hijos y cinco nietos más. Soy Guardia Civil retirada, jueza de atletismo nacional, instructora de buceo...", contó en su presentación. “He venido al programa, aparte de a concursar, para darme a conocer porque he nacido hombre, pero soy mujer. Acabo de empezar la transición a mis 57 años, muy poca gente lo sabe, parte de mi familia lo desconoce, se lo tengo que contar cuando llegue a casa porque no pensaba salir el primer día”, afirmó en su presentación.
EL ESPAÑOL ha contactado con Francisco Javier Vázquez, nombre que aparece en su DNI, para que nos cuente cómo está siendo el proceso de cambio a ser Mar y cómo lo encajó su mujer, Marilya, con la que lleva más de 20 años juntos.
Se vestía de mujer
Mar siempre se sintió mujer, Javier solo era el reflejo que veía en el espejo todos los días y que evitaba para ver su imagen masculina. Y es que la pontevedresa siempre se sintió mujer, desde que nació, como ella misma reconoce: “Nunca me gustó mi cuerpo, de hecho procuraba no mirarme al espejo ni para afeitarme, lo que veía reflejado en el espejo no era lo que mi mente quería ver”.
— ¿De pequeña le gustaban ‘las cosas de chicas’ y la ropa femenina?
— Siempre que podía me ponía ropa de mí madre y sus zapatos hasta que me sirvieron, claro. En mi época no había mucha información sobre la transexualidad y no entendía lo que me pasaba. Es que siempre me han gustado las mujeres.
— Estuvo casada, tuvo una hija, enviudó y conoció a Marilya, todo siendo Francisco Javier: ¿cuándo le contó a ella su decisión y qué le dijo?
—Aunque le iba soltando indirectas, ella no se enteraba, hasta que hace unos dos años se lo dije y desde entonces en casa ya era yo, me cambiaba, me pintaba las uñas… pero al llegar las doce, como le pasa a Cenicienta en su cuento, el sueño se acaba y tenía que quitarme el esmalte y todo porque al día siguiente tenía que ir a trabajar y ser Javi. Marilya me dijo que lo que quería era mi felicidad y yo le contesté que se lo iba a preguntar dos veces más. Y así fue, después de unos meses lo hice, logrando con la misma respuesta. A los pocos meses repetí, repitiéndome su contestación. Llevamos casi 20 años juntos casi las 24 horas del día, es el pilar de mi vida.
— Si ella no lo hubiera aceptado, ¿habría seguido con la transición?
— No, habría seguido viendo el mundo en blanco y negro en vez de en color como lo estoy viendo ahora.
— ¿Cuándo empezó el proceso de transición?
— Pues va a hacer un año que me opere de la nuez de Adán y desde entonces alternaba y dependiendo de a dónde iba pues era Javi o Mar. En vacaciones era Mar; en Pontevedra y en el trabajo, Javi.
— ¿Ya ha cambiado su género en el DNI? ¿Qué procesos legales ha tenido que realizar?
— La actual ley no permite el cambio de género y nombre hasta que lleves dos años en tratamiento hormonal, más los informes médicos de Psiquiatría, psicología y endocrinología... Una vergüenza.
Salto al vacío en TV
Y entonces llegó la oportunidad de participar en 'Te ha tocado', el concurso veraniego de Televisión Española que se estrenó a principios de julio y está presentado por Raúl Gómez. Mar fue, junto a Ascen, una de las primeras concursantes de la historia del programa, y la pontevedresa aprovechó su oportunidad. “Creí que era una ocasión de oro para que todo el mundo se enterara de una vez de lo que me pasaba. No había mucha gente que supiera de mi transición”, afirma.
Seguidora del concurso que precede al que le dio a conocer, El cazador, afirma que acudió a participar a 'Te ha tocado' “primero para contar lo mío y luego, para ganar dinero y así poder ponerme los pechos”, reconoce Mar. El proceso de casting lo pasó en La Coruña y asegura que está muy agradecida a Gestmusic y a todo el equipo del programa porque al seleccionarla le han cambiado la vida.
“Fue una experiencia inolvidable, los concursantes son ya como mi familia. Todos reaccionaron muy bien al escuchar mi historia, todo fue apoyo y cariño. Raúl es un gran profesional y siempre se preocupó por mí y me sentí muy arropada tanto por él como por el resto del equipo, no tengo palabras de gratitud para todos”, señala la pontevedresa.
— ¿Cómo ha reaccionado su familia y amigos que no lo sabían?
— Pues ya he perdido a varios supuestos amigos, incluso alguna persona le dijo a mí esposa que me dejara. Mi madre y hermana lo han encajado mejor de lo que pensaba, muy bien. Me dijeron que si era feliz así, pues adelante.
— Dijo que tenía siete nietos en total: ¿qué le han dicho ellos?
— Los mayores muy bien, lo entendieron y me apoyan. Los peques, pues les parece rara mi nueva voz.
— ¿Se ha encontrado con más apoyo o rechazo de la gente?
— Más apoyo, aunque hay mucha hipocresía por delante bien y luego guardan silencio.
Su paso por la Guardia Civil
Antes de ser Mar, Javier trabajó durante muchos años en la Guardia Civil como policía judicial en Pontevedra, pero en 2003 dio con un oficial al que no le debía de gustar mucho el deporte: “Podría hablar durante una hora y no acabaría. Yo estaba en la selección Nacional de Maratón y Croos (durante su época en este equipo quedó en segundo lugar en el Campeonato del Mundo Militar de maratón y tercer puesto entre los españoles en el maratón de Rotterdam, logrando una espectacular marca de 2 horas, 22 minutos y 46 segundos en los 42 kilómetros y 195 metros del recorrido) y como me concentraban casi todos los meses una semana con el combinado nacional, dicho oficial me ordenó que tenía que trabajar por la tarde para que no fuera. Y eso que yo tenía un horario establecido por Madrid”, recuerda Mar. “Cumplí sus órdenes, pero avisé por escrito al superior y este, en vez de ver quien tenía razón, procedió contra mí”, añade.
Todo derivó en que se inició un proceso en el cual tuvo que contratar a un abogado, pero el oficial instructor no permitió que estuviera en su declaración. “Para no enrollarme más te diré que si llego a perder el proceso que iniciaron contra mí, la pena que me podían imponer iba desde pérdida de destino a prisión militar”. Cuando llegó todo el informe al general, éste le dio la razón por lo que después denunció a los tres por abuso de autoridad.
Todo ello provocó que entrara en una fuerte depresión y fue cuando se suicidó su mujer, que tenía una depresión endógena. “Fue una etapa muy dura de mi vida en la cual intenté suicidarme. Gracias a Dios que la cuerda rompió y desperté en el suelo con todo el cuello quemado por la soga”, rememora.
—Cuando estaba en la Guardia Civil logró grandes resultados en maratón: ¿se ha planteado competir como mujer?
—Pienso volver a competir, pero nunca competiría contra otras mujeres pues no sería justo. Aunque ya no tenga testosterona, el que tuvo retuvo y pienso solicitar a la Federación Española de Atletismo que me permita competir con los hombres, me va a saber mejor un último puesto en esas carreras a una medalla contra mujeres.
—¿Cuál es su ocupación en la actualidad?
—Estoy en el paro y, por mí actual situación, es difícil encontrar trabajo. Me gustaría que alguien me dé trabajo y que no hubiera tanta hipocresía y más aceptación, que se nos diera trabajo sin importar el género y mucho menos una persona como yo.
—Mientras es jueza de atletismo, aparte de buceadora profesional, instructora de buceo en la Federación Española de Actividades Subacuáticas: ¿qué otras ocupaciones tiene?
—Me gusta mucho hacer pesca submarina, correr, soy patrona de embarcaciones de vela y de motor e instructora de buceo PADI (Asociación Profesional de Instructores de Buceo), entre otras muchas cosas. Recuerdo que trabajando como buzo estuve a las puertas de la muerte dos veces el año pasado. Eso y la muerte de uno de mis jefes y mi compadre, ambos de mi edad, hicieron que pensara muy seriamente quién era y lo que quería. Sólo se vive una vez…