Hasta hace unos días, las más de 50 detenciones por estafas leves al rey del ‘simpa’ se habían llevado a cabo por sus actuaciones en bares y restaurantes, donde acostumbraba a consumir grandes cantidades de comida sin pagar la cuenta final. Sin embargo, a pesar de que su ‘modus operandi’ continúa siendo el mismo, ya no comete únicamente las estafas en establecimientos de hostelería, sino también a través de otros medios como los desplazamientos en taxi.
De hecho, su última acción tuvo lugar el pasado sábado, cuando se dispuso a coger un taxi en la zona de Valle de Broto, en Zaragoza, para acudir al Hospital Clínico, a unos 15 minutos del lugar donde se encontraba. El conductor aceptó la carrera sin ser consciente de que, en ese preciso instante, se estaba convirtiendo en una nueva víctima de Antonio Miguel. Al finalizar el trayecto, como suele ser habitual, el rey del ‘simpa’ aseguró no tener dinero para pagar la carrera y no abonó el importe final correspondiente.
Ante esta situación, el taxista decidió llamar a la Policía para alertar de lo ocurrido. A la llegada de los agentes, estos comunicaron al conductor que su cliente era un habitual en la zona por llevar a cabo este tipo de actuaciones. A través de la denuncia, el taxista detalló lo ocurrido haciendo hincapié en la tranquilidad que mostró en todo momento el individuo hasta la llegada de la Policía al lugar del suceso.
El pasado 7 de julio, Grimal volvió a las andadas. En este caso, su actuación tuvo lugar en un restaurante de Zaragoza, donde consumió dos whiskys con coca-cola y donde tampoco abonó el importe final, un total de 30,20 euros. Una nueva estafa leve que, junto a la cometida con el taxista, le ha llevado a declarar este martes ante el juez. Sin embargo y para sorpresa de muchos, el rey del ‘simpa’ no llegó a presentarse al juicio y dejó a sus víctimas con las ganas de verse las caras con el individuo que se ha aprovechado de sus trabajos.
Según ha podido saber EL ESPAÑOL a través de la abogada penalista Nuria Granda, de Granda & Asociados, el caso del rey del ‘simpa’ es un ejemplo más de los delitos de estafas leves que están a la orden del día en España. Este tipo de delitos se producen en aquellos casos en los que la cuantía de lo defraudado no supera los 400 euros y son castigados, tal y como recoge el artículo 249 del Código Penal, con penas de multa de uno y tres meses. Unas multas cuyos importes dependen de los ingresos de los condenados y que, en caso de no pagar, la ley recoge la aplicación de penas de un día de prisión por cada dos cuotas no pagada. Tal y como cuenta la abogada a este medio, en algunos casos en los que los ingresos del acusado son mínimos, la cuantía de las multas pueden oscilar entre los dos y los seis euros por día. Este podría ser el caso del rey del 'simpa' que, en la actualidad, vive de una pensión no contributiva.
En esta ocasión, por la actuación en el restaurante de Zaragoza el pasado 7 de julio, el fiscal ha solicitado la condena de dos meses de multa, a razón de 10 euros diarios, más el pago de los 30,20 euros del importe final de la comida. Asimismo, por la estafa leve al taxista, el fiscal pidió tres meses de multa y el pago de los 13 euros del servicio y las costas.
Tal y como asegura la abogada Nuria Granda, al llevar a cabo un mismo ‘modus operandi’, se podrían instruir todos los procedimientos, agruparlos y verlos como un delito continuado de estafa, lo que conllevaría penas mayores. En estos casos, los jueces podrían considerar que existe un delito continuado de estafa cuando la acción la realiza la misma persona, con el mismo dolo, llevando a cabo actuaciones similares y en un espacio y tiempo parecido.
Uno de los supuestos por los que el rey del 'simpa' podría librarse de su ingreso en prisión serían los posibles problemas de dilaciones en los Juzgados. Sin embargo, no es su caso. Su modo de actuar es, además de rechazar las cuentas finales, rechazar también las multas e ingresar en prisión los días correspondientes. No obstante, su experiencia entre rejas no le sirve de escarmiento y a los pocos días regresa a las andadas.
Su estancia en prisión
El rey del ‘simpa’ ni paga las cuentas, ni paga las multas. Estos hechos le han llevado a pasar por prisión en alguna que otra ocasión. La última vez que un juez decretó su entrada en la cárcel fue el pasado 13 de marzo tras no pagar la cuenta final en un restaurante. En esa misma semana, fue arrestado hasta en cinco ocasiones y, posteriormente, conducido al juzgado, donde se solicitó al acusado los 57 euros correspondientes a la cena y 90 euros de multa. Al no pagar el importe final, Antonio Miguel ingresó en la cárcel de Zuera, donde permaneció hasta el 25 de marzo. Una estancia que, a pesar de que fue corta, podría volver a repetirse por sus nuevas estafas leves en caso de que no abone la cantidad fijada en las multas.
También en el año 2017, concretamente en el mes de diciembre, el rey del ‘simpa’ estuvo a punto de entrar en prisión, aunque finalmente el Tribunal Supremo decidió a través en una sentencia que en caso de delitos leves no se podía aplicar la agravante de reincidencia.
Otras de sus actuaciones
Como ya viene siendo habitual, el pasado 27 de marzo la ciudad de Zaragoza volvió a ser testigo de una de las hazañas del rey del ‘simpa’. En esta ocasión, fue en el interior de un Goiko Grill, ubicado en la calle San Miguel, donde después de consumir un menú completo cuyo importe ascendía a los 47,50 euros, decidió no abonarlo. Este suceso ocurrió pocos días después de su entrada en prisión, cuando ya acumulaba hasta nueve detenciones en un mes por acudir a restaurantes y no abonar la factura final. En esta ocasión, tal y como pudo saber este medio a través de una de las camareras del local, Antonio Miguel puso como escusa haberse dejado la cartera en casa. “Me quedé en shock, es la primera vez que me ha pasado algo así”, explicó la camarera.