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"El dolor nos unió; que no se olvide a Miguel Ángel Blanco": 8 famosos reviven su asesinato hace 25 años

Políticos, expolíticos, artistas y deportistas cuentan a EL ESPAÑOL qué hacían cuando se enteraron de que ETA había matado al concejal de Ermua.

13 julio, 2022 02:55

El concejal de Ermua saltó de alegría. No obstante, a continuación y al ver las imágenes, dijo: "Prefiero que me maten a que me tengan encerrado así 532 días, casi dos años, ama". La frase se la profirió, en casa, Miguel Ángel Blanco a su madre cuando tuvo noticia de la liberación de José Antonio Ortega Lara

Y eso fue precisamente lo que pasó. Doce días después, a las cuatro de la tarde de un sábado 12 de julio de 1997, a Miguel Ángel Blanco, maniatado, lo arrodillaron y le descerrajaron dos tiros en la cabeza. Dos días antes, el 10 de julio, aquel joven de 29 años cogía un tren de su pueblo, Ermua, hasta Eibar, donde trabajaba. Llegó a bajar del tren, pero nunca alcanzó a su destino: se lo habían marcado desde hacía días. Pese a la gravedad de sus heridas, resistió unas horas. Murió de madrugada, ya el 13 de julio, exactamente hace 25 años. 

Su destino, en efecto, estaba trazado de antes. El 9 de julio, Francisco Javier García Gaztelu 'Txapote', Irantzu Gallastegui Sodupe, 'Amaia', y José Luis Geresta Mujika, 'Ttotto", del comando Donosti de ETA, le hicieron un primer seguimiento para secuestrarlo, de acuerdo con sus rutas. Fue infructuoso. Miguel Ángel, la víspera de su secuestro, cogió el coche de su padre para desplazarse al trabajo.

Luego llegó el mensaje de chantaje y comenzó la cuenta atrás de 48 horas agónicas en las que un país entero contuvo el aliento mientras aguardaba con esperanza. A su término llegó el fatal desenlace, al cumplirse el plazo estipulado por la banda terrorista ETA. 

[El 11 de julio de Miguel Ángel Blanco: sus horas terribles en el zulo]

En el 25 aniversario de su asesinato, EL ESPAÑOL le formula a ocho representantes de la sociedad española -los que han querido responder- la misma pregunta que se hacen, quienes lo recuerdan, cada año: ¿dónde estabas cuando te enteraste del asesinato de Miguel Ángel Blanco?

[La reagrupación familiar de 'Txapote' y 'Amaia' en Madrid, los asesinos de Miguel Ángel Blanco]

Lidia Falcón O'Neill

Lidia Falcón, en una imagen de archivo.

Lidia Falcón, en una imagen de archivo.

La histórica feminista, abogada, periodista, militante de izquierda y fundadora del Partido Feminista de España cuenta a EL ESPAÑOL que "hablar del asesinato de Miguel Ángel Blanco es hablar de uno de los peores momentos de nuestra historia reciente". Falcón indica que "fue un shock traumático para mí. Estaba en Barcelona. Recuerdo que estaba en el despacho, cuando las compañeras me advirtieron de la amenaza que se cernía sobre aquel pobre muchacho". A raíz de su secuestro y de la extorsión, en Barcelona se organizó "una manifestación que fue muy importante, para exigirle a la banda terrorista que lo liberara". 

[El juez cita a declarar como investigados a tres etarras por el asesinato de Miguel Ángel Blanco]

"Lo que sorprende, e indigna, podría decir, es que no había todavía un consenso social suficiente para demostrar que la estrategia terrorista de ETA era un absoluto disparate. Era un disparate político, era un enorme sufrimiento social y (era) totalmente inútil para la cantidad de víctimas que fue cosechando".

Lidia Falcón abunda en que recuerda que "yo escribí varios artículos, mucho antes de esto, y por supuesto la crónica del atentado de la calle del Correo, que se llamaba 'Viernes y 13 en la calle del Correo', que publicó Planeta, donde describía los disparates políticos, pero también la insensibilidad humana que tenían los militantes de ETA".

La fundadora del Partido Feminista de España rememora que, tras aquellos artículos, fue objeto "de toda clase de críticas por parte de la izquierda". Entonces, "había una izquierda que consideraba que la única lucha que se podía seguir contra el franquismo era la lucha armada, pero lo que ellos practicaban no era lucha armada, era simplemente el terror. Y el terror, además, dirigido contra gente civil, y contra incluso periodistas, o diputados de diversos partidos, porque no les gustaba su política".

Por tanto, Falcón considera que el consenso social previo a aquellos días se dividía de una manera "maniquea", la izquierda y la derecha, "considerando que la izquierda por sí misma tenía que apoyar el terrorismo. Y cuando me enfrenté a esta noción, que era una consigna en realidad, me encontré con que incluso ilustres periodistas y escritores como Juan Goytisolo se opusieron a sentarse conmigo en una mesa después de publicar aquel artículo".

En aquellos días, "los días de la angustia, esperando saber cuál sería la última solución, como fue, de ETA con Miguel Ángel Blanco, hubo una ruptura grande, tanto política y social como emocional, con aquella izquierda desnortada que lo que quería era seguir apoyando los crímenes de ETA".

 Álex O'Dogherty

Álex O'Dogherty

Álex O'Dogherty E.E.

El actor, músico y showman recuerda perfectamente aquel día. "Yo estaba en Almería y estaba haciendo mi primera gira. Estaba debutando con mis primeros bolos con la Compañía La Pícara, que era de Sevilla".

El polifacético artista apunta que "lo recuerdo. Lo vivimos como unos días muy intensos, con miedo y con susto. Yo creo que la mayoría pensábamos que no iba a pasar, que no podía ser (que acabaran asesinando a Miguel Ängel Blanco), y no fue así. Fue impactante".

[Emotiva crónica de Felipe VI de la muerte de Miguel Ángel Blanco: "Todos queríamos parar el reloj"]

Pitingo

Pitingo.

Pitingo. Silvia P. Cabeza.

"En los días previos tenía la esperanza de que seguro que lo iban a soltar, porque España entera estaba en contra de ETA. Recuerdo eso, la esperanza", cuenta Antonio Manuel Álvarez Vélez, más conocido como Pitingo. Hijo de guardia civil, vivió el asesinato en la casa cuartel de Barajas, donde con 17 años aún vivía con su familia. Posteriormente también vivió el atentado de la T4: "Se partieron muchos cristales de la casa cuartel" por la onda expansiva.

Pitingo rememora que "cada vez que había un atentado bajábamos todos al patio. Cada atentado, cada muerte, la vivíamos con mucha intensidad. Cuando me enteré (de lo de Miguel Ángel Blanco) bajé corriendo al patio y allí estaban todos llorando. Y recuerdo perfectamente a mi padre preguntarse que cuándo dejarían de matar estos hijos de puta".

Para Pitingo, "lo más duro" es que en el caso de Miguel Ángel Blanco "había una esperanza. Fue un palo. Y también recuerdo, además del dolor, el silencio que hubo después en la casa cuartel". España entera en pocos días "había pasado de la alegría de la liberación de Ortega Lara a este mazazo: que mataran a alguien tan joven, y que no tenía nada que ver con nada. El dolor nos unió. Es una pena, pero fue el dolor lo que nos unió".

Abel Antón

Abel Antón fue dos veces campeón del mundo de maratón.

Abel Antón fue dos veces campeón del mundo de maratón. EFE

El que fuera campeón de Europa de los 10.000 metros y dos veces campeón del mundo de maratón, además de senador del PP entre 2011 y 2015, recuerda que la noticia del asesinato del concejal de Ermua le cogió entrenando. "Fue un impacto, y fue nacional. Recuerdo cómo se volcó todo el mundo".

Antón subraya a EL ESPAÑOL que "las noticias iban al minuto" y que toda España "estaba pendiente. Pero pensábamos que no iba a pasar lo que pasó, de esa manera tan bárbara". 

Elena Valenciano

Elena Valenciano, en una foto de archivo.

Elena Valenciano, en una foto de archivo. FLICKR / PSOE

Vicesecretaria general del PSOE entre 2012 y 2014, y posteriormente, eurodiputada, Elena Valenciano detalla que en julio de 1997 "estaba fuera de la política, tenía un niño muy pequeño y trabajaba a tiempo parcial. Pero viví aquello muy de cerca". 

Desde que estaba en Juventudes Socialistas, la banda terrorista ETA ya había asesinado "a muchos amigos. El primero, a Enrique Casas en 1984". En 1996, a Enrique Múgica, "uno de mis maestros". Lo de Miguel Ángel Blanco fue diferente. "Fue un asesinato a cámara lenta. Desde un punto de vista social fue un shock y un punto de inflexión en la lucha contra ETA". Valenciano destaca la figura del alcalde de Ermua, Carlos Totorika (PSOE) quien fue capaz de encabezar las protestas.

Valenciano estuvo en Ermua en aquella gran manifestación "que fue brutal e impresionante. En otras habíamos estado muy solos, y en Ermua notabas calor" aunque también recuerda "que había gente que cerraba las ventanas" al paso de la comitiva. Hubo unión "salvo el silencio aberzale, que no condenó nunca aquello". 

Todo fue "impresionante y conmovedor", valora. "Todos pensábamos que no iban a ser capaces de llegar hasta el final, había esperanza de que la Guardia Civil lo encontrara (a Miguel Ángel Blanco), pero en los políticos había una sensación pesimista: porque sabíamos que los últimos coletazos de ETA iban a ser letales".

El caso del joven concejal de Ermua "es el más llamativo de todos porque se siguió minuto a minuto. Todos los asesinatos fueron y son inútiles, pero éste sirvió para despertar de una vez una conciencia latente que hacía falta que despertara. Porque se estaba viviendo una realidad anómala y patológica, con una izquierda aberzale cómplice de ETA".

Por eso, Elena Valenciano subraya que hoy "me preocupa que se pierda esa memoria porque estamos en una reescritura de la historia que es impuesta, y que ni es buena ni construye una memoria democrática justa. El relato ha de ser el correcto, y ahora la izquierda aberzale quiere reescribir la historia". Valenciano ultima que la gente debe saber "quién es Mertxe Aizpurúa y quienes murieron por la libertad y la democracia".

Tito Valverde

El actor Tito Valverde, caracterizado para uno de sus personajes.

El actor Tito Valverde, caracterizado para uno de sus personajes.

El actor, galardonado con un Goya en 1993 y reconocido también como actor de doblaje y por papeles imborrables en series como 'El Comisario' detalla a El ESPAÑOL que "exactamente no recuerdo qué estaba haciendo cuando me enteré del asesinato de Miguel Ángel Blanco. Pero sí puedo decir que a la única manifestación a la que he ido en mi vida fue la que se convocó en Madrid. Puede que haya ido a otras, no lo recuerdo, pero esa sí es en la que más involucrado estuve".

"No importa lo que yo estuviera haciendo", sostiene a este periódico. Lo importante "es que aquello nos despertó una conciencia de que había que acabar ya" con el terrorismo de ETA. "La noticia fue una canallada más, que fue la que nos hizo concienciarnos y perdimos el miedo a esta gentuza. No se puede entender que alguien que haya sido educado en sociedad pudiera hacer eso, por justificaciones absurdas, por soberbia, que no valía para nada más allá que para hacer sufrir a la gente".

Carlos Iturgaiz

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz. David Mudarra.

Un año antes del asesinato de Miguel Ángel Blanco, Iturgaiz fue elegido presidente del PP vasco, como lo es también desde octubre de 2020. "A mí antes me tocó enterrar a todos mis compañeros, seis en el País Vasco más los de Aragón, Cataluña y Andalucía... recuerdo aquella semana durísima, que nos cambió la vida entera".

Fueron unos días "en los que pasamos de la alegría (por la liberación de Ortega Lara) a la tragedia". Iturgaiz sostiene que tras la puesta en libertad del funcionario de prisiones tras 532 días de secuestro, el por entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, "me advirtió de que había que tener cuidado, porque ETA intentaría vengarse".

-¿Cómo se enteró del secuestro?

-Yo estaba en una comida en Pamplona. El periodico aberzale Egin llamó a mi secretaria y le notificó que un concejal de Ermua había sido secuestrado, y que daban 48 horas de plazo para trasladar a los presos etarras a las cárceles vascas.

"Recuerdo que contacté con la familia. Ya los había llamado un periodista de Egin". En el extinto periódico, cerrado por el juez Baltasar Garzón, fue redactora jefe la portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurúa. 

"La novia de Miguel Ángel me preguntó que qué estaba pasando. Yo le respondí que no se preocupara, y salí de Pamplona para Ermua. Por el caminó hablé con Jaime Mayor Oreja, ministro de Interior. Me dijo que a Miguel Ángel lo iban a matar si no lo encontraban antes las fuerzas y cuerpos de seguridad".

También habló con Juan María Atutxa (PNV) por entonces consejero de Interior del Gobierno vasco, y con el presidente del Gobierno, José María Aznar, para ponerse a la disposición de ambos. "Aznar me dijo que había que estar más fuertes que nunca". Al llegar a Ermua había una nube de periodistas en el portal de la casa de los padres de Miguel Ángel Blanco.

"Lo vivimos con incredulidad, porque era un chico del pueblo, era un joven que no estaba en la política activa, era de política municipal y no era un profesional. Ganaba 300 pesetas por asistencia a las comisiones, y se metió ahí por amor a su pueblo, para que se construyera un polideportivo en Ermua, que se había quedado sin él por culpa de un vendaval". 

"Yo con aquella llamada..." -reflexiona Iturgaiz- "... ETA era inmisericorde. Mandó que el secuestro y el posterior asesinato lo perpetrara su núcleo duro. Llamaron a los más duros, para cuando llegara el momento no dieran marcha atrás y no dudaran".

Le descerrajaron dos tiros a cañón tocante. La primera bala "le entró por detrás de la oreja. Con ella no hubiera muerto. Y como se dieron cuenta de que no era letal, apretaron otra vez el gatillo en el centro del cráneo. La bala se le alojó en el ojo izquierdo", retrata con dureza.

"Tenía la esperanza de las fuerzas y cuerpos de seguridad y la Ertzaintza le encontraran, pero era buscar una aguja en un pajar. A las 4 de la tarde le pegaron los dos tiros". 

Nicolás Redondo Terreros

Nicolás Redondo, en su casa de Madrid, en una imagen de archivo

Nicolás Redondo, en su casa de Madrid, en una imagen de archivo Jorge Barreno

Nicolás Redondo Terreros era entonces el secretario general del PSOE de Vizcaya, aunque luego se convertiría en el secretario general del Partido Socialista de Euskadi. "Fueron días muy malos para todos, y también para nosotros, porque ya sabíamos que el final iba a ser terrible", rememora a EL ESPAÑOL. 

Redondo no puede sacarse de la cabeza "la imagen del padre de Miguel Ángel Blanco bajando la cuesta hacia su casa, y cuando ve el tumulto en su puerta, nada más conocerse el secuestro, va dándose cuenta de que algo grave ha pasado". Como Elena Valenciano, destaca la labor del alcalde de Ermua, Carlos Totorika, "por cómo supo dirigir la indignación e ira de Ermua hacia lugares alejados del conflicto. Totorika lo hizo con habilidad e inteligencia".

Sostiene el exdirigente socialista que "dicen que las campanas doblan, pero aquello fue un aldabonazo: porque nos percatamos de que podían matar a cualquiera. A la Guardia Civil, a la Policía Nacional, a miembros del Ejército, a políticos... pero con un chico joven, un concejal de pueblo...". Sostiene que "la indignación por el secuestro", de dos días, se transformó en que la sociedad española "se definió ahí contra lo que pensaban los nacionalistas". 

Nicolás Redondo acudió a la manifestación de Bilbao "donde estábamos todos", convocada horas antes de que espirase el plazo marcado por ETA. De ese día guarda dos secuencias dramáticas. "Vino también Alfonso Guerra, y en el aeropuerto le comenté que la manifestación iba a ser un éxito. Me respondió que eso, el éxito de la manifestación, probablemente, iba a acabar con el asesinato de Miguel Ángel como desenlace". 

La segunda secuencia se produjo al término de la manifestación, cuando los dirigentes del PP y del PSOE estaban comiendo en un hotel bilbaíno. Allí se enteraron de que ETA había cumplido con su amenaza.

"Son recuerdos muy dolorosos, pero también muy esperanzadores, porque se definió perfectamente el carácter de un país, incluido el del País Vasco. Algunos nacionalistas moderados, del PNV, pensaron que esos días iban a ser como un Muro de Berlín". Mientras, dirigentes aberzales como Arnaldo Otegui pasaron en día "en la playa de Zarautz. Fue brutal e indignante su tranquilidad. Ha pasado tiempo, 25 años, y supongo que hoy lo lamentará".