No todos asumen el mismo relato sobre lo que ocurrió en España durante y después de la Guerra Civil. Para unos, Francisco Franco y el resto de generales sublevados como Emilio Mola o Gonzalo Queipo de Llano atacaron en 1936 el orden democrático de la Segunda República Española. Para otros, los militares, entre los que se encontraba el legionario José Millán-Astray, combatieron lo que, a sus ojos, era un régimen inestable y excesivamente progresista. De hecho, y pese a que este país vivió 39 años de dictadura, muchos españoles siguen homenajeando la obra del bando sublevado. Lo hacen poniendo en valor a las figuras del franquismo con todo tipo de objetos y productos, como lo puede ser un vino.
Uno de estos personajes homenajeados, por ejemplo, es José Millán-Astray, el fundador de la Legión española en 1920. Aunque no tuvo un papel muy relevante en la Guerra Civil española, lo cierto es que, al terminar la guerra en 1939, ejercería como procurador de las Cortes franquistas desde 1943 hasta su muerte en 1954. Pero para muchos, este militar sigue en la memoria hasta el punto de que, por ejemplo, la bodega Viticultores de Barros, situada en el municipio de Almendralejo (Badajoz), ha puesto en el mercado una edición de un vino tinto, un vino blanco y un cava dedicados a su figura.
“Nosotros conocíamos desde hace un tiempo a Emilio Domínguez, el presidente de Plataforma Patriótica –un grupo que homenajea a José Millán-Astray–, y comenzamos a hablar para sacar unos productos para conmemorar el centenario de la fundación de la Legión española, creada por Millán-Astray. Por ello, nos pusimos manos a la obra y sacamos el producto en 2020. Ellos diseñaron, por ejemplo, las etiquetas en las que sale el general, mientras que nosotros, como viticultores, hemos elaborado unos vinos y un cava para esta edición”, explica a EL ESPAÑOL Antonio María Ortiz (Almendralejo, Badajoz, 1977), presidente de la bodega Viticultores de Barros.
La misma que comercia, a través de su página web, el vino tinto joven edición Millán-Astray de la variedad Tempranillo a 5,95 euros; el vino blanco de la misma edición y de la variedad Cayetana a 5,20 euros; y el cava, cuyo precio es de 7,60 euros. Todos estas bebidas alcohólicas son producto de las uvas nacidas en las 2.000 hectáreas que cultivan los 38 socios de Viticultores de Barros. Y lo curioso de esta edición de vinos, no obstante, es que en la cúspide del ranking de ventas no sólo están Madrid, Andalucía y Galicia, sino que cierran el top 5 de ventas Cataluña y País Vasco, dos comunidades que tradicionalmente han tachado con mayor ahínco los coletazos del franquismo.
Polémicas aparte, lo cierto es que estos vinos existen y, según ha explicado a este medio Antonio Ortiz, lo que se gana con sus ventas no es un beneficio al uso. “La misión final de este vino es la de ayudar a la gente. De lo que se genera con él, Plataforma Patriótica se lleva alrededor del 10%. Esta plataforma, en consecuencia, destina ese dinero a ayudar a las familias más necesitadas y a militares y exmilitares que, por circunstancias de la vida, ahora necesitan ayuda”, cuenta Ortiz, orgulloso de contribuir en la ayuda de los legionarios que lo necesiten. “Es un cuerpo al que debemos de tener agradecimiento, porque siempre están dispuestos para defendernos en lo que pueda hacer falta”, sostiene el viticultor.
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La historia de la bodega
Pero detrás de estos vinos y este cava dedicados a Millán-Astray y a la Legión española hay una bodega extremeña con mucha historia a sus espaldas. Fue Fernando Ortiz, padre de Antonio, el actual presidente de la bodega, quien hace casi 40 años “se juntó con un grupo de amigos agricultores para sacar un mayor crecimiento a sus cosechas”, explica Antonio María.
Así, al igual que lo que defienden las botellas de vino y cava de Millán-Astray en su etiqueta –“Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos”–, el grupo de amigos creó Viticultores de Barros en 1983 para no dejar a nadie atrás. Para sacar el mayor provecho posible a las vides y los olivos que tenían cultivados.
Los primeros brotes de aquella unión, no obstante, emergieron en 1987 cuando el grupo de amigos, entre los que se encontraba Fernando Ortiz –aún socio–, compraron una bodega en Almendralejo (Badajoz). “A partir de ahí empezó todo y estamos donde estamos. La bodega, de hecho, pertenece a 13 familias y ahora pasa de generación en generación”, esgrime el presidente de la entidad al otro lado de la línea telefónica.
Es más, los terrenos en los que cultivan la uva también pasan generación tras generación cultivando hasta llegar a un equilibrio entre lo viejo y lo nuevo. “Mezclamos la sabiduría de la viticultura tradicional con las nuevas tecnologías”, desgrana Antonio Ortiz. Así, las 13 familias cultivan en esta zona de Extremadura dos variedades de uva blanca “autóctonas” como lo son la Cayetana y la Pardina, aunque también tienen algunas de la variedad Macabeo. “En las tintas, sobre todo tenemos Tempranillo, aunque también buscamos obtener algunas nuevas como Garnacha y Merlot”.
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De estas uvas, como se ha avanzado, emana el vino de las botellas de vino y cava que conmemoran a Millán-Astray. Cuando se presentaron, recuerda Antonio, Peregrina Millán-Astray y Gasset, hija del general franquista conmemorado, “se emocionó mucho al ver a su padre en la etiqueta”. “Sentía mucho orgullo porque sacáramos un producto así. Fue un acto muy sentimental. Sabes cómo son los legionarios…”, dice Antonio Ortiz.
Cuatro millones de euros
Sea como fuere, el sentimentalismo es algo que puede respirar en la bodega Viticultores de Barros. Porque miman sus vides y sus productos. Porque, al ser familia, siguen trabajando juntos en pro de seguir mejorando. En la actualidad, son siete los trabajadores fijos que cada año sacan adelante la bodega Viticultores de Barros, “más otros cinco durante los 50 días de campaña”, cuenta Antonio Ortiz.
Su trabajo, de hecho, hace que la bodega, pueda facturar anualmente “entre 3,5 y 4 millones de euros en función de la añada. A veces, hemos llegado a los 5 millones”, revela Antonio Ortiz que preside la bodega desde 2018 y bajo cuyo mandato Plataforma Patriótica se animó a lanzar con la bodega una línea de provocadores productos que homenajean a Millán-Astray.
Pese a ello, Antonio Ortiz reconoce que el lanzamiento de este producto no ha supuesto una especial inyección económica en la “buena salud” de la bodega. “Más bien sirve para homenajear a Millán-Astray y los legionarios y ayudar a las personas”, sostiene. Sus ventas se realizan de manera online, y las regiones que lideran las compras son Madrid y Málaga. “Sobre todo las compran familias militares durante las Navidades”, explica.
–¿Podría describir qué pueden esperar los consumidores de estos vinos?
–El vino blanco es de la variedad Cayetana y gusta mucho, porque se asemeja a los que elaboramos con Denominación de Origen Ribera del Guadiana. El tinto, por su parte, es un vino joven de la variedad Tempranillo.