Todo ocurrió alrededor de las 15.45 horas en la calle del Sol, en una urbanización ubicada a las afueras del municipio de Paracuellos del Jarama. Un grupo de entre 8 y 10 personas, vestidos con chalecos amarillos, se encontraban repartiendo la revista municipal del Ayuntamiento por los buzones de las viviendas. Sin embargo, las altas temperaturas y la falta de sombra en la zona fueron las causantes del trágico suceso que acabó con la muerte de un hombre de 56 años de edad por un golpe de calor.
Tal y como ha podido saber EL ESPAÑOL a través de fuentes municipales, el Ayuntamiento de Paracuellos encarga habitualmente la edición de la revista municipal a la Editorial MIC, una empresa dedicada al desarrollo de este tipo de publicaciones que también se encarga de algunas revistas de otras ciudades como la de Toledo o Cartagena. A su vez, dicha empresa subcontrata el reparto y distribución de los ejemplares con el Centro Especial de Trabajo de la Fundación APADIS, una organización que tiene como principal objetivo lograr la inclusión en la sociedad de personas con discapacidad.
Entre sus programas, la fundación cuenta con este centro especial de empleo, a través del que fomenta la actividad profesional en personas discapacitadas. En este caso, un grupo perteneciente a este centro era el que se encargaba desde hace años del reparto de esta revista y que, según informan desde la fundación, contaban con su contrato en regla. "Nosotros siempre hemos luchado por la inclusión laboral con las personas de discapacidad. Nuestro trabajo como el de cualquier empresa es igual. Son personas profesionales que están en nuestro centro especial de empleo y llevan desarrollando la tarea muchos años”, cuentan a este medio desde la fundación.
Tal y como ocurrió con el caso del barrendero fallecido en Puente de Vallecas, son las propias empresas las encargadas de fijar los horarios del reparto. Ante estas preguntas, desde la fundación confirman estar “recopilando toda la información para saber qué es lo que ha podido suceder”, aunque aseguran que se habían tomado las medidas necesarias para las diferentes situaciones climatológicas. Por el momento, el Ayuntamiento de Paracuellos ha pedido a la empresa responsable de la impresión, publicación y reparto de la revista municipal toda la información
Los hechos
Este jueves, un hombre de 56 años perdía la vida en una urbanización situada a escasos kilómetros del municipio de Paracuellos del Jarama mientras repartía en los buzones la revista del Ayuntamiento. Según informaron los vecinos de la zona a este medio, fueron ellos quienes vieron al repartidor desvanecerse al suelo y empezar a convulsionar. “Estábamos en casa comiendo y nos han llamado al telefonillo para darles agua porque había una persona que se encontraba mal. Al principio pensábamos que era un mareo. Les hemos dado agua, nos hemos metido en casa y luego hemos empezado a escuchar jaleo y ya cuando hemos salido estaba convulsionando”, cuenta a este diario Montse, una vecina que tiene su domicilio justo en frente de donde ocurrió el suceso.
[Muere un repartidor de 56 años por golpe de calor en Paracuellos: su cuerpo alcanzó los 42 grados]
Fueron los propios vecinos quienes, hasta la llegada de Protección Civil y Emergencias 112, intentaron hacer todo lo posible para evitar la muerte del repartidor. “Hemos estado con mucha tensión. Todos los vecinos hemos sacado hielos, nos hemos quedado sin ellos y hemos tenido que ir a pedir más”, cuentan.
En el vecindario, la indignación se apodera de unos residentes que no entienden la necesidad de tener a trabajadores buzoneando a las 15.30 horas de la tarde. “Te da mucha lástima que pase a cualquiera, pero que a estas personas les puedan hacer trabajar con este calor… Uno de ellos lo ha dicho, que cómo podían tenerles buzoneando con esas temperaturas”, explica Montse.
Mismo pensamiento el de otro vecino que asegura haber visto las caras de los repartidores y cómo intentaban refugiarse en la poca sombra que había en la zona. “Vaya horas. Después de lo que ha pasado hay que tener poca cabeza para sacar a la gente a buzonear”, critica este hombre de mediana edad.
Tras sufrir el golpe de calor, la víctima presentaba una temperatura corporal de 42 grados. Se estima que el equipo del Summa 112 realizaron las maniobras de reanimación durante 35 minutos hasta que, finalmente, solo pudieron lamentar el fallecimiento.