Un jurado popular ha declarado este miércoles culpable de homicidio a Vicente Paradís por provocar el suicidio de un menor de 17 años en Villareal (Castellón). Ocurrió en 2016. El hombre hostigó y chantajeóal joven a través de cientos de mensajes de WhatsApp durante siete horas.
Tras el veredicto del jurado, recogido por Europa Press, el fiscal, que solicitaba de forma provisional 12 años de prisión para el acusado, ha elevado la petición de pena a 14 años al considerar el jurado que existe la agravante de superioridad, por conocer el condenado que acosaba a un menor de edad.
Por su parte, la acusación particular ha demandado 15 años de cárcel para el procesado, mientras que la defensa ha pedido que se le impongan las penas mínimas y ha anunciado la intención de recurrir la sentencia.
Tanto el ministerio público como la acusación particular han solicitado el inmediato ingreso en prisión del acusado, ya que, según ha explicado el fiscal, existe posible riesgo de fuga dada la gravedad de las penas que se le van a imponer. La defensa se ha opuesto a dicha petición.
Los miembros de jurado han considerado que las diligencias policiales practicadas fueron correctas porque se mantuvo la cadena de custodia del móvil del menor. Además, han dado como probado que la víctima indicó al acusado en varias ocasiones que era menor, le pidió disculpas y le advirtió de que se iba a suicidar.
A pesar de todo, según el jurado popular, el acusado mantuvo sus amenazas presionando al menor. Los miembros del jurado han señalado que, tras los mensajes de WhatsApp con el menor, el acusado era sabedor de la angustia que estaba provocándole.
Volcado del móvil
Iván tenía tan solo 17 años cuando decidió quitarse la vida en 2016. Se tiró por el patio interior del piso donde vivía con sus padres. Las primeras hipótesis apuntaban al suicidio, pero el volcado del contenido de su móvil, ocho meses después de los hechos, dio un giro al caso.
La policía descubrió que ese 1 de diciembre de 2016, una persona se dedicó a hostigar y amenazar al adolescente. “Te voy a enseñar a no hacer perder el tiempo”, “lo sentirás porque mañana por la mañana esto estará en manos de mi abogado”, “te voy a enseñar a no fastidiar”, “te juro que te vas a comer un buen marrón”, “vas a llorar lágrimas de sangre delante de los jueces y de tus padres”, “voy a por ti”, “voy a arruinar a tus padres por tu culpa”, rezaban algunos de los mensajes.
Fueron siete horas incesantes de acoso en el que el joven, que había contactado con Vicente Paradís a través de una página de contactos, pidió al hombre, 40 años mayor que él, que se detuviera, que no cumpliera sus amenazas y lo dejara en paz. “Por favor, no lo hagas”, “no lo volveré a hacer”, “haré lo que quieras”, fueron algunas de sus palabras. Iván llegó a advertirle de que se quitaría la vida.
Pero Paradís no se detuvo. “¿Quieres saltar ahora?”, “pobre de ti, la que te va a caer encima”, “eres menor, mejor para mí, por meterte en una página de mayores”, “tú te metiste en este problema y lo vas a pagar”, “si eres menor, tengo las de ganar”, “atente a las consecuencias”, “tengo toda la conversación y la voy a publicar con tu número de teléfono”, “ahora me río yo”, “haber visto Bob Esponja y no esto”, “ahora te empieza a ti el malestar”, “menudo escándalo te voy a liar”, “ya te tienen rastreado, un besazo, colega”.
Abuso sexual
Al conocer esta situación, los padres no dudaron en poner el caso en manos de la justicia, quien aceptó el caso. Estos últimos días, la Audiencia de Castellón ha visto comparecer al acusado, los padres y testigos del caso. El hombre, que ahora tiene 62 años y con antecedentes por abuso sexual en 2004, se enfrenta a una acusación por la presunta comisión de un delito de homicidio pese a no haber coincidido nunca con el joven.
Los familiares y sus abogados se basaban en la imputación objetiva que el Tribunal Supremo explica de la siguiente manera: "si la víctima no se hubiera encontrado en la situación creada por el autor, no se hubiera producido el resultado que finalmente tuvo lugar". Claro que también optan por el homicidio imprudente, es decir, “el que por imprudencia grave causare la muerte de otro”.
La defensa negaba la mayor, la misma conversación. Consideran que las pruebas, es decir, el móvil no estuvo custodiado durante estos ocho meses que permaneció en un cajón de la comisaría antes de que se produjera el volcado. Claro que durante ese tiempo nunca se consideró el homicidio, sino que siempre se pensó en el suicidio.
Asimismo, aseguraron que durante un día y un poco más, el acusado prestó el teléfono a otra persona, un hecho que difiere de la primera declaración de Paradís en la que sí confesó haber enviado esos mensajes. También dijeron que era un chico que mentía a sus padres y que fumaba porros, así como algo retraído. Sus padres lo desmintieron. Solo era un joven que exploraba su sexualidad, jugaba al fútbol, iba al conservatorio a recibir clases de piano, pertenecía a una peña y salía con sus amigos.
El fiscal lo tenía claro, "el menor no se encuentra entre nosotros por culpa del acusado", ni siquiera "sabía que no tenía ninguna posibilidad de denunciarlo ni de arruinar a sus padres". Con todas estas pruebas y testimonios, un jurado popular compuesto por seis hombres y tres mujeres se reunía desde este miércoles para deliberar, y finalmente han considerado a Paradís culpable de homicidio.