Archie Battersbee, de 12 años, ha muerto este sábado al desconectar la máquina de respiración asistida que le ha mantenido vivo los últimos cuatro meses. El niño estaba cerebralmente muerto desde el pasado 7 de abril, cuando sus padres lo encontraron inconsciente en su casa de Sounthend, al sur de Inglaterra.
Archie tenía un hilo alrededor del cuello y todo indica que había llevado a cabo un reto viral de la red social TikTok conocido como blackout challenge, que consiste en aguantar la respiración hasta el desmayo. Hollie Dance y Paul Battersbee, sus padres, trasladaron a su hijo al hospital, donde los médicos les aseguraron que Archie no pasaría de esa noche. Una resonancia magnética realizada el 31 de mayo confirmó su muerte cerebral.
Los médicos dictaminaron que el niño jamás despertaría, por lo que instaron a la familia a desconectar a Archie del soporte vital que lo mantenía vivo. La negación de la familia hizo que el hospital llevara el caso a los tribunales, los cuales han dado la razón una y otra vez a los sanitarios, ante la desesperación de los familiares del niño. En una medida desesperada, la familia llevó el caso a la ONU.
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Una orden judicial emitida a principios de agosto por la ONU instó a que Archie siguiera conectado, en contra de lo que decían los médicos y los tribunales británicos. Se trataba de la primera victoria de la familia Battersbee contra los médicos del Royal London Hospital. Durante todo este tiempo el Tribunal Superior de Londres, el Tribunal de Apelaciones y la Corte Suprema se han puesto del lado de los facultativos.
“Participen tanto como deseen”
Barts Health Trust, la empresa que gestiona el citado hospital londinense, escribió a los padres de Archie el pasado fin de semana explicándoles que iban a suspender todo el tratamiento que mantiene el cuerpo del niño con vida, es decir, los sueros, medicamentos y la respiración asistida.
“Entendemos que cualquier discusión sobre el retiro del tratamiento de Archie es muy difícil y dolorosa. Sin embargo, queremos asegurarnos de que usted y su familia participen tanto como deseen”, decía la misiva. “El tiempo que tarda el corazón en dejar de latir suele ser cuestión de minutos, pero en algunos casos, esto puede llevar más tiempo”.
“Un médico evaluará a Archie regularmente para confirmar que el corazón ha dejado de latir, pero teniendo en cuenta la necesidad de la familia de no tener demasiada intrusión en un momento tan difícil. Usted o cualquier miembro de la familia puede desear acostarse en la cama de Archie con él o tenerlo en sus brazos, si eso fuera posible en la práctica”.
La familia siempre ha insistido en que suspender el tratamiento viola las obligaciones del Reino Unido en virtud del derecho internacional y de los derechos humanos, citando el derecho a la vida y la igualdad de derechos para las personas discapacitadas.
La semana pasada, el Tribunal de Apelación confirmó una sentencia anterior de que lo mejor para Archie era que los médicos interrumpieran su soporte vital. El Tribunal Supremo les denegó la autorización para apelar. Finalmente, Archie ha sido desconectado este sábado.