Delia Echavarri David Palomo

El rey Felipe VI, siguiendo el protocolo, no se levantó al paso de la espada de Simón Bolívar en la posesión de Gustavo Petro, primer presidente de izquierdas en la historia de Colombia. Un gesto que, en un principio, pasó desapercibido, pero que a la postre ha generado mucha polémica en las redes sociales. ¿Por qué? ¿Qué significado tiene? 

La espada de Bolívar es una reliquia histórica con un valor social, histórico y cultural tanto de representación como símbolo de la independencia y de la lucha anticolonial en Colombia. De ahí que Gustavo Petro, en una reunión con su antecesor, Iván Duque, decidiera llevarla a su toma de posesión para que desde las instituciones "se cuide" y "el pueblo la pueda ver y ser su dueño", según reconoció en su cuenta de Twitter

La espada de Simón Bolívar -militar y político venezolano que lideró las campañas de independencia en las actuales Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Bolivia)- fue robada por el M-19 en 1974, grupo guerrillero extinto donde militó Gustavo Petro. La espada, entonces, estaba en la casa-museo Quinta de Bolívar, en la ciudad de Bogotá. 

La polémica del Rey en la investidura de Petro: permaneció sentado ante la espada de Simón Bolívar

El robo

El M-19, según la investigadora Angélica Cruz Triana en declaraciones a Europa Press, usó armas para romper la urna y llevársela sin dejar víctimas. La espada tiene en su mango un escudo de la Gran Colombia, las tres estrellas del General Bolívar y una decoración con hojas similiares al olivo, que simbolizan la paz. 

A partir de entonces, la espada estuvo en la clandestinidad y pasó por diferentes barrios sin que se supiera de ella, salvo por algunas informaciones que la ubicaban, por ejemplo, en la casa de algunos poetas como León de Greiff, simpatizante del movimiento, o de Luis Vidales. Se llegó a decir que la tenía el hijo de Pablo Escobar, como si de un juguete se tratara. Sin embargo, los guerrilleros siempre han negado que así fuera.

Las fuerzas de seguridad estatales no la recuperaron hasta 1991, cuando el excomandante del M-19 Antonio Navarro Wolff la devolvió como un gesto de paz al abandonar las armas. Pero la espada, entonces, no volvió a la Quinta de Bolívar, sino que se guardó en una bóveda en el Banco de la República. Después, fue depositada en la Casa de Nariño, residencia oficial del Presidente de Colombia. 

Investidura

A Gustavo Petro, antes de investirlo presidente, le costó convencer a su antecesor de que la espada estuviera en su toma de posesión. Sin embargo, una vez tomó posesión, sólo tuvo que ordenárselo a la Casa Militar. Entre gritos y arengas, la reliquia la llevó la guardia presidencial, mientras las guardias indígena y campesina le hacían también el camino. 

Traslado de la espada de Simón Bolívar a la toma de investidura de Gustavo Petro. Reuters

"Esta espada... Quiero que nunca más esté enterrada, que solo se envaine cuando haya justicia en este país. Es la espada del pueblo. Por eso la queríamos aquí. En este momento y en este lugar. Quizás para todos los presidentes, cuando se posesione se vuelva un objeto que les acompañe siempre", reconoció Gustavo Petro entre los aplausos de los colombianos presentes en su toma de posesión. 

Es la última etapa de una espada que ni siquiera se sabe si es la original. La mitología en torno a ella dice que hay varias y que no queda del todo claro que la robada en la Quinta de Bolívar fuera en realidad con la que combatió El Libertador. 

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