Ser capaz de memorizar 46 números binarios en un segundo de tiempo parece un reto únicamente posible para seres de otro planeta. Si a eso le añades retener 84 de estos dígitos en cuatro segundos, resultaría algo imposible. Y si, además, a dichas pruebas le sumas la memorización de otros 280 números binarios, esta vez en 50 segundos de tiempo, podría parecer hasta una broma. Sin embargo, lejos de la ficción, dichas pruebas se tratan de los logros y marcas personales que han llevado al policía nacional Víctor Rodrigo a convertirse en el ganador del último Campeonato del Mundo de Memoria Rápida.
Para conocer sus inicios en estas competiciones hay que remontarse diez años atrás. Víctor conocía la existencia de algunas técnicas para mejorar el rendimiento mental, pero no sabía cómo se realizaba en la práctica. “Me había leído algún libro y lo hacía de forma chapucera”, explica a EL ESPAÑOL. Sin embargo, decidió apuntarse a unas formaciones donde conoció los campeonatos de memoria rápida, o como se les conoce en inglés: ‘Speed Memory’. En el año 2013 ganó su primera competición, una prueba con competidores amateurs que no contaban todavía con marca oficial. “A partir de ahí, a los tres meses, me presenté al primer campeonato del mundo y, ahora, ha sido la primera vez que lo he ganado”.
Unas pruebas llenas de exigencia, estrés y mucha carga de trabajo detrás de los participantes. En el caso de Víctor, compitió en el último Campeonato del Mundo, celebrado en México, con un pulsómetro puesto para conocer, por curiosidad, el ritmo cardiaco que podía alcanzar durante la celebración de las pruebas. “Estando sentado, sin dar un solo paso, competí a una media de 155 pulsaciones por minuto”, cuenta entre risas. A las competiciones las define como estresantes, rápidas y explosivas ya que, en muchas de ellas, cuenta con tan solo un segundo para memorizar una gran cantidad de números.
“Si yo tuviera una prueba de memoria con 30 minutos para memorizar, el nivel de estrés es inferior porque tienes mucho tiempo. Te puedes permitir aflojar un poco el ritmo, ir más relajado, incluso alguna desconcentración. En una prueba de un segundo o de cuatro segundos es inviable. La intensidad de trabajo es muy elevada”, añade.
El entrenamiento, elemento base
Para Víctor, sus logros podrían ser conseguidos por cualquier persona. Asegura que no existe un “don” de nacimiento que te permita alcanzar esa capacidad de memoria rápida. “Cualquier persona puede conseguirlo. Está claro que tienes que estar dispuesto al sacrificio y que sin entrenamiento no vas a llegar”, asegura. Una de las principales barreras que se aprecian de forma generalizada entre la gente es la percepción de que sin inteligencia no es posible entrenar o alcanzar ciertos niveles. Sin embargo, su experiencia impartiendo formaciones de psicotécnicos y rendimiento mental le ha hecho llegar a la conclusión de que la inteligencia no es una limitación. “Una persona con más inteligencia va a partir de un punto de salida más alto que el tuyo, pero no se puede demostrar que la inteligencia limite el rendimiento”, apunta.
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En cuanto a los entrenamientos para preparar las pruebas, Víctor asegura ser parecidos a los que realiza la gente en el gimnasio. “Al igual que haces el entrenamiento por series o repeticiones, es algo muy parecido. Incluso puedes especializarlo”. En una misma prueba puede llegar a trabajar hasta cuatro funciones mentales diferentes, así como la lectura, la capacidad de asociación, las conversiones de números a casilleros o incluso la memoria fotográfica. Por ello, hace hincapié en la importancia de organizar y plantear un buen entrenamiento que pueda realizarse tanto de forma combinada como por separado.
Su experiencia como policía
Él mismo se define como “un culo inquieto”. Desde su llegada al Cuerpo Nacional de Policía, Víctor ha pasado por varios puestos. “Estuve en la Oficina de Denuncias, he estado también varios años patrullando y luego en Investigación y en Policía Científica”, cuenta. En la actualidad, se encuentra realizando el curso de Tédax y, aunque no puede dar mucho detalle por el carácter secreto de la formación, asegura que la intensidad se encuentra a la orden del día. “Es algo que te tiene que gustar, porque cambia la percepción, pero si lo estás disfrutando es distinto. Es bastante duro y exigente, pero como es algo que disfrutas lo vas sacando adelante”, asegura.
Desde pequeño tenía claro que quería ser Policía. Con tan solo 14 años ya le decía a su madre que iba a serlo en un futuro. “Era algo que no dudaba. No me planteaba si iba a aprobar o suspender. Yo solo decía que iba a ser Policía y eso era lo que había”, cuenta a este medio. Una previsión de futuro que fue aprobada pronto por sus familiares y amigos más mayores, que le aconsejaban que se dedicara a ello para tener un sueldo fijo para toda la vida. “Pero yo eso ni lo entendía bien, no le veía el valor que tenía. Mi finalidad no era tener un puesto fijo. Solo quería ser Policía”.
En su puesto de trabajo, el orgullo se apodera de todos sus compañeros. De hecho, cuando se produce la llegada de un nuevo miembro, anunciar que tiene delante al campeón del mundo de memoria rápida es algo más que habitual. La respuesta de aquellos que no lo saben es siempre la misma: asombro. “Lamentablemente no tiene una gran repercusión. Sorprende por dos lados, por lo que eres capaz de hacer y por haber ganado”, cuenta.
A día de hoy, se desconoce la fecha y el lugar donde se celebrará el próximo campeonato. No obstante, Víctor tiene claro que allí estará para defender su título y para superar el récord del mundo que tiene en la actualidad en una de las pruebas. “Obviamente estoy contento con el rendimiento, pero siempre te queda la espinita de que podría haberlo hecho un poco mejor”.
Las seis pruebas
El Campeonato del Mundo de Memoria Rápida plantea un total de seis pruebas a los competidores. Estas son los retos que Victor tuvo que superar para proclamarse campeón:
Decimales (1 segundo): hay que memorizar a partir de 14 números en un segundo.
Decimales (4 segundos): hay que memorizar a partir de 20 números decimales en cuatro segundos.
Figuras de colores: esta prueba consiste en memorizar 15 figuras geométricas de colores. Su duración es de tres minutos.
Números binarios (1 segundo): en solo un segundo hay que memorizar las cifras, formadas por ceros y unos.
Números binarios (4 segundos): hay que memorizar los números binarios, en mayor cantidad, en cuatro segundos.
Matrices: memorizar 12 matrices compuestas por casillas blancas y azules. Cuentan con 6 segundos de tiempo.