Irene fue a la papelería que está frente al colegio de su hija, buscando un regalo para otra niña, cuando se fijó en el escaparate: entre el último juego de Harry Potter y un clásico infantil como Palabrea se colaba otro que le llamó la atención. Una caja blanca toda, pequeñita; un despertador, un cactus, un refresco con pajita dibujada con palitos, un altavoz, una bombilla y una palabra en el centro: Guatafac. El diseño es desenfadado como el verano de los niños. Pero Irene sabía algo que la cajita no decía: dentro hay un montón de cartas de contenido sexual.
"Lo diabólico del juego es que se vende en tiendas habituales como si fuese un juego de cartas normal y corriente. Cuando lo promocionan no te ponen las cartas donde hablan de 'Prostituir a tu abuela' o 'Cita los atributos exuberantes de tu madre', ponen las cosas más 'light'. Hay algunas cartas simplemente de bromas pesadas y por eso pasan el filtro, pero el problema viene cuando abres el juego y descubres lo que venden realmente", explica a EL ESPAÑOL Laura Isabel Gómez, técnica de igualdad y trabajadora en la Asociación para la Salud Integral del Enfermo Mental (ASIEM).
Por otro lado, Guatafac ha sido recomendado por algunos de los principales medios españoles. Algunas revistas lo han incluido entre los "Ocho juegos divertidos para toda la familia". Cristina Pedroche, Valeria Ros, Marta Torné y Lorena Castell han jugado varias veces en directo en el programa Zapeando de La Sexta. Por si fuera poco el éxito, es el juego de mesa número 1 en ventas de Amazon, con más de 3.600 reseñas de 5 estrellas.
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¿Dónde está entonces el problema con el juego? ¿Su contenido es sexual e inapropiado para menores o se trata simplemente de humor negro? ¿Tienen realmente motivos para quejarse las madres y asociaciones feministas que han alertado de que es peligroso que Guatafac esté al alcance de sus hijos? En EL ESPAÑOL nos hemos hecho con un ejemplar del juego -que, efectivamente, se puede comprar con total facilidad en librerías o cualquier gran superficie- y esto es lo que nos hemos encontrado.
El juego
Guatafac se anuncia como un "juego de fiesta, a partir de 16 años, para jugar trío o más o de entre 15 y 60 minutos de duración". Fue creado en 2019 por Antonio y Pablo, que en aquel momento estudiaban un máster de comercio internacional. En España la editorial es La Caja, sucursal de la francesa ATM Gaming, y lo distribuye Asmodee, otro gigante del sector. Cuesta 29,95 euros.
Las reglas son sencillas. Hay 480 cartas: 400 corresponden a los enunciados de las pruebas, a las que el jugador deberá contestar en 8 segundos, y 80 cartas especiales con otro tipo de pruebas. El jugador con el "cociente intelectual más bajo" es el "Maestro Guatafac" y ejerce como una suerte de moderador. Gana el primero en llegar a siete puntos.
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Además, avisan de que "este juego es un simple pasatiempo de humor cuyas cartas han sido diseñadas con el único propósito de que os divirtáis. No existe orientación política o ideológica". En caso de que alguna pregunta resulte ofensiva, instan a que, "antes de gritarlo por ahí a los cuatro vientos, danos la oportunidad de arreglarlo".
Se consideran un juego 'friendly' con lo ecológico y lo social. Por ello, está diseñado en España e impreso en Europa, en papel ecoresponsable, y destinan el 1% de los beneficios a obras benéficas, concretamente a la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER). En definitiva, conocen bien el manual de responsabilidad social corporativa.
Bella Castillo, responsable de prensa de Guatafac, desmiente las informaciones de que FEDER había roto relaciones con la marca tras el aviso sobre el contenido del juego que el diario La República le había dado a la asociación. "Lo de FEDER no es cierto, tenemos muy buena relación con ellos, aunque puede ser que seamos nosotros quienes ahora escojamos otra causa a la que donar el 1%", dice Castillo en conversación con EL ESPAÑOL.
No obstante, sí confirma que, tal y como ha podido saber este diario, El País rompió con ellos: "Tuvimos un pequeño problemilla y nos dijeron que quitásemos su logo de nuestras comunicaciones". ¿Por qué pasa esto si es, como aseguran desde Guatafac, un juego cuya única misión es "que la gente pase un buen rato"?
EL ESPAÑOL ha analizado las 480 cartas. Dejando a un lado las 80 especiales, que no se corresponden con ninguna pregunta específica, entre las 400 restantes se puede apreciar que 180 tienen claras connotaciones sexuales. Es decir, casi la mitad (el 45%) del juego tiene un tinte sexual.
Contenido sexual
No todas las cartas, claro, tienen el mismo nivel de explicitud o brusquedad: desde "Cita o haz mímica de tres posiciones del Kamasutra" o "Da tres razones para ponerle un condón a un pepino" hasta "Cita tres métodos anticonceptivos tan efectivos como el bukkake".
Para Miren de la Torre, profesora de secundaria y miembro de Docentes Feministas por la Coeducación (DoFemCo), el contenido del juego afecta a la coeducación en igualdad porque "hay familiaridad con el lenguaje que utiliza la pornografía". De la Torre hace referencia a "varios ejemplos muy desagradables, como 'tirarte a tu madre' o 'drogar a una amiga'".
Desde Guatafac entonan el 'mea culpa': "Las cartas de las que se están quejando son pertenecientes a versiones anteriores del juego, no a la actual. Reconocemos nuestro error y que muchas de esas cartas están fuera de lugar. Hemos cambiado, tenemos en cuenta las opiniones de los usuarios y estamos cambiando. Nos disculpamos", afirma Bella Castillo.
Si bien es cierto que los ejemplos citados por De la Torre ya no aparecen en la versión actual del juego que ha adquirido este periódico, sigue habiendo al menos una treintena de cartas que reproducen dinámicas sexo afectivas potencialmente problemáticas para los menores.
Iria Marañón, filóloga y autora del libro Educar en el feminismo, ha analizado para EL ESPAÑOL algunas de las cartas más problemáticas al alcance de adolescentes. El enunciado "Cita tres técnicas para conseguir que se lo traguen" es un ejemplo de "jóvenes aprendiendo opciones reales para pornificar a las mujeres y manipular su consentimiento".
En el mismo sentido, "Cita tres razones para correrse sin avisar" supone "justificar algo en lo que no ha habido consenso en la pareja, para que los jóvenes normalicen este tipo de violencia hacia las mujeres".
Por otro lado, otro tipo de cartas que hacen referencia al aspecto físico como "Da tres razones para 'podar el seto' con frecuencia" lanzan "el mensaje de que las mujeres deben estar siempre deseables para los hombres y, además, cómo convencerlas de ello".
O "Nombra tres formas caseras de abortar", que no solo "banaliza y frivoliza un problema que son los abortos clandestinos en donde muchas mujeres mueren o sufren secuelas de por vida", sino que Marañón también lo entiende como una propuesta para ejercer violencia sobre las mujeres: "¿Te imaginas las respuestas?"
¿Humor o violencia?
"Dicen que lo dirigen a 16 años, pero un chico de 16 años es un menor. Todavía no tienen formado un pensamiento crítico. Es un atentado directo contra la coeducación, no podemos educar en igualdad partiendo de estas cuestiones", explica De la Torre.
Laura Isabel Gómez, que también ha impartido cursos de educación sexual en institutos, no cree que el problema sea el efecto imitación (que el menor vaya a hacer literalmente lo que pone en la carta), sino que lo perciba como algo gracioso.
"Si ya de pequeños viven en una sociedad que banaliza todo eso, cuando llegan a adultos no nos pueden sorprender casos como La Manada, la sumisión química en la bebida o la moda de pinchar. Lo triste es que hablas con los menores y no son conscientes de que eso es violencia, les parece gracioso", explica.
Por ello, para esta técnica de igualdad no pueden considerarse humorísticas estas cartas. "Las mujeres y la sociedad hemos luchado mucho por salir de ese tipo de humor de Pajares y Esteso, pero ahora estamos banalizando la violencia, el acoso y la mofa sobre el cuerpo de las mujeres, disfrazándolo de humor negro y modernidad", explica, y añade: "Si donde en el juego pone 'novia', 'madre' o 'amiga' pusiese 'homosexual', 'negro' o 'gitano', dudo mucho que la gente dijera que no pasa nada, que es humor negro. Y, encima, al alcance de cualquier menor".
En la misma línea, De la Torre se queja de que "aquí el humor hace de pantalla a través de la cual se filtra la misoginia y la violencia contra las mujeres. Las niñas asumen como juego algo que en la realidad mata. Tenemos a 900 menores en vigilancia por violencia machista. El impacto de la pornografía en menores es evidente".
Incitación a la violencia
María Martín Romero es presidenta de la Asociación La Volaera, maestra y madre. Asegura que los niños de siete años ven vídeos de pornografía dura y que le llegan niñas de 14 años violadas por sus novios sin ser conscientes de ello: "Creen que es normal si el novio decide metérsela por detrás o si decide que tiene que compartirla con sus amigos".
En su opinión, hay una "relación directa entre este tipo de juegos y lo que está pasando", pues lo incluye dentro de una misma "industria del sexo". "Lo mismo que se reúnen para ver películas pornográficas, se reúnen para jugar a este tipo de juegos. Es como el no te atreves. Pero ¿si no te atreves qué pasa? Son chiquitos muy jovencitos. La media de edad de agresiones ha bajado de 16 a 14 años, ¿eso por qué es?", explica.
Miren de la Torre también equipara el juego con la industria sexual: "El alumnado reconoce el consumo de pornografía sin ningún pudor, tienen invisibilizado lo que hay de violencia. Si encima integramos lo del humor, ya lo asumen como algo normal. Desde luego, para unas relaciones sexo afectivas sanas esto no tiene lugar".
En Guatafac hay varias cartas que hacen referencia directa al porno -recordemos que, en España, el consumo de pornografía está prohibido para menores de 18 años-. Algunos ejemplos son: "Cita tres palabras en inglés que conozcas del porno", "Di tres razones por las que ver porno gay" o "Di las tres palabras que escribes con más frecuencia en Pornhub".
Además, el tipo de contenido publicitario que Guatafac hace en sus redes sociales es objeto de críticas por las feministas consultadas al "suponer una cosificación del cuerpo de la mujer".
Bella Castillo comprende "la parte por la que lo comentan", pero no lo ve distinto a lo que se puede ver cotidianamente. "Si entras a Instagram, la mayoría son fotos en bikini, cuerpos... Son bromas relacionadas con el juego, no tenemos mala intención aunque se publiquen ese tipo de fotos", justifica.
Del mismo modo, Castillo entiende que el juego no tiene ánimo de ofender "aunque tenga ese toque un poco salido y de humor negro. No es distinto a lo que los adolescentes ven en la televisión con ejemplos como La que se avecina o Aquí no hay quien viva. No somos todos santos, este tipo de humor está presente en todos lados".
Montero y Garzón
"Esto tira por tierra todo el trabajo de educar en lo sexo afectivo que estamos intentando desde los colegios. Es el caldo de cultivo de la gincana sexual de Barcelona", dice De la Torre, que revela a este periódico que "hay feministas pidiendo a Fiscalía de menores que lo retiren, pero no debe de haber mucho interés".
Laura Isabel Gómez pide que se imposibilite adquirir el juego a menores de edad, como el alcohol, las drogas o el acceso al contenido sexual explícito. "El Strip Póker es un juego de niños comparado con esto. Debería estar en locales para mayores de edad, no en librerías frente a los colegios", reclama.
María Martín Romero señala a Irene Garzón e Irene Montero como responsables de la situación y no entiende "cómo no han adoptado medidas, esto es un juego de adultos". Romero pone en duda la estrategia de Montero, y pide "invertir más en educar a los tíos y no en proteger a las tías, que también, pero eso ya lo último, lo primero es la educación". Explica que "reeducar después es muy complicado".
Los responsables de Guatafac manifiestan que solo son "estudiantes que comercializan estos juegos" y que toda la polémica les "causa dolor". No obstante, no es la primera experiencia de este tipo que tienen.
En 2021, la fundación ALPE y el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) manifestaron que las cartas "Cita tres posibles usos de un enano" y "Nombra tres razones para cocer a un albino" eran hirientes y ofensivas. Ya entonces uno de los creadores de Guatafac firmó una nota de prensa disculpándose y retirando esas cartas del juego. "Antonio admitió que era más inmaduro en ese momento y no pensó en el daño que podía causar una carta", lamenta Castillo.
Castillo confiesa a EL ESPAÑOL que no hay ningún especialista en estas cuestiones que analice y filtre el contenido de las cartas, sino que "actuamos a ensayo y error y por eso nos equivocamos". Su único filtro son las valoraciones de los usuarios, "a quienes tenemos muy en cuenta y les reembolsamos el dinero si no encuentran lo que esperaban".
Retirarlo del escaparate
Irene, la madre que inició todo este movimiento contra Guatafac al encontrar el juego en la papelería frente al colegio de su hija, explica a este periódico que lo primero que hizo fue alertar al dueño del local. "Le pregunté si sabía de qué iba el juego. El señor puso ojos como platos cuando le relaté algunas de las cartas del supuesto juego infantil. Mi perturbación fue que no lo retirara de inmediato: se limitó a comentar que los jóvenes cada vez estaban peor".
Feminista y con conocimientos en Sociología, Irene opina que "la clave está en recibir una buena educación sexual en la adolescencia". Es decir, cree que el conocimiento sobre la sexualidad debería llegar a los adolescentes dentro de las aulas y de la mano de expertos, y no que su toma de contacto sea este tipo de juegos.
Esta madre tomó la iniciativa y mandó la fotografía del juego a los otros padres y madres del colegio para trasladarles el asunto. Hay muchos que compran ese juego por Reyes Magos porque sus hijos se lo piden y ellos creen "que es un juego de cartas gracioso e inocente", dice Laura Isabel Gómez, que comparte grupo de WhatsApp con muchas madres. "Ninguna dijo que era superguay, había mucha indignación", recuerda.
Al día siguiente Irene volvió a la papelería, pero "el juego seguía allí, entre los peluches y demás juegos infantiles". El colegio acabó a los pocos días e Irene no sabe qué ha sido del juego. "Me daré una vuelta cuando vuelva de vacaciones y, si sigue ahí, le diré al dueño que si no quiere contribuir a la deshumanización de los adolescentes debería, al menos, alejar de la vista el juego". Su objetivo es que "se pudiera prohibir la venta de este juego a menores de 18 años".
Por parte de Guatafac, insisten en sus disculpas, en que retirarán las cartas ofensivas y en que no tienen mala intención. No obstante, no contemplan de momento hacerlo exclusivo para mayores de edad: "Lo planteamos a partir de 16 porque es cuando los adolescentes empiezan a tener más vida social y lo vemos como una buena idea para que socialicen. Pero queremos mejorar, lo valoraremos".