Agentes de la Policía Nacional detuvieron ayer martes a Juan Francisco Vargas, padre de Yéremi Vargas, después de que fuera denunciado por su actual pareja por violencia de género.

Así lo han confirmado a Europa Press fuentes de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, que agregan que el hombre pasará durante la jornada de este miércoles a disposición judicial.

Vargas se encontraba en libertad provisional a la espera de juicio investigado por dos supuestos delitos de abusos sexuales tras las denuncias, hace aproximadamente un año, de su hija y la hija de su expareja.

En cuanto a la denuncia de este martes, los hechos, según señala el periódico Canarias7 y recoge Europa Press, tuvieron lugar cuando su actual pareja explicó en el cuartel de la Guardia Civil del sureste que venía siendo objetivo de malos tratos.

De esta manera, la Benemérita informó de esta circunstancia a la Policía Nacional, que acudió a donde estaba Vargas y lo detuvo para trasladarlo a la Comisaría del Distrito Sur de Las Palmas de Gran Canaria, donde está a la espera de comparecer ante el Juzgado de Violencia sobre la Mujer nº2 de la capital. 

Antecedentes

Según ha informado este medio, el padre de Yéremi Vargas ya ha sido detenido con anterioridad por diferentes delitos sexuales. El primero de ellos fue hace aproximadamente un año, cuando su hija de 13 años le denunció por una agresión sexual. 

Esta primera agresión se produjo a las en la madrugada del 30 de agosto, cuando la pequeña alertó a los vecinos al grito de: "¡Papá, no, por favor! ¡No, por favor!". Tras esos primeros gritos, Juan Francisco, según una vecina, le dijo a su hija: "¡Yo estaba dormido! ¡Estaba dormido!".

"La niña seguía llorando, y decía que se quería ir con su madre, a lo que él le respondía, cada vez subiendo más el tono de voz: '¿Por esta tontería te quieres ir con tu madre?'", relató esta vecina a este medio en septiembre de 2021.

Pero este no se trata de un caso apartado, una semana después volvió a ser detenido  tras ser acusado de un delito de abuso sexual a otra menor. En este caso también se trataba de una joven de 13 años, la misma edad que su hija. Se trataba de la hija de una mujer con la que Juan Francisco tuvo otra relación que concluyó en diciembre de 2020, hechos que precipitaron el fin de la relación. 

La joven le habría confesado a su madre hace un año que fue presuntamente agredida sexualmente por Juan Francisco y esta, empujados por los hechos que se hicieron públicos el lunes, procedieron a llevar a la menor a la comisaría de Puerto del Rosario (Fuerteventura) para que pusiera la denuncia por este otro posible delito sexual.

Sin embargo, Vargas quedó en libertad provisional tras no declarar. El juez le retiró el pasaporte, le prohibió salir de la isla de Gran Canaria y acercarse a la menor. También le obligó a comparecer todos los lunes en el juzgado mientras continúa la investigación.

Los años 'locos' del padre de Yéremi

Desaparecido hace 15 años ahora en Gran Canaria, Juan Francisco se levantaba todas las mañanas temprano. Recogía su coche, una furgoneta Renault blanca 'tuneada' con dos rayas azules, y se dirigía todos los días a su trabajo como jefe de cocina de un hotel antes de su detención en agosto del año pasado. Acababa de regresar de la isla vecina de Fuerteventura a finales de 2020, después de romper con N., una pareja con la que estuvo alrededor de un año y medio. 

'Juanfra', como es conocido en su entorno, es un hombre acostumbrado a los cambios y no le costó adaptarse a su vuelta a Gran Canaria: en muy poco tiempo, ya tenía un buen trabajo y una nueva novia, una colombiana con la que se había mudado a vivir al nuevo piso. "Mujeriego", describió con sorna uno de sus hijos a este periódico. Juan Francisco es padre nada menos que de siete hijos con seis mujeres diferentes. Dos son niñas y cinco son niños. Él apenas tiene 38 años.

Unos meses después de irse de Las Palmas, el 10 de marzo de 2007, Yeremi desapareció. Juanfra tenía entonces 22 años, amaba la fiesta y pasaba horas en el gimnasio. Entonces trabajaba como repartidor de una pizzería y ya le gustaba la pesca con caña en el litoral rocoso del Oeste de la isla.

Tras la separación, volvió a casa de su madre, María del Carmen, donde estuvo viviendo por no demasiado tiempo. Luego comenzó a alojarse de un lado a otro, en las casas de las parejas con las que iniciaba nuevas relaciones. También estuvo relacionado con el menudeo de drogas en las 80 viviendas de Vecindario.