Baltasar Molina -o Balta, como le conocen sus allegados- no es cocinero profesional ni falta que hace. Hay habilidades que llevan en la sangre quienes nacen en un determinado lugar. Igual que Cádiz es tierra de chirigoteros y los niños casi que nacen sabiendo cantar, Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real, es tierra de pimientos y saben preparar el pisto como nadie. Tanto que este año han vuelto a repetir el logro que ya obtuvieron en 2016: cocinar el pisto con el récord Guinness de ser el más grande del mundo.
El resto de voluntarios que han sido artífices, el pasado domingo 4 de septiembre, de esta hazaña gastronómica, tampoco son profesionales de la cocina. Sin embargo, saben la respuesta al reto que podría dejar sin palabras a Joan Roca o Martín Berasategui: la cantidad exacta de tomates o de pimientos que debe llevar un pisto para 10.000 personas.
"Soy cocinero del pisto más grande del mundo", dice Baltasar, orgulloso. La tradición empezó hace 19 años, en 2003, y ahí estaba ya él. Primero solo repartía las raciones o colaboraba con lo que hiciese falta, pero después pasó a cocinarlos.
En 2016 llegó el récord Guinness al 'Pisto más grande del mundo' y, tres años después, la pandemia amenazó con matar las fiestas. Pero la tradición ha vuelto este 2022 con más fuerza que nunca: alrededor de las dos de la tarde, después de siete horas cocinando, una grúa dejaba la imponente sartén de 5,20 metros de diámetro en el centro de la plaza de la Fuente Vieja. "Lo hemos vuelto a hacer, 1.250 kilos de pisto", festeja Baltasar.
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Un pisto majestuoso
Aunque la gran comilona se celebra el domingo, un pisto de tales dimensiones solo es posible si se empieza a preparar un día antes y con la colaboración de centenares de personas. El pueblo entero, de más de 4.852 habitantes, se vuelca en sus Fiestas del Pisto.
Turinfa, la Asociación para el Desarrollo Turístico del Campo de Montiel, se encarga de labores de gestión y organización. También son necesarias las ayudas de la diputación y la colaboración de restaurantes locales, ya que "esto vale muchos billetes", afirma Baltasar. En este sentido, es difícil establecer cuál es el presupuesto para un pisto de estas características: "No lo sabemos porque todo lo donan cooperativas y particulares", dice a EL ESPAÑOL Juan Rivas, de 'Los 23 del Campo de Montiel'.
Además, el ayuntamiento donó la sartén de 5,20 metros de diámetro, que sustituyó a la anterior de 'tan solo' cuatro metros. Y el pimiento, producto de lujo de la zona cultivado en las huertas infanteñas, es donado, "por eso se puede seguir manteniendo esto", opina Baltasar, quien está seguro de que "no hay otra sartén igual en el mundo".
Así, estos serían los ingredientes para hacer un pisto para 10.000 personas: 2.000 kilos de pimientos rojos y verdes, 1.000 kilos de tomate, 100 litros de aceite de oliva, 900 kilos de panceta y magro de cerdo, 1.200 kilos de leña, 20 kilos de sal y 250 litros de vino, donado por la Cooperativa Nuestra Señora De La Antigua Y Sto. Tomás De Villanueva. El vino, naturalmente, no se echa en la sartén, pero resulta fundamental para bajar tanto pisto.
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Una vez reunidos los ingredientes, alrededor de 400 personas se juntan el sábado anterior a la fiesta para llevar a cabo la "cortá del pimiento", como es conocida esta actividad. "Son voluntarios que le quitan las semillas y el culo al pimiento. En sucio son 2.000 kilos, pero cuando lo limpian quedan 1.600 kilos de pimiento", explica Baltasar.
Algo parecido ocurre con el tomate, que de los 1.000 kilos solo quedan 800 cuando es escurrido, "para que no tenga tanto caldo". Una labor indispensable para que al día siguiente lleguen los seis cocineros, Baltasar entre ellos, a la plaza de la Fuente Vieja, a las 7 de la mañana, para empezar a cocinar el pisto.
"Primero se echa el aceite, seguidamente la carne, para que no se queme el aceite. Mientras que unos cocineros sacamos la carne, otros van echando el pimiento para que la sartén no pare. Comprobamos que el pimiento no esté duro y le echamos el tomate. Después, añadimos la carne para que se vayan conjuntando todos los jugos. También se le echan 20 kilos de sal, aunque esta cantidad depende de cómo esté el pimiento. Este año, por ejemplo, hemos echado pimiento rojo, que le da dulzor y mata todos los sabores ácidos", explica Baltasar, con precisión de cocinero experto. Junto a él, otros cinco cocineros 'amateurs' se encargan de este proceso.
Una tradición exitosa
Entre 15.000 y 20.000 personas han acudido a las Fiestas del Pisto de Villanueva de los Infantes. Es decir, una cifra que cuadruplica su población, superando la afluencia de la gran mayoría de las fiestas de pueblos españoles. No obstante, aseguran que "el pisto da para todos".
Lo que empezó con "tres señores de la Asociación Turinfa que un día tuvieron esta idea", se ha convertido en un evento internacional. La Fuente Vieja, además, resulta un lugar ideal por sus condiciones de sombra, amplitud y comodidad. Allí, una vez cocinado el pisto, se va repartiendo todo de forma gratuita: cada ración incluye el pisto en un cuenco de cartón, como marca la ley, un vaso de vino y una bolsita con pan, servilleta y tenedor. Todo gracias a los voluntarios.
"Soy voluntario por mantener la tradición y porque me gusta mucho la cocina. Ninguno somos profesionales, apoyamos todo lo que es la fiesta para que no pare", cuenta Baltasar. En tiempos, eran hasta 10 cocineros, pero con el covid se retiraron los mayores: "Nos hemos quedado nada más que seis. Teníamos un chico que este año no ha podido porque empezaba la universidad. Empezaremos a meter gente joven para que la tradición no falle".
Además, para que un pueblo como Villanueva de los Infantes pueda asumir la organización de un evento que es único en el mundo son esenciales las labores de las fuerzas de seguridad, agrupaciones de voluntarios y protección civil.
Este año han contado con 21 voluntarios, un puesto sanitario con enfermería, seis desfibriladores, un enfermero de emergencias del SUMMA 112 de Madrid, un auxiliar de enfermería, técnicos en emergencias sanitarias, una ambulancia de soporte vital básico del SAMUR 112 que viajó desde Madrid, un Vehículo de Atención sanitaria en emergencias (V.A.S.), un Vehículo de Intervención Rápida (V.A.R.), un vehículo multisectorial y cuatro vehículos de apoyo.