La mujer acudió sola a las oficinas de la Seguridad Social para hacer un trámite con respecto a su pensión de viudedad, que llevaba cobrando hacía ya muchos meses. El funcionario introdujo sus datos y la reconoció."¿Usted es la viuda de Padura? Pues debo decirle que su pensión está calculada basándose en que la causa de fallecimiento de su marido figura como accidente laboral".
Esa fue la primera bofetada social, bien por error, bien por descuido. Era 1987. El marido de María Luisa había sido asesinado en 1984, a los 37 años, por tres miembros del Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) de un disparo en la cabeza en su trabajo, en Sevilla. Lo que no debería haber figurado jamás ni en letra pequeña fue lo que se tomó como referencia para que la Seguridad Social abonase mensualmente mucho menos a la viuda.
Según datos de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, los miembros de la banda terrorista GRAPO asesinaron entre 1975 y 2006 a 93 personas e hirieron a otras 95. Esta semana se ha cumplido el 38 aniversario del asesinato de uno de ellos: el marido de María Luisa, Rafael Padura Rodríguez. La familia no olvida. Es imposible además hacerlo cuando el devenir de la historia es el que es. "Es una pena larga", dice el hijo, también llamado Rafael Padura, a EL ESPAÑOL.
Porque, con los años, acabaron viendo a uno de los terroristas condenados por matar a su padre recibiendo unos reconocimientos que la familia lleva más de 20 años considerando como impropios. "Como ser recibido por la Federación Paralímpica Española y la Familia Real en el aeropuerto de Barajas". Por eso, cada septiembre, la familia se duele aún más por la pérdida, la rabia y la indignación.
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El hombre que habla con este periódico era un niño de 12 años cuando mataron a su padre. Lo que vendría luego, y que se verá a continuación, hace que subraye que "el trato que da este país a las víctimas del terrorismo es penoso, lamentable e impropio de una democracia avanzada".
Diez años después del asesinato, en 1994, las puertas del centro penitenciario se abrieron para Sebastián 'Chano' Rodríguez: accedió al tercer grado tras cumplir 9 años de prisión. Fue uno de los tres terroristas condenados por el asesinato de Rafael. No salió a la calle por su propio pie: lo hizo en silla de ruedas. Quedó parapléjico en 1990, tras una salvaje huelga de hambre de 432 días. En 1996 se le aplicó el artículo 60 del reglamento penitenciario, que prevé la excarcelación para presos con enfermedades incurables.
Dos años después batió el récord del mundo en un campeonato de natación adaptada en Cádiz. Los dos siguientes lograría 4 medallas de oro en los Juegos Paralímpicos de Sídney. Por vergüenza, trató de ocultar a la Federación los motivos por los que había quedado parapléjico. Acabaría descubriéndose, pero la federación le arropó. Acabó convirtiéndose en el deportista español con más medallas paralímpicas hasta la fecha, hasta un total de 16, 8 de ellas de oro.
El asesinato
La familia Padura acababa de regresar a Sevilla tras pasar el mes de agosto de vacaciones, y el colegio estaba a punto de empezar. Rafael Padura Rodríguez llevaba apenas seis meses como presidente de la Confederación de Empresarios de Sevilla. "Mi padre no sabía que era objetivo de los GRAPO. Es cierto que se habían recibido cartas de extorsión pidiendo el impuesto revolucionario a varios empresarios sevillanos. Pero él, a priori, no era consciente de que fuese un objetivo, y fue a trabajar como cualquier día".
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Le dio un beso a María Luisa y a sus dos hijos, de 12 y 9 años, y se dirigió a una de las tres oficinas del grupo de empresa, dedicada a las artes gráficas y la papelería: Gráficas Padura. El empresario saludó a los trabajadores de la oficina central, en la calle Luis Montoto. Nada más llegar los empleados le contaron que una hora antes, sobre las 11 de la mañana, dos hombres, con chándal y peluca habían entrado en el establecimiento preguntando por él. Les respondieron que no estaba, y se marcharon. "Le dijeron que habían entrado dos hombres con pinta rara y con pelucas, preguntando por él. Mi padre pensó que podían ser ladrones, pero se dijo que para lo que había en la caja un lunes…", recuerda su hijo.
El comando estaba formado por tres terroristas. Uno de ellos esperó fuera, en el coche; los otros dos entraron de nuevo a las 12,15 horas. Según la sentencia, mientras Sebastián 'Chano' Rodríguez encañonaba en el mostrador a los 10 trabajadores y los encerraba en una sala anexa, el tercero entró en el despacho del empresario, le obligó a sentarse en su silla y le disparó a bocajarro en la cabeza. Falleció poco después, mientras era trasladado al hospital. Fue allí donde María Luisa se dio cuenta de que aquel beso que su marido les había dado a ella y a sus hijos por la mañana había sido el último.
A las 17,15 horas, la autoría del asesinato fue reivindicada por el GRAPO a través de una llamada telefónica a Radio Nacional Sevilla. La fecha del atentado no fue elegida al azar. Aquel 5 de septiembre se cumplía el tercer aniversario de la muerte del cabecilla de los GRAPO, Enrique Cerdán Calixto, abatido por la Policía Nacional en Barcelona. "Los autores fueron detenidos en Valencia al año y medio de matar a mi padre", cuenta Rafael.
La historia de 'Chano'
Nacido en Cádiz en 1957 e hijo de militar, Sebastián 'Chano' Rodríguez se convirtió tiempo después en el deportista español y andaluz más laureado de todos los tiempos. Ha participado en 5 Juegos Paralímpicos y en su palmarés ostenta 8 medallas de oro, 4 de plata y 4 de bronce. "Aunque su indiscutible superioridad en el estilo libre dentro de la clase 5 –discapacidad física moderada– le ha llevado también a labrarse un palmarés excepcional en otros frentes, tales como los campeonatos del mundo (22 medallas), los europeos (25) y los nacionales (84), amén de haber conseguido numerosos récords universales en las pruebas de 50, 100 y 200 libre y en los relevos 4×50 libre y estilos", recoge la web Fundación Andalucía Olímpica.
Hijo de militar, y ya retornada la familia a Galicia desde Cádiz, en su juventud Chano deja los estudios y con 15 años se emplea en un taller de reparación naval. Posteriormente, hizo el servicio militar en Cádiz. Para lograr ese destino, fingió ser analfabeto. Luego estudió Náutica y se embarcó dos veces en barcos mercantes con travesías por África. El mar no era lo suyo, por lo que al regresar, y al darse cuenta de que su hermano formaba parte de los GRAPO -por lo que posteriormente fue condenado y encarcelado- se le unió y se marchó a Barcelona. Fue en plena Transición, tras la muerte de Franco, en 1976.
En 1981 fue detenido acusado de pertenencia a banda armada y pasó por las manos de Antonio González Pacheco, Billy El Niño, en la Dirección General de Seguridad (DGS), en Sol. Allí confesaría que había puesto unas bombas. Cuando estaba a punto de entrar en prisión el PSOE ganó las elecciones y, en consenso con el resto de partidos, la amnistía le hizo eludir la cárcel.
Al volver a Vigo se metió hasta el cuello en el GRAPO. A El País declararía en 2018 que "salí con los huevos hinchados y dije: 'Voy a ir hasta el final'. En realidad, yo nunca me lo había planteado. Pero voy a decir algo, para que no se me malinterprete: nada de lo que hice (después) es justificable. No lo justifican ni las palizas, ni las torturas, ni la violencia de Estado…. Nada".
Dos años más tarde participó en el asesinato de Rafael Padura. A la condena de 84 años se le sumó su participación en diversos atentados con explosivos, hasta un total de 103 años de cárcel. Era 1985. Pasó por Carabanchel y luego por Soria, Valencia y Monterroso, en Lugo. Entre 1990 y 1991 hizo una huelga de hambre para reclamar la reunificación de presos.
La llevó hasta tal extremo que la falta de glucosa hizo que sufriera afectaciones en varios órganos, además de una parálisis de cintura para abajo al quedar dañada la médula. Quedó postrado en una silla de ruedas para siempre. En noviembre de 1994 fue puesto en libertad provisional por enfermedad incurable y el 26 abril de 2007 recibió el indulto parcial del Consejo de Ministros.
Para entonces ya llevaba siete años siendo campeón paralímpico y tenía una exitosa carrera deportiva. Por ello, y nada más conocerse el indulto, quiso concurrir a las elecciones municipales gallegas como candidato. El 31 de mayo, escasos días después del indulto, la Junta Electoral denegó su petición de concurrir a las elecciones como candidato del Bloque Nacionalista Galego en Vigo. Porque la medida de gracia quedó sujeta a que se hiciera cargo de las indemnizaciones derivadas de los delitos que cometió como terrorista, y se comprometiese además a no cometer un delito doloso en los 15 años siguientes, es decir, hasta este 2022. No podía ni votar ni ocupar cargo público. El indulto se hizo efectivo en 2015.
Su última incursión en unos Juegos fue el año pasado, en los de Tokio. Con 64 obtuvo un diploma olímpico. En paralelo, y además de su carrera deportiva, en la actualidad da charlas en colegios e institutos con el respaldo de la ONCE, además de otras iniciativas solidarias con diversas oenegés.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Chano con motivo de este reportaje. Elude responder a cualquier pregunta, pero sí indica que "la familia tiene derecho a decir lo que quiera, y yo también a no decirlo. Yo creo que ya he pagado mi deuda penal, y socialmente, mi deuda también está pagada. Moralmente, me lo quedo para mí, y no tengo por qué darle respuesta a nadie. Así que no, no voy a responder a ninguna pregunta".
"La soledad de las víctimas"
Rafael recuerda además el acoso que sufrió la familia en Sevilla durante los años siguientes a la pérdida del padre. "Recibíamos amenazas de los Grapo, que llamaban por teléfono de manera anónima, y cambiamos de número tres o cuatro veces. Tenía que ir escoltado por la Policía al colegio, que ponía francotiradores en las azoteas...", recuerda con amargura. En Andalucía, como en Cataluña, Galicia Y País Vasco, el GRAPO tenía mucho arraigo. Sabe que el acoso que sufrió la familia, una vez asesinado el padre, provenía de su misma ciudad, pues "había un grupo de simpatizantes de los GRAPO en el polígono de San Pablo, era notorio y conocido". En 1987 la madre y los hijos, hartos, se mudan a Madrid para tratar de rehacer su vida de manera anónima.
Rafael cuenta hoy que está indignado con que "el sistema judicial y penitenciario español son espacios intoxicados por la política. A Chano lo pusieron en la calle, y el resto del comando cumplieron solo entre 18 y 20 años". Al tiempo, se enteraron de que, ya en libertad, estaba trabajando para la ONCE en Vigo. "Luego le dio por nadar y entró en la selección paralímpica. Representando a España, cuando había renegado del estado opresor español".
Al enterarse, la familia escribió al entonces ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja. "Le dijimos que cómo era posible que la Federación Paralímpica y la Familia Real le hubieran recibido en el aeropuerto de Barajas. A un asesino convicto, sin que hubiera cumplido su pena ni se haya arrepentido. A nosotros nunca nos ha pedido perdón, y sabemos que al quedar en libertad llevó una asociación de presos del GRAPO, para reinsertarlos, y ha acogido a miembros del grupo terrorista en su casa. Ha sido activista mientras el GRAPO ha estado vivo. Así que yo no lo llamaría exterrorista".
Afirma que la sociedad española "es muy desmemoriada. La soledad de las víctimas del terrorismo es total. Como somos pocos, y pacíficos, los gobiernos hacen luego lo que les da la gana. Las vejaciones políticas que se hacen en España serían impensables en otro país, como lo de ahora con 'Txapote' y Parot: están preparando una excarcelación por un puñado de votos".