Es la pescadilla que se muerde la cola: los colegios no reciben por parte del gobierno autonómico todos los recursos que necesitan, entonces comienzan a pedir ese dinero a los padres, y los padres acaban por explotar. Esta ha sido la sucesión de hechos que ha desencadenado que en Canarias se estén realizando prácticas ilegales por parte de los centros públicos. Por ejemplo, que materiales básicos como el jabón, el papel higiénico o los folios para hacer exámenes sean aportados por las familias.
"No es nuevo, ni tampoco pasa solo en Canarias. Llevamos varios años denunciando el copago educativo", cuenta Marian Álvarez, portavoz de la Federación de AMPAS de Centros Estatales Galdós (FAPA Galdós), en conversación con EL ESPAÑOL.
Este curso, además, algunos colegios públicos están reclamando el pago de tasas de matriculación a los alumnos, tal y como ha podido comprobar este periódico. Esto contraviene el artículo 27.4 de la Constitución Española en virtud del cual "la enseñanza básica es obligatoria y gratuita". Así lo expone Sergio de la Fe, presidente de FAPA Galdós, y así lo entienden los madres y padres canarios, para quienes es la gota que colma el vaso.
Fin al copago
En la actualidad, los centros escolares elaboran listas de materiales fungibles para cuya consecución los padres tienen que abonar dinero. Esto tiene su origen en una resolución de 1995 del Gobierno de Canarias, y establece que estos ingresos para material deben ser aprobados por el Consejo Escolar. Las listas de materiales escolares y las cantidades varían en función de cada centro. Las Asociaciones de Madres y Padres de Canarias piden que se termine con este sistema del copago en la educación obligatoria.
EL ESPAÑOL ha examinado decenas de estas listas de materiales y se ha encontrado con que los colegios requieren una serie de elementos que los padres entienden que deberían de ser básicos y estar incluidos en el concepto de "educación obligatoria y gratuita". Es el caso de "paquetes de 500 folios, papel higiénico, bote de jabón de manos de 1 litro, gel hidroalcohólico, paquetes de pañuelos de papel clínex, botella de agua suficiente para cubrir sus necesidades diarias, gel, maxi rollos de papel de cocina, palos de polo (médico), o servilletas grandes resistentes".
"En la reunión de ayer nos amenazaron diciendo que, si no traíamos folios, tendríamos que comprar más libros", cuenta una madre sobre la reunión que tuvo en el colegio de su hijo. A ella también le pedían "jabón, servilletas y toallitas húmedas", pero solo tres familias cumplieron con la lista y llevaron esos materiales al centro.
"La tutora nos dijo en la asamblea de familias que el papel y el jabón son voluntarios pero que, cuando se acabe el actual, no habrá más y nuestros hijos no tendrán con qué limpiarse las manos. Es una actitud mafiosa", continúa esta madre.
Como le sucedió a Michael Corleone, que se convirtió en 'Padrino' sin comerlo ni beberlo, los colegios se han visto abocados a una serie de prácticas que tampoco desean: "Lo más probable es que haya habido retrasos de un curso a otro a la hora de que el gobierno autonómico les haya dado el dinero, o que han tenido gastos inesperados y, como les dan el dinero a posteriori, se encuentran sin el dinero suficiente cuando empieza el curso...", describe una profesora como posibles causas.
Esta explicación encaja con lo que cuenta esta madre: "Si no traemos los paquetes de 500 folios, nuestros hijos tendrán que hacer los exámenes en un cuaderno porque el colegio no tiene dinero para hacer las fotocopias de los mismos".
Tasas de matriculación
Marian Álvarez denuncia que esta situación ha ido empeorando con los años, "hasta el punto de que hay colegios públicos que se han inventado una tasa de matrícula, y eso no es legal". En efecto, este periódico ha comprobado las peticiones de estas tasas por parte de algunos centros.
El anuncio es parecido en todos los casos, y a veces se le da el nombre de "gastos de gestión de matrícula". El precio, normalmente, oscila entre los 15 y los 30 euros. El propio colegio pone en el escrito el número de cuenta al que los padres deben realizar la transferencia. Luego, en los documentos a entregar para formalizar la matriculación, junto a las fotocopias del DNI o los informes médicos, se pide el "justificante de pago de matrícula".
Algunos colegios también están requiriendo el ingreso de una cantidad en concepto de "seguro escolar". Sin embargo, hay centros que reclaman 12 euros a este fin, mientras que ese mismo seguro normalmente cuesta entre 1,20 y 1,50 euros. Además, el seguro escolar solo es obligatorio a partir de 3º de la ESO. "Es una estafa, vamos a pensar que se les olvidó poner la coma entre el 1 y el 2...", dicen irónicamente desde FAPA Galdós.
"Yo tengo entendido que incluso llamarla tasa es ilegal, porque las tasas están recogidas en la normativa tributaria y uno no se puede sacar una tasa del bolsillo", protesta Álvarez. "Si los fondos que incluyen los centros para su funcionamiento no incluyen los folios de los exámenes, no sé qué incluye. Clama al cielo".
Sergio de la Fe se reunió con la consejera de Educación, Universidades, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias Manuela de Armas, quien encargó una inspección para determinar un informe sobre la gestión económica llevada a cabo por los colegios canarios. La consejera admitió que "aunque de buena fe, se están haciendo cosas no permitidas", dice FAPA Galdós.
A finales de la semana pasada, la Consejería de Educación envió una carta a los directores de los centros "en relación con las cuantías". Tal y como puede leerse, en la misma se hace hincapié en el artículo 27 CE y en la Ley Orgánica 2/2006 de 3 de mayo, de Educación, para recordar las "garantías de gratuidad".
Sin embargo, Álvarez asegura que esto no ha solucionado el problema: ni el de que los centros estén infrafinanciados, ni el de que estén llevando a cabo acciones abusivas contra los padres. "Lo interpretan como quieren y siguen pidiendo dinero hasta para fotocopias. Quieren hasta que los rotuladores de los niños de infantil sean de una marca concreta", se queja.
Según esta portavoz, hay familias que han opuesto resistencia y ya "están sufriendo represalias por parte de los centros". Todos son conscientes de que los colegios están ahogados, pero Álvarez pide mayor determinación a los directores: "Si no tienen fondos que los pidan a quien los tienen que pedir, no a los padres. El problema es que un director piensa que, si se enfrenta a la Consejería, igual nunca llega a inspector, y por eso no lo hacen".