España tiene la segunda tasa de paro más alta de toda la Unión Europea en mujeres menores de 25 años con un 35,6%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2021. Sin embargo, Alba María Mesa, pacense de 24 años, ya lleva dos años trabajando. Su caso es completamente extraordinario dentro de la estadística nacional, pues ella no había acabado su grado en Ingeniería Electrónica por la Universidad de Extremadura (UEx) y ya la habían contratado en Grupo Cobra, una empresa puntera del sector.
No obstante, si se la compara con el resto de compañeros de su promoción (la de quienes se matricularon en 2016), parecería que no hubiese nada reseñable. "Te puedo garantizar que todos los de mi promoción están trabajando. La mayoría, posiblemente alrededor de un 70%, se han especializado en energías renovables", cuenta Alba en conversación con EL ESPAÑOL.
En efecto, puede que Ingeniería Electrónica en la UEx sea la gran desconocida para el gran público dentro del panorama universitario español. Pero lo cierto es que, además de tener un 100% de empleabilidad, este verano se coló en el prestigioso ranking de Shanghái como la mejor entre las más de 50 universidades que ofrecen esta titulación en la nación.
['Espacios de Educación Superior': el nuevo proyecto educativo de Alfonso González]
Hay varios motivos que explican el éxito de esta carrera en esta universidad: el 'boom' de las energías renovables, acrecentado ahora por la crisis energética, una oferta que supera la demanda, y una región que está viendo cómo llegan nuevas empresas e inversores debido a su privilegiada situación geográfica y sus adecuadas condiciones solares para generar electricidad.
Por ello, cuando Alba se plantó hace año y medio en su último año de carrera y se dispuso a hacer las prácticas de empresa, pretendientes no le faltaron. "No sé si a nivel nacional también pasa, pero en Extremadura esto es lo más normal del mundo: que antes de graduarte ya estés trabajando", explica. Tanto es así que incluso tuvo compañeros que pidieron adelantar su defensa del proyecto de fin de grado porque había empresas esperando para contratarlos y necesitaban estar titulados.
Esto fue también lo que le pasó a Alba. Ella entró en el Grupo Cobra para hacer las prácticas y, antes de acabar, le ofrecieron cubrir una vacante como operadora de paneles. Como aún no había defendido su proyecto y, por tanto, no era ingeniera, empezó como oficial de segunda, pasando a su contrato actual cuando oficialmente en su currículum figuraba como ingeniera técnica.
Trabajo garantizado
"Yo trabajo en el sector de las energías renovables, que es donde hay trabajo 100% garantizado en Extremadura, aunque a nivel nacional creo que también", cuenta Alba. Las renovables están al alza y Extremadura es un territorio clave, líder nacional. De hecho, más del 40% de los nuevos MW fotovoltaicos instalados en España el año pasado se fabricaron en la región. "Aquí, la importancia de la luz solar es elevadísima", explica Alba.
Además, este mismo mes el presidente del Gobierno Pedro Sánchez ya avisó de que "el objetivo es hacer de España una de las locomotoras a nivel europeo y, por qué no, a nivel global en este ámbito en el que, insisto, hemos avanzado mucho y por el buen camino en los últimos años".
No es de extrañar que esta extremeña sea una férrea defensora de las virtudes de su tierra. Natural de Jerez de los Caballeros, un municipio pacense de 9.000 habitantes, no dudó en estudiar ingeniería en la Escuela de Ingenierías Industriales de Badajoz. No se arrepiente de nada, y con razón: "Creo que la gente no valora lo que tenemos en Extremadura y muchos estudiantes prefieren irse a Madrid, Sevilla o Salamanca. No saben la calidad que tenemos aquí".
Esto supone un problema para la universidad, pues significa que hay menos estudiantes en la región de los que demandan las empresas. José Luis Canito, director de la Escuela de Ingenierías Industriales de la UEx, cuenta que hay empresas que llevan pidiéndoles estudiantes "desde hace tres meses, hay una demanda brutal y no encuentran trabajadores. Nuestros alumnos tardan cinco años de media en graduarse, pero antes de terminar es muy fácil que ya estén contratados".
Pocos alumnos
Ingeniería Electrónica y Automática en la UEx -esa es su denominación oficial- tiene una nota de corte de 5 puntos, el mínimo. Además, tiene unas probabilidades de salir con trabajo del 100%, el máximo. Entonces, cabría preguntarse por qué existe esta escasez de alumnos de la que habla el director.
No será porque no se esfuercen en revertir la situación. El año pasado organizaron las primeras 'Olimpiadas de ingenierías industriales' para alumnos de ESO, Bachillerato y Ciclos Superiores. "La final fue en Valencia y ganó el equipo que fue capaz de construir con palillos de helados la grúa más resistente", recuerda Canito, que espera que estas iniciativas se vean reflejadas a medio y largo plazo en el incremento de alumnos.
— ¿A qué atribuye esta situación de escasez?
— Como mínimo, nos mantenemos en el número de matriculados, pero es cierto que no se ve reflejada esa demanda en la cantidad de matrículas. A los chicos de 16, 17 o 18 años no les llega. Que a un chaval le digas que se vaya a Badajoz a estudiar porque está la número 1 en el ranking de Shanghái le da igual.
— Y el tema de las mujeres en las ingenierías, ¿en qué estado sigue?
— Lo de las chicas está estancado. Llevamos varios años que no subimos del 20% de chicas matriculadas. Hay iniciativas para atraer a más mujeres, el año pasado crearon Sí, Somos Ingenieras, una asociación de chicas en la Escuela que intenta visibilizar el papel de la mujer en la ingeniería. Pero no terminamos de despegar en ese sentido. Creo que es un rechazo a la palabra 'ingeniería'. Informática, por ejemplo, antes se llamaba Licenciatura Informática y estaba al 50%-50% de chicos y chicas. Cuando llegó el Plan Bolonia se le cambió el nombre a Ingeniería Informática, y ahora mismo están ya casi como nosotros: 75%-25%. Además, curiosamente, pese a que son solo 2 de cada 10 matriculados, la mayoría de los premios suelen ser a chicas, y eso no es casualidad. Destacan.
Energías renovables
José Luis Canito avisa de que "hay proyectos muy interesantes en Extremadura, con el litio o el centro de investigación de hidrógeno", y que, por tanto, en dos o tres años "va a haber una necesidad muy grande de ingenieros".
Alba, que en su proyecto de fin de grado estudió la situación laboral que vive la región, está de acuerdo con su profesor: "Entrevistamos a empresas de dentro y fuera. Las conclusiones fueron que si muchas empresas supiesen el potencial que tiene Extremadura en salario medio de personal cualificado, nivel industrial, mejora de infraestructuras... estarían interesadas en invertir en la región".
[La carrera más elegida por los 17 mejores de Selectividad: les asegura trabajo en el futuro]
Cuando esto ocurra, Alba cree que las empresas podrían toparse con la realidad de que hay alrededor de cuarenta alumnos de Ingeniería Electrónica graduados cada año, una cifra tan inferior a lo que buscan que "no da tiempo ni de que se incorporen al mercado laboral porque ya los han fichado antes".
— Alba, ¿cree que las energías renovables son la solución a la crisis que se viene?
— Yo soy una fiel defensora de las energías renovables. Tenemos que intentar consumir un poco más de energías renovables, que se le dé la importancia que merece. No ya por la crisis energética en que nos encontramos, sino porque está en la mano de todos que la situación mejore. Cada vez hay más centrales de autoconsumo, personal trabajando para que las centrales que tenemos produzcan más.
La situación, desde luego, es paradójica. Se trata de una carrera que no tiene paro, donde los trabajos que se encuentran nada más graduarse no son tan precarios como ocurre en otras muchas titulaciones, con una nota de corte apta para cualquiera que haya aprobado el Bachillerato y la Selectividad, y sin embargo faltan estudiantes.
Por ello, Alba María Mesa hace un llamamiento para que los jóvenes con simpatía hacia las ingenierías opten por la opción de Badajoz frente a otras más glamurosas pero menos efectivas: "La Escuela necesita que se matriculen, esto es un impulso enorme para que la gente venga a estudiar a Badajoz. Somos los primeros del ranking, todos encontramos trabajo y, por si fuera poco, salimos estupendamente preparados".