Nunca una junta de vecinos había traído tanta cola, ni siquiera las celebradas en el popular edificio de la calle Desengaño 21, donde residían los personajes de la mítica serie ‘Aquí no hay quien viva’. En este caso, la reunión se celebró el pasado 26 de septiembre en el edificio de la calle Huesca 82, en la ciudad de Logroño. El alto precio de la energía y los recibos disparados a los que los vecinos llevan haciendo frente durante los últimos meses fueron los detonantes para tomar la drástica decisión que ha desatado la guerra en la comunidad: no encender la calefacción este invierno.
EL ESPAÑOL ha podido hablar con algunos de los propietarios de esta comunidad, que han preferido permanecer en el anonimato ante la situación de tensión que se vive en el vecindario en los últimos días. “A raíz de eso ha habido mucha movida en la comunidad. Hay gente quejándose, unos quieren y otros no quieren. Ya ha habido enfrentamientos entre vecinos. Hay mal ambiente en la comunidad ahora mismo, muy mal ambiente”, explica uno de ellos.
De hecho, los encontronazos han llegado hasta el punto de que algunos de los vecinos que votaron a favor de quitar la calefacción en invierno han sufrido amenazas de muerte por parte de aquellos que desean seguir manteniendo encendido el termostato durante los próximos meses. “Esta mañana me he encontrado con una chica en el portal y me ha dicho que se ha cruzado con un vecino y que le ha dicho que ojalá se muera. No me ha querido decir quién era, aunque se lo he pedido porque a mi me gusta saber con quien nos comemos los cuartos. Pero no me lo ha querido decir. Hasta esos extremos se llega”, añade el vecino.
Él mismo ha vivido también algunos de estos episodios en primera persona. Sin ir más lejos, hace tan solo unos días, una familia que vive en el edificio de forma habitual le acusó de racista. “Entre los mismos vecinos la situación es complicada. El otro día hubo dos vecinas que no llegaron a las manos, pero casi. Le dijo que si no podía pagar la calefacción que se fuera del edificio”, cuenta.
La decisión, aseguran, se ha tomado tras llegar a una situación límite. En los últimos meses de invierno de este año, el importe de las facturas comenzó a dispararse progresivamente por motivo del incremento del precio del gas. “Pasamos de pagar 11.500 euros al mes a 35.000 euros”, cuenta uno de los propietarios. Si se analiza por cada vivienda, los vecinos estiman que, en caso de mantener la calefacción encendida este invierno, el precio de las facturas se elevaría hasta los 500 euros mensuales por vecino. “A eso hay que añadir los gastos de la comunidad, que son unos 130 euros por vecino. Unos más y otros menos, dependiendo de la cuota de participación”, explica.
Por ello, y ante la imposibilidad de hacer frente a las facturas, los vecinos decidieron tomar esta decisión en la junta convocada el pasado 26 de septiembre. “Esperamos que pasaran las fiestas de San Mateo para que la gente no se disgustara. Nos dijeron que el gas había subido y que nos iban a poner unos recibos muy caros. Se votó y salió por amplísima mayoría no encender la calefacción. Estábamos más de 50 vecinos. Solo hubo dos o tres abstenciones y cinco síes a favor de mantenerla encendida. El resto, que seremos unos 40, votamos que no”.
Deudas en el vecindario
Entre las principales problemáticas que vive el vecindario, se encuentra la situación de impagos que se da por parte de algunos de los residentes. “Hay una familia que debe unos 20.000 euros y están enfadados porque no se va a encender. Claro, están enfadados porque este año no les vamos a pagar la calefacción”, explica este vecino. Misma situación la de otra vecina, que debe más de 2.000 euros y que también ha mostrado su descontento por no poder encender la calefacción este año.
Los vecinos que pagan regularmente sus cuotas se plantan ante esta situación y aseguran que todo podría haberse gestionado de otra forma si la gente pagara las cuotas. “Si pagamos todos dignamente, se podría a lo mejor. Pero claro, hay muchos que no pagan. Si tenemos que pagar el resto por ellos, no se puede”, explica otro de los vecinos.
Niños y mayores
Los residentes de este edificio de la calle Huesca, en Logroño, no se arrepienten de la decisión tomada. Confirman que se trata de unas cantidades que muchos no pueden asumir, sobre todo aquellos que se encuentran en una situación más vulnerable. “Alguien que está cobrando una jubilación de 800 euros, si le quitas 600, ¿con qué vive?”, añade otro vecino molesto.
Por ello, aunque aseguran que será complicado pasar el invierno sin calefacción — sobre todo las personas mayores y los niños — ya han comenzado a pensar la forma de no pasar frío en sus viviendas.
— ¿Cómo van a hacer frente al frío?
— Yo ya he visto entrar a alguno con estufas por el portal y el otro día me dijeron que de los supermercados sale mucha gente con estufas. Hemos sido la primera comunidad en España en tomar la decisión, pero va a haber más. Nosotros tenemos pensado comprar estufas, tener el resto de habitaciones cerradas y ya está. Yo estuve sin calefacción hasta los 20 años y hacía más frío que ahora.
Al contar con calefacción central, los vecinos se aseguran que los radiadores no se encenderán este invierno en ninguna de las viviendas. El único supuesto que barajan para encenderla es que las temperaturas sean tan bajas este invierno que se vean obligados a plantear de nuevo la situación y votar en una nueva junta.
Entre las críticas de los residentes de este edificio, se encuentra también la diferencia existente entre el precio de las facturas en bloques de vecinos y unidades unifamiliares. “A las comunidades de vecinos nos cobran el gas a 0,12 y a las unidades unifamiliares se lo cobran a 0,05, es decir, un 140% menos. La gente, por ejemplo, que vive en La Moraleja, en Madrid, se lo cobran a 0,05. Eso sí que no es normal. Eso pasa en todas las comunidades de España, pero en las casas individuales no. Nos tienen como si fuéramos una industria. Debe se que fabricamos algo por la noche, por la mañana lo vendemos y nos repartimos el dinero entre los vecinos”, concluye.