Pregunta: ¿Cree que Rubiales se parece a Ángel María Villar más de lo que se piensa y le gustaría?

Respuesta: —Sí, totalmente. Rubiales está protegido por el Gobierno y se siente impune, es evidente. Con todas las cosas que ha hecho ya habría pasado algo, con todos los casos que hay a su alrededor de dudosa legalidad. Resulta que sale indemne de todo porque se siente protegido.

A Danae Boronat se le juntan el no tener pelos en la lengua con las muchas cosas que tiene que contar. "¡Sí, señor, librazo!", exclama cuando en la charla sale a colación El director. Secretos e intrigas de la prensa, de David Jiménez. Bueno, eso ya da una pista bastante fidedigna de por dónde transcurrirá esta entrevista.

En 1997 las jugadoras de la Selección Española Femenina de Fútbol unieron sus fuerzas y voluntades en una carta de firmas con la que intentaron que el seleccionador Ignacio Quereda, en el cargo desde 1988, fuese despedido. Los resultados deportivos no acompañaban y algunas han contado, años después, las prácticas vejatorias del técnico: "A ti lo que te hace falta es un buen macho" o "quiero erradicar el lesbianismo y los malos hábitos" son algunos de los testimonios que recogió la periodista Danae Boronat en su libro No las llames chicas, llámalas futbolistas (Cúpula, 2021).

La solución que tomó entonces Ángel María Villar, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) entre 1988 y 2017, fue romper la carta con las firmas: "Esto lo decido yo y no las jugadoras". Las cabecillas no volvieron a vestir 'la roja'. La sublevación de las jugadoras quedó oculta en un cajón.

El pasado 23 de septiembre, 15 jugadoras renunciaron a volver a la Selección "mientras no se revierta una situación que les afecta de manera importante en su estado emocional y en su salud", según informó la RFEF. No se denuncian en Jorge Vilda, actual seleccionador, aquellos tratos humillantes de Quereda, pero sí una imposibilidad de progresar mientras este siga en el cargo.

La solución que ha tomado Luis Rubiales, presidente de la RFEF desde que Villar dejó de serlo, recuerda a tiempos pasados: "La RFEF no va a permitir que las jugadoras cuestionen la continuidad del seleccionador nacional y de su cuerpo técnico, pues tomar esas decisiones no entra dentro de sus competencias. La Federación no va a admitir ningún tipo de presión".

Danae Boronat.

Las 15 firmantes han quedado fuera de la convocatoria a falta de menos de un año para que tenga lugar el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. La periodista Danae Boronat, que conoce bien a la RFEF a raíz de los tres años de investigación que precedieron a su libro y de su trabajo como periodista en medios como Movistar +, La Vanguardia, Deportes Cuatro u Onda Cero, renunció el pasado martes a su columna semanal en el Diario Sport.

El motivo: que no se revirtió una situación que afecta a su libertad de expresión. O, en otras palabras, que la Federación presidida por Rubiales ejerce presiones a los medios de comunicación para que no se publiquen informaciones u opiniones disidentes.

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En conversación con EL ESPAÑOL, Boronat describe una serie de prácticas opacas y contrarias al artículo 20 de la Constitución Española que garantiza la libertad de expresión y el derecho a la información veraz.

—¿Usted ha sufrido presiones?

—Yo directamente no, son muy inteligentes. Pablo García-Cuervo (director de comunicación de la RFEF) me retaba a sacar nombres, pero no son tan tontos. No llaman y dicen 'soy no-sé-quién, si Danae vuelve a escribir esto habrá consecuencias'. Hay muchas formas de presionar. Mi artículo Váyase señor Vilda, váyase tuvo consecuencias. Fue lo que hizo que el Sport me advirtiera de que tuviese cuidado con lo que escribía. La contraportada de la semana pasada me la vetaron, no la publicaron y renuncié. Te atan de pies y manos, pero mi ética profesional está por encima.

—¿De qué manera le dicen que tenga cuidado?

—Eso no lo puedo contar, pero lo puedo demostrar. Pablo García-Cuervo intentó amedrentarme por WhatsApp, y lo que le dije es que lo tenía por escrito. 

—No la llaman a usted personalmente, pero sí la perjudican directamente.

—Perjudica a mi libertad de expresión y a mi economía, porque me ha supuesto renunciar a una parte importante de mis ingresos al mes. Yo no podía escribir de forma rigurosa e informada sobre lo que está pasando en la Federación. Yo soy colaboradora externa, no tengo que seguir ninguna línea editorial. No entiendo que los medios acepten que sus periodistas no tengan total libertad de opinión.

—¿Cómo presiona la Federación a los medios?

Hay acuerdos comerciales. Los patrocinadores de la Federación ponen mucho dinero para salir en los periódicos. Solo hay que fijarse en lo que está publicando el Sport en  'branded content' de la Federación: se tiran flores con el fútbol femenino, dicen que Vilda ha tenido muchas ofertas para irse a grandes potencias y se ha preferido quedar...

—¿Cree que, como hay un Mundial cerca, la RFEF está en una posición en la que puede presionar más?

—Es mi impresión, que como hay un Mundial es el momento trascendente y pueden hacer más presión. No lo sé con seguridad. Siempre intentan controlar a los medios, pero cuando tienen la sartén por el mango es ahora que va a incrementarse el interés de los lectores, habrá más visibilidad, más publicidad y más cara... Entiendo que los medios necesitan financiarse y están subsistiendo precariamente, pero no puedo aceptar que eso vaya en contra de ejercer el periodismo de forma libre. Tengo que denunciarlo y eso les molesta mucho, pero ¡solo faltaba! Me he quedado sin un trabajo que me gustaba mucho por los intereses de gente muy poderosa. 

—¿Hasta qué punto dependen los medios deportivos de la Federación?

—No lo sé, pero ellos y LaLiga tienen colocados a sus periodistas afines en los medios. Con eso controlan el mensaje. Es muy triste, pero es así.

—Villar rompió la carta de las firmas en el 97, y ahora Rubiales parece hacer lo mismo simbólicamente con los 'mails' de las jugadoras. 

—Rubiales intenta dar un aire de modernidad a la Federación que no es tal. Hay una cosa evidente y es el poco valor que ellos le dan al fútbol femenino. Hay una reivindicación legítima de las futbolistas y ellos no la conciben. Vilda dijo: "Tenemos que pedir calma, la Selección Masculina tardó 100 años en ganar un Mundial". Eso lo resume todo. No tienen ninguna prisa, ninguna ambición, aunque haya la posibilidad de que les dé títulos, premios, dinero... Da igual, porque para obtener frutos antes hay que invertir. El caso es que las jugadoras sí tienen prisa porque ven que son muy buenas y tienen la posibilidad de hacer un gran Mundial, pero para eso necesitan mejoras a nivel técnico, humano…

Danae, en los platós de Movistar.

Selección Femenina

El fútbol femenino español ha coronado varios 'ochomiles' en un tiempo récord, con un primer 'pico' de inflexión en 2015, año en que se forma la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino y comienza a construirse una estructura. En agosto de 2020 la Primera Iberdrola pasaba a ser considerada por el CSD, al fin, una competición profesional, con la garantía de derechos que eso supone. Los frutos de esta progresiva profesionalización llegaron en 2021: el FC Barcelona ganaba la Champions League y Alexia Putellas el Balón de Oro.

Antes de aquello, en 2019, se sucedieron otros dos momentos fundamentales: los octavos de final del Mundial contra la todopoderosa Estados Unidos (derrota por 2-1), que fue seguido por 1.230.000 espectadores; y la huelga de noviembre, gracias a la cual lograron que sus reivindicaciones fuesen escuchadas. 

Desde 2015, además, Ignacio Quereda había dejado de ser seleccionador nacional: un joven Jorge Vilda llegaba y hacía soñar a las jugadores del mañana con vientos de cambio.

—Rubiales dijo el jueves en El Partidazo de Cope que "el trato del seleccionador era exquisito" y que si "el míster hace algo tremebundo" sí actuarán.

—Parece que, como no están denunciando que haya maltrato, no es grave. Yo cuento en mi libro las barbaridades que hacía Quereda. Como no estamos hablando de eso, parece que no pasa nada. ¿De verdad hay que llegar a eso? Como no es algo tremebundo, no se las escucha.

—¿Han intentado repetir con Vilda lo de Quereda: un entrenador joven que siga la 'línea editorial' y que se quede 30 años...?

—Exacto, es así. Vilda hace y deshace. Ponen a un entrenador joven que lleva muchos años dedicándose a esto y conoce a las jugadoras, porque nadie allí dentro ve fútbol femenino. Por eso es director deportivo también. Tiene todo el poder. Para la Federación es cómodo. Al no haber un director deportivo que tenga su punto de vista sobre a quién convocar, el estilo de juego o los amistosos, no hay opiniones divergentes y, por tanto, no les da problemas. Si solo hay una voz es sencillo de llevar. Todo es fruto del desinterés por el fútbol femenino.

—¿Ve similitudes entre la limpia de 1997, la de 2015 y esta?

—Exacto, a las que se sublevan les cortamos la cabeza. Aunque en 2015 se demostrara que lo que pasó con Quereda era por actuaciones delictivas, aún así, ellas tuvieron que pedir perdón. Es lo mismo que les dice ahora Rubiales, que pueden volver si piden perdón. Realmente hay muchas similitudes. Lo que yo no entiendo es que el Gobierno permita esto, un Gobierno que se supone que es feminista pero que no entra a mediar cuando hay un grupo de mujeres relevantes luchando por sus derechos.

—¿Por qué cree que no actúa el Gobierno?

—Lo que me dicen es que Rubiales está protegido por el Gobierno.

—¿Cuál es el papel de José Manuel Franco, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD)?

—Es alguien alineado con Rubiales, a diferencia de María José Rienda (expresidenta del CSD) que era muy combativa. No entiendo que se esté dejando actuar con impunidad a la Federación cuando hay dinero público y de todos.

—¿Qué papel juegan Rafael Del Amo, presidente del Comité Nacional de Fútbol Femenino, y Alfredo Lorenzo, responsable del Departamento de Integridad y Seguridad?

—Hay una serie de hombres que son todos cómplices, con la connivencia de todos los que mandan, de cargos políticos y de la Federación. No le dan importancia, consideran que esto es una pataleta. Y las jugadoras sienten que Jorge Vilda y la Federación las tratan con condescendencia y paternalismo, como a niñas de 10 años.

Danae Boronat con su libro 'No las llames chicas, llámalas futbolistas'.

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—En el libro cuenta que Vilda pasaba por las habitaciones para revisar que estuviesen acostadas. ¿Lo sigue haciendo?

—Creo que ya no lo hace. No lo puedo asegurar, pero que lo hizo durante muchísimo tiempo, sí.

—¿Qué más prácticas controladoras se atribuyen a Vilda?

—Ese control enfermizo sobre el mensaje que tienen que dar, sobre los horarios, el pasar por las habitaciones... Atentan contra su intimidad. Damaris Egurrola (importante centrocampista del Olympique de Lyon) cuenta en El Confidencial cómo Vilda la amenaza con abogados, con hacerle la vida imposible, y ya no ha vuelto a jugar con España. Las jugadoras han explicado algunas cosas, pero parece que tenga que haber un caso de acoso para que las tomen en serio.

—Toña Is sí habló de acoso. ¿Qué pasó con ella y Pablo López, seleccionadores en categorías inferiores?

—No es casual que Pedro y Toña, los dos entrenadores que han ganado el Mundial con las inferiores, estén fuera: podían hacerle sombra a Vilda. Así que automáticamente fuera porque molestan, porque se habla de ellos en los periódicos, porque han ganado Mundiales, en definitiva, porque podrían optar a la absoluta. Toña, al ser mujer, estaría bien que fuese seleccionadora de la absoluta, pero no puede hablar.

—¿Cómo que no puede hablar?

—Pues que no puede hablar (ríe).

—¿Y Pedro López?

—Yo he intentado hablar con él y, de momento, no quiere hablar. Mira qué curioso... No pueden.

—¿La RFEF quiere ocultar cosas que están pasando?

—No es ocultar... La gente quiere que las jugadoras cuenten lo que pasa, pero lo han dicho muy claro: "Somos ambiciosas, queremos mejorar y crecer, y por cómo se están haciendo las cosas no podemos". ¿Es malo tener ambición o exigir que la apuesta del organismo que rige el fútbol esté al nivel de la calidad de las jugadoras? Ellas consideran que es muy grave que no puedan competir por ganar el Mundial.

Entonces no, no es que quieran esconder nada concretamente. La gente ya va sabiendo la calaña de este personaje (Vilda). Se ha personalizado mucho en él. Si Rubiales lo echa y dice "mirad qué bueno soy que he escuchado a las jugadoras" dará igual, porque pondrá a otro que siga sus directrices y no dé problemas. 

—¿Intentó Vilda dirigir el discurso de las jugadoras cuando llegó a la Selección?

—Sí, es muy sencillo: directamente les decía 'si os preguntan por esto, tenéis que responder esto'. Y si no respondéis, pues bueno…

—Cuando salió Vilda a dar explicaciones dijo que no sabía de qué se quejaban las jugadoras.

—Miente.

[Alexia Putellas, un Balón de Oro histórico para el fútbol femenino español que aún no es profesional]

—También dijo que nunca había hablado con Alexia Putellas.

—Miente, Vilda miente. Sí ha hablado con las jugadoras. Hay un detalle curioso y es que dijo que ninguna jugadora le había dicho nada a él en persona. Claro, porque Alexia Putellas lo hizo por teléfono. Es muy tramposo. Él sabe perfectamente que Alexia no está de acuerdo con sus métodos de entrenamiento y su forma de llevar al vestuario. Se lo dijo por teléfono.

Danae Boronat y Alexia Putellas.

Luis Rubiales

Cuando Luis Rubiales, exfutbolista de Primera División, llegó a presidente de la RFEF en 2018 prometió que mejoraría las condiciones de las futbolistas españolas. Lo cierto es que esto se tradujo en una mayor inversión que batió los récords del presupuesto que la RFEF destinaba al fútbol femenino.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte los escándalos han puesto al descubierto una cara hasta entonces oculta de la gestión de Rubiales: la comisión a Kosmos, empresa de Gerard Piqué, por llevar la Supercopa de España a Arabia Saudí, las distintas cuantías que ganaba el propio Rubiales según llegase a la final un equipo u otro, o el supuesto uso de dinero de la RFEF para actividades privadas.

Pese a todo, nada ha podido con Rubiales, que sigue pegado a su asiento de la Federación como el cadáver de El Cid que, en la leyenda, paseaba atado a lomos de Babieca frente a los enemigos, invencible en tanto inmortal. Recientemente, Rubiales ha vuelto a la actividad mediática para promocionar la candidatura de España a ser sede conjunta del Mundial 2030.

—Luis Rubiales está haciendo gira de entrevistas por los diferentes medios a propósito de la candidatura de España, Portugal y Ucrania para el Mundial de 2030. ¿Cree que está efectuándose una operación de lavado de imagen de Rubiales?

—Sí, sí, sí.

—¿Cree que le están haciendo entrevistas muy blandas?

—No me sorprende nada, tienen periodistas afines. Entiendo que no ha ayudado el silencio de las jugadoras, pero tienen miedo. Solo hay que ver cuál ha sido la respuesta de los medios: todavía se las pone en duda. Se colocan del lado de los poderosos. Los motivos de ellas son tanto o más lícitos que los que tuvieron muchos jugadores masculinos para 'hacerle la cama' a los entrenadores, con la diferencia de que a ellos no les hace falta ir a los medios, van por detrás.

—En ese caso, lo hacen porque saben que echarán al entrenador si no llegan a los objetivos. ¿Usted cree que echarán a Vilda si hay malos resultados?

—Claro, esa es la prueba, que cuando ponen a Vilda en 2015 podía ser útil: un entrenador joven que trajese un aire nuevo después de 27 años con un método obsoleto y una persona sin sensibilidad hacia la mujer. Pero, siete años después, ya no es válido, no ha habido títulos ni éxitos.

Él manipula el discurso y llama éxitos a acumular partidos invictos contra selecciones de jugadoras no profesionales. La realidad es que en los torneos internacionales no ha estado a la altura de lo que se podría haber conseguido por la calidad de las jugadoras. 

Danae presentando La casa del fútbol.

—Cuando Rubiales accede al cargo, en 2018, prometió que se preocuparía más por las mujeres. Tras la polémica de la Supercopa en Arabia Saudí, también se defendió diciendo que él lucha por los derechos de las mujeres en todo el mundo. ¿Es Rubiales el presidente de las mujeres?

—¿Me preguntas que si es el presidente de las mujeres? (Ríe). Es ridículo. Se vio de forma muy clara con ese discurso de vamos a mejorar la calidad de vida de las mujeres en Arabia Saudí. Además de ridículo es grave. Rubiales juega con los derechos de las mujeres. Cuando llega a la presidencia sabe cuál es el discurso que tenía que decir, porque las mujeres reclamamos cambios y estaba obligado, pero no lo ha demostrado.

—Usted abandonó Movistar este verano. ¿Allí también sufrió presiones?

—No, en absoluto, en Movistar no porque hablábamos de LaLiga, y la Federación no tiene nada que decir ahí. Pero sí que, por el hecho de trabajar en MediaPro, que va de la mano de LaLiga, la Federación me ha vetado de otros trabajos a los que optaba.

—¿Por la guerra de Rubiales con Javier Tebas?

—Sí. Cualquier periodista sospechoso de no ser amigo o de ser amigo de los otros queda vetado para hacer cualquier producto.