La calle San Antonio de Lobosillo estaba engalanada este sábado para la ocasión: se instalaron luces, una mesa bien larga para el banquete, un toro mecánico infantil, equipado con colchoneta y supervisado por un monitor, incluso se lanzaron al aire cientos de réplicas en miniatura del número 50, en color dorado. El problema es que era ilegal esta ocupación de la vía pública para celebrar un cumpleaños, según afirma el Ayuntamiento de Murcia, y encima durante la fiesta murió Raúl: un niño, de 9 años.
"Era el 50 cumpleaños de Gaspar, el panadero", confirma un miembro de la Junta Municipal de Lobosillo. Tal extremo es corroborado por una asistente a la celebración: "Había más de veinte invitados y unos diez niños". Tanto el vocal como la invitada a la fiesta piden anonimato para atender a EL ESPAÑOL, a la vista de que todos se conocen en esta pedanía murciana de 3.302 habitantes y de que la Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte del menor.
"Las personas que estaban en el cumpleaños son amistades íntimas y familiares: todo el mundo está muy afectado", resume, sin entrar en detalles, esta invitada al trágico evento. Gaspar 'el panadero' es amigo del padre del chiquillo fallecido y este domingo por la tarde estaba recluido en su chalé, a escasos metros de la calle San Antonio, donde tiene un garaje en el que los vecinos de la zona explican que solía organizar algún guateque.
"Mi marido no se encuentra bien para hablar, lo siento mucho, pero no vamos a hacer ninguna declaración", advierte la esposa de Gaspar, asomada tímidamente a una ventana de su casa. Un silencio sepulcral reina este domingo en la calle San Antonio de Lobosillo, cuyo asfalto todavía luce los restos de la celebración, así como una valla de obras que se usó para cortar esta vía pública al tráfico rodado.
"Con el chiquillo se hizo todo lo habido y por haber para salvarlo", se lamenta esta invitada al cumpleaños que este sábado se tornó en drama sobre las diez de la noche. "El niño se subió arriba del toro mecánico y sufrió un desvanecimiento: se cayó sobre la colchoneta". Nadie daba crédito a lo que le acababa de suceder a Raúl, un niño delgado, fibroso y que siempre estaba correteando. "En ningún momento sufrió una caída de la atracción: solo se desmayó", insiste esta mujer.
"Entre los invitados había un enfermero que empezó a reanimarlo y luego vino una vecina que también es sanitaria". Sin embargo, la dichosa Parca y la mala suerte parece que este sábado se cebaron con el pequeño porque todo conspiró en su contra: "La ambulancia tardó 25 minutos en llegar: llamamos a las 22.01 horas y llegaron a las 22.26 horas". Y encima, como la calle es estrecha, estaba cortada con la valla y la mesa del banquete, los sanitarios tuvieron que dar la vuelta a la manzana para llegar a la colchoneta del toro mecánico donde yacía Raúl.
"Como en Lobosillo estamos en tierra de nadie, pues dependemos de que nos manden una ambulancia de Murcia, Fuente Álamo, Cartagena...", remarca esta mujer, presa de la rabia por la pérdida de este niño de rostro angelical. "La madre de Raúl estaba delante y sufrió un ataque de ansiedad". Los sanitarios se dejaron el alma por reanimarle, pero no pudieron hacer nada por el pequeño, cuyos padres residen en Balsapintada, una pedanía del municipio de Fuente Álamo donde este lunes, a las 11 horas, se realizará el sepelio del menor.
El Tanatorio Virgen del Pasico era un hervidero este domingo: el dolor que se respiraba era indescriptible. Los padres de Raúl no tuvieron fuerzas para atender a EL ESPAÑOL, pero delegaron en un familiar para aclarar varios extremos sobre la muerte de su hijo: no sufrió una caída contra el suelo, ni perdió la vida por un fallo técnico del toro mecánico. De hecho, este portavoz remarcó que el tamaño de la atracción era infantil.
"En el toro mecánico para niños, Raúl sufrió un mareo, se desvaneció, cayó en la colchoneta y no pudieron reanimarle", tal y como resumió el portavoz familiar al periodista desplazado al tanatorio. A falta de conocer el resultado de la autopsia, una hipótesis que barajan los padres es que su hijo podía padecer algún tipo de patología cardiaca sin diagnosticar. Prueba de ello es que el 112 informó de que este niño, de 9 años, murió a causa de una parada cardiorrespiratoria.
La última palabra la tendrá la Guardia Civil, ya que un portavoz de la Delegación del Gobierno confirma que han abierto una investigación para determinar si se desprende responsabilidad penal o civil de este terrible suceso: bien por parte del organizador del cumpleaños o bien por el dueño de la atracción. Los agentes están analizando al milímetro cómo murió el menor: si sufrió un desvanecimiento cuando se subió al toro mecánico o una caída de la atracción.
También están evaluando las características técnicas del toro mecánico, así como su ubicación porque hay vecinos que dicen que estaba en la carretera, otros en una parcela anexa, incluso en el garaje del panadero que cumplía 50 años.
De momento, lo que ha trascendido del toro mecánico es que tiene seguro y certificado técnico de revisión de noviembre de 2021. Por su parte, el Ayuntamiento de Murcia confirma que la patrulla de la Policía Local que el sábado se desplazó a Lobosillo levantó acta porque Gaspar, el panadero, carecía de permiso de ocupación de la vía pública para celebrar su 50 cumpleaños, cortando al tráfico la calle San Antonio, colocando mesas y una atracción.
"Pidió autorización y se le denegó porque no se puede cortar una vía pública para una celebración de carácter privado", tal y como explican fuentes policiales. Las infracciones muy graves, por ocupación de la vía pública sin permiso, se sancionan con multa que oscila de 1.500 euros hasta 3.000 euros. Aunque eso es lo de menos para Gaspar: desolado por la pérdida del hijo de su amigo José Antonio.
Los dos únicos vecinos que este domingo fueron capaces de atravesar la calle San Antonio confirmaban que allí hubo una celebración que acabó de forma luctuosa: "El garaje de color blanco es propiedad del panadero y suele hacer fiestas, el sábado estaban de cumpleaños, nosotros lo vimos todo: la gente empezó a gritar y a correr por un niño que estaba mal". Era Raúl, cuya pérdida ha conmocionado a toda la Región de Murcia.