En una almazara de Loranca de Tajuña (Guadalajara), los Delgado elaboran dos aceites de oliva virgen extra (AOVE) con una repercusión internacional sin parangón. Sus dos productos han obtenido este 2022 sendas medallas de oro en la Athena International Olive Oil Competition, celebrada en Grecia. Así pues, esta familia de olivicultores ha conseguido producir de nuevo los mejores aceites del mundo, un éxito que ni el fundador de Aceites Delgado, José Delgado, pudo imaginar cuando levantó su almazara en 1932 junto a su mujer, Isidra Colodrón.
En aquellos tiempos, ni siquiera habían nacido los tres hermanos que hoy dirigen la exitosa almazara. Hablamos de Esteban, Jesús y Alicia Delgado, tres de los nietos de los fundadores, quienes hoy han vuelto a poner en el mapa el municipio de Loranca de Tajuña gracias a la producción de dos AOVE reconocidos por su calidad. Estos son el Extra Fidelco Gold Arbequina y el Extra Fidelco Gold Coupage, cuyos precios de mercado son de 3,65 euros –la botella de 250 mililitros– y de 6,50 euros –la botella de medio litro–.
El primero de ellos, presenta en nariz “un frutado medio entre aceituna verde y madura. Además, se perciben gran cantidad de matices aromáticos, destacando entre ellos la manzana, el plátano y la almendra. También se perciben toques a tomate, alcachofa y pimiento verde; todo ello envuelto en hierbas aromáticas, vainilla, canela y flores. En boca, tiene una entrada dulce con un picante y amargo medio, configurando un aceite muy equilibrado y aromático en su conjunto”.
El segundo, hecho con aceitunas arbequina y picual, “irrumpe en nariz con un frutado intenso a aceituna verde con toques maduros. Su aroma frutal nos recuerda a la manzana verde, el plátano, los frutos rojos y la ciruela. Le acompañan sutiles notas a vainilla y flores del campo, mientras que en boca es muy dulce en su entrada, con un picante y amargo medios y equilibrados que permanecen en el tiempo”.
Así, los consumidores que quieran oler y degustar estos AOVE españoles premiados tendrán que adquirirlos a través de la web de Aceites Delgado, en algunas tiendas especializadas de la provincia de Guadalajara o en la propia almazara, que este año cumple 90 años desde que José Delgado e Isidra Colodrón iniciaran el proyecto.
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Generación tras generación
Fue uno de los hijos de este matrimonio, Fidel Delgado Colodrón, quien decidió mejorar en 1975 la almazara y la empresa familiar. “Entonces, mi padre inició el gran proceso evolutivo de la almazara incorporando los sistemas de producción más modernos de la época. Unos sistemas que hoy por hoy se han modificado, pero siguen funcionando básicamente de la misma manera”, cuenta a EL ESPAÑOL Esteban Delgado, uno de los nietos de los fundadores que dirigen la empresa a día de hoy.
Él y sus hermanos, desde pequeños, han mamado la pasión familiar por el aceite de oliva. “Mis hermanos y yo, desde niños, siempre hemos crecido entre aceitunas y aceite. Desde siempre hemos ayudado a nuestros padres en todo lo que se podía. Y ya con 17 años comenzamos a trabajar con él. Hasta que el relevo generacional se fue dando. Mi padre se hizo mayor y nos dio paso a nosotros”, recuerda Esteban (1959), quien siempre tiene presente, al igual que sus hermanos Jesús (1958) y Alicia (1964), la memoria de su padre.
Esa tradición familiar de legar el mando de la almazara aún pervive en la familia Delgado. El negocio se transfiere de padres a hijos. Generación tras generación, con la intención de que perduren las buenas prácticas que han llevado a Aceites Delgado a la cumbre internacional del sector. Ejemplo de ello es que ya se han incorporado dos miembros de la cuarta generación de la familia, dos bisnietos de José Delgado e Isidra Colodrón, Diego y Carlos.
Diego es hijo Jesús y Carlos es hijo de Esteban y ambos son herederos de ese amor por un producto tan español como lo es el aceite de oliva. “Diego lleva ya un tiempo en la almazara, mientras que mi hijo, Carlos, está en proceso de terminar sus estudios acompañándolos con sus labores en la almazara. Los dos están aprendiendo todo acerca de los procesos de producción del aceite, de las labores administrativas, de todo…”, se sincera Esteban Delgado a este medio.
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–Esteban, ¿cuándo prevén que la cuarta generación tome las riendas de Aceites Delgado?
–Aún no está sobre la mesa, pero a mis hermanos y a mí nos quedarán, como mucho, 10 años de trabajo. Entonces será el momento de que mis hijos y mis sobrinos se hagan cargo del negocio. Y, seguramente, no sólo estarán Diego y Carlos, sino que habrá más familiares que se sumen a la almazara.
Cultivo propio y proveedores
Pese a todo, no sólo la familia Delgado soporta el peso de producir los mejores aceites del mundo. Esos mismos que este año han conseguido dos medallas de oro y cinco medallas de plata, entre los dos, en varios certámenes internacionales. También, muchos agricultores de Castilla-La Mancha y de la Comunidad de Madrid han aportado su granito de arena –o más bien sus aceitunas– necesario para la elaboración de los exitosos aceites.
“Nuestra almazara produce los aceites de oliva a partir de las aceitunas que cultivamos nosotros mismos en las 70 hectáreas, que tenemos desde hace 15 años, y de las aceitunas que nos suministran nuestros proveedores. Actualmente, el 20% de las olivas son de cosecha propia, mientras que el 80% restante son de proveedores”, desgrana Esteban Delgado.
Esto, a pesar de que los Delgado tienen sus propios cultivos, es una circunstancia que se ha repetido durante 90 años. “A mi abuelo le proveían las aceitunas de la región, porque antes se cultivaban muchos olivos en estas zonas de Guadalajara. En aquella, me contaron que había unas 80 almazaras. Hoy perduramos cuatro”, añade Esteban.
Lo que está claro es que, de las que siguen en pie, la de Aceites Delgado destaca por sus productos premiados. Este año, por ejemplo, se han producido 20.000 litros del aceite de oliva Fidelco Gold Arbequina y otros 20.000 del aceite de oliva Fidelco Gold Coupage en una campaña que, según explica el olivicultor, no acompaña. “La producción de aceitunas ha bajado”, alerta.
De ahí que los aceites de oliva se hayan encarecido respecto con los de sus homónimos de 2020. “También se han vuelto algo más caros por los costos energéticos y de producción”, aclara. Sea como fuere, y a pesar de la mala campaña a nivel general de producción de aceitunas en España, los consumidores podrán seguir disfrutando de los dos mejores aceites de oliva del mundo con la firma de la familia Delgado.