Estos días se está rodando en Madrid la primera serie española para el canal Prime Video de Amazon, Los Farad, un thriller sobre tráfico de armas en la Marbella glamurosa de los años 80. En el numeroso equipo de grabación hay alguien especialmente ilusionado, aunque su papel sea anónimo: un antiguo inmigrante de Nigeria que se gana la vida en la subcontrata de seguridad, aparcando y vigilando los vehículos de la producción. "Esta noche entro a trabajar a las dos de la madrugada, pueden ser hasta catorce horas seguidas de rodaje. Me hace mucha ilusión estar cerca de las cámaras, me brillan los ojos", dice a EL ESPAÑOL | Porfolio antes de salir al trabajo desde su vivienda en Parla (Madrid).

Lo que ni el director de la serie y antiguo director de la Academia de Cine de España, Mariano Barroso, ni los actores protagonistas, como Pedro Casablanc, ni nadie de la productora sabe es que el trabajador negro africano con el que se cruzan en el aparcamiento del rodaje es también y sobre todo un veterano actor, guionista y director de películas de ficción. Hasta ahora, con esta entrevista, él no lo había contado. Sus obras tienen "cero euros de presupuesto" en lugar de millones, las graba con una cámara Canon 60D como único equipo y con actrices y actores no profesionales, pero tras la modestia de su factura técnica se esconde un mérito extraordinario y desconocido. 

Michael Dike Martins Akpapuna, nacido hace 54 años en Lagos, la megalópolis de Nigeria, tiene muchas historias que contar. La primera, que aún no ha rodado, podría ser la de su viaje a España, cuando tardó cuatro años, de 1991 a 1994, en atravesar África hasta cruzar como clandestino la frontera de Melilla. Su última película, Puré de Patata (Diary of an Immigrant), que estrenó este julio en Youtube, retrata valientemente y rompiendo el tabú desde dentro el tema de la explotación en Europa como esclavas sexuales de sus compatriotas nigerianas a manos de sus proxenetas de la misma nacionalidad, aunque contado en clave "satírica" y "sin buenos ni malos, sin condenar".

Muro de pago

La rodó hace diez años en Madrid con una veintena de actrices y actores, casi todos sin experiencia audiovisual. Algunas eran o habían sido prostitutas en la realidad, no solo en la ficción. Por eso el director dice que las situaciones y personajes que muestra "no pueden ser más reales".

La película arranca con la voz en off de un inmigrante nigeriano recién llegado a España que se encuentra hambriento y con el comedor social cerrado. Aborda en la calle a un paisano rico pidiéndole ayuda para comer y este lo invita a su casa. Resulta que el buen samaritano es un acaudalado proxeneta que se dedica a la compraventa de mujeres nigerianas para abastecer a prostítulos en Italia y España, como el que regenta su compatriota la brutal y apasionada madame Joyce, encarnada por la actriz Elizabeth Oluwakemi Adetola.

Autorretrato de Michael Martins Akpapuna, trabajando como vigilante en el rodaje de 'Los Farad', la serie española para Prime Video de Amazon.

Akpapuna, con su cámara de vídeo y fotos. Álbum personal

A partir de aquí, se entrecruzan todos los protagonistas del negocio: las jóvenes prostituidas a la fuerza para pagar la "deuda" contraída con sus traficantes por traerlas a Europa, sus proxenetas hombres y mujeres, las familias que quedan en Nigeria y tienen que pagar rescates, las vidas de otros inmigrantes que sin dedicarse a la prostitución tienen relaciones inevitables con paisanos metidos en este mundo...

¿Por qué el Puré de patata del título? El director explica que es una alusión al mayor nivel económico de quienes se lucran con la prostitución. Los inmigrantes sin recursos sobreviven, como él hace casi treinta años, con una masa elaborada con harina de trigo, mientras que en las casas de los chulos sirven a sus invitados puré de patata, "que sabe mejor", y esa diferencia gastronómica de clase se asocia al poderío de los proxenetas. 

Grabación valiente

La primera parte de Puré de patata, de 1 hora y 7 minutos, la estrenó en Youtube el 9 de julio de 2022 y a mediados de septiembre se acercaba a las 1.500 visualizaciones; la segunda parte, de 58 minutos, la publicó el 13 de agosto, y en el primer mes había acumulado 114 espectadores. El director las ha publicado, bajo el sello Sankara Akpapuna Productions, en su canal de Youtube, Gallant TV. Los diálogos originales son en inglés y en pidgin, la lengua criolla de Nigeria, y se puede reproducir con subtítulos en inglés o en español.

Michael Akpapuna cuenta que grabó el material durante tres meses, en diversas localizaciones de Madrid. Incluido el aeropuerto, donde tomó imágenes "robadas, sin pedir permiso", para la parte de la historia en que llega una nueva joven comprada para prostituirla. "Fueron las escenas más difíciles para mí, porque estaba nervioso y temiendo que nos echaran. Nos pasó también en el aparcamiento de un centro comercial en Leganés, nos vieron y nos echaron; menos mal que ya habíamos grabado la escena".

Grabó 'Puré de patata' en Madrid "con cero euros de presupuesto" y actrices y actores no profesionales

Dice que todo lo que aparece en esta ficción se inspira en hechos reales. Por ejemplo, la escena en que dos prostitutas que buscan clientes en un polígono industrial a plena luz del día salen persiguiendo a un compatriota refleja lo que a él mismo le pasó en la Casa de Campo hace años, cuando en un paseo se encontró a varias paisanas. "Me persiguieron con cuchillas para cortarme, porque no querían que alguien pudiera reconocerlas y se supiera a qué se dedican", recuerda Akpapuna, comprensivo. 

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El proyecto de Puré de patata como película o telenovela surgió como un taller de formación con actrices y actores nigerianos en España, la mayoría sin experiencia previa. Tocar el asunto de la trata sexual fue muy delicado y el director tuvo que negociar y trabajar bajo presiones o amenazas veladas de quienes dentro de su comunidad temían que la película diera mala imagen de ellos. Él siguió adelante porque, dice, es una realidad, entonces y ahora, que no debe ocultarse. Eso sí, le imprimió un enfoque "satírico", con grandes dosis de humor, y suavizando mucho las escenas de sexo, para favorecer, explica, que una realidad de por sí extraordinariamente dramática, cruel, no espante a los espectadores ni hiera a las protagonistas. 

Fotograma de la película 'Puré de patata', de Martins Akpapuna, que aborda la explotación sexual de mujeres nigerianas en España.

Tuvo que sustituir a alguna actriz porque no era capaz de recrear su experiencia ante una cámara. Akpapuna dice que uno de sus fuertes es la dirección de actores, por su gran paciencia y buen trato. "Repito las tomas veinte veces si hace falta". El resultado salta a la vista en la pantalla, con actuaciones muy expresivas y verdaderas

La película explora a los protagonistas de la prostitución, forzada o no, desde muchos ángulos, y es, además de una obra de ficción, un documento sociológico de primer orden sobre esta realidad. Aparece la proxeneta Madam Joyce, quien, en un acto sugerido fuera de cámara, corta pelo del pubis a una de sus prostituidas cautivas para elaborar con él, junto a un muñeco de vudú, un ritual supersticioso con el que someter psicológicamente a la mujer, atada a la "deuda" contraída con la dueña.

Esta obra de ficción, que ha publicado en dos partes en Youtube, es también un documento sociológico

La jefa del burdel y sus proveedores compran y venden chicas regateando su precio en torno a 30.000 euros, que luego la esclava sexual comprada tendrá que pagarle a ella con creces prostituyéndose hasta conseguir su carta de libertad. Se muestra también la compleja situación de otra mujer, Ruth: tras saldar su "deuda", pasa de víctima a victimario cuando decide convertirse en madam y comprar a otras chicas a las que explotar, "como hicieron con ella", cuenta el director.

Él también aparece en pantalla, interpretando al padre que se entera por teléfono, en su pueblo en Nigeria, de que su hija ha abandonado los estudios y ha llegado a España como carne fresca para el negocio sexual. En este caso particular de la trama, la historia acaba bien.

'Nollywood'

Un lado positivo de la producción de Puré de patata es que allí "se conocieron dos parejas que se casaron, fundaron sus familias y hoy siguen juntas". En el elenco participan, entre otros, Joseph Nosa Ekhator, Pat Uhunamure, Elizabeth Oluwakemi Adetola, Lamptay Ikponwosa Oriakhi, Candy Ajayi Oghomwen, Evelyn Ogbeide, Derrick Osas Eguavoen o Prince Festus Osemwengie, y cuenta con la aparición especial de Eniola Badmus, considerado "uno de los más grandes de Nollywood". Se refiere el director a la gran industria audiovisual de Lagos, llamada Nollywood (con la N de Nigeria) por derivación del Hollywood estadounidense y de la Bollywood de Bombay, en la India. 

Rodaje en Lagos (Nigeria), en 2021, de la última película de Akpapuna, pendiente de estreno. El director está al fondo, con camiseta azul. Álbum personal

Explica Michael Dike Martins Akpapuna que tuvo conversaciones en Madrid con varios actores importantes de Nollywood para desarrollar proyectos audiovisuales, pero que no llegaron a un acuerdo, porque él no quiere someterse a los dictados e intereses comerciales de la industria de su país de origen. Prefiere seguir trabajando como autor independiente y libre, aunque sea en precario. Como hizo con Puré de patata, una obra arriesgada en su contexto.

La idea original de que Puré de patata sirviera como catapulta para montar una productora y un equipo artístico con continuidad no cuajó, porque cada uno tuvo que seguir su camino para ganarse la vida. El material grabado se quedó en su ordenador hasta que decidió publicar este verano la película en Youtube.

Los que intervinieron en la grabación hace una década han podido al fin ver el resultado. "Y me dicen que están flipando", se felicita su director. Explica que hasta ahora, en sesiones privadas, solo habían visto Puré de patata un diez por ciento de sus participantes, y que a la única proyección pública en un centro cultural madrileño pudieron asistir solo unos pocos. La película se abre con un recuerdo a "Una de los nuestros", Kudirat Ajoke Akhigbe (1981-2021).

El director y guionista Michael Dike Martins Akpapuna, con la cámara con la que grabó 'Puré de patata'. Álbum personal

Akpapuna quiere que ahora su película "genere debate" sobre la explotación sexual, en España, en Nigeria y en otros países. Para ello, dice, le gustaría colaborar con productores que le ayuden a difundir entre un público mucho más amplio Puré de patata y sus otros largometrajes y cortos, todos con un componente de crítica social. Como Black Taxi, también grabada en Madrid, que aborda el maltrato machista a través de la historia de un taxista, relato para el que contó con la colaboración de la Policía Local de Fuenlabrada.

Quiere colaborar con productores que le ayuden a difundir sus películas entre un público más amplio

O como acaba de hacer en su nuevo proyecto, aún no estrenado, que titulará Carnaval de máscaras en Nigeria. Fue a grabarlo allí el año pasado con un equipo local. Cuenta la historia de un rico delincuente que regresa al país desde Canadá, donde lo persiguen por sus delitos, y consigue que lo nombren coordinador de un partido político, para lo que necesita ocultar su pasado y presentarse, usando a su antigua esposa, como un modélico marido. La corrupción política es el tema central.

Cuatro años de viaje

La vida de Michael Dike Martins Akpapuna también es de película. Cuenta que iba para futbolista profesional, y que como tal, de muy joven, un mediador lo llevó a Holanda legalmente, aunque el proyecto se torció y se tuvo que volver. Empezó a estudiar Derecho para complacer a su padre, pero a escondidas de él se cambió a Arte Dramático, causándole un disgusto cuando se enteró de que se había metido en un oficio que veía como de locos. Pero en ese mundo Michael era feliz. Y le fue bien. "Vendía mis guiones y durante tres años fui director de telenovelas", recuerda. En 1991, decidió intentar de nuevo el sueño europeo, que ya había vislumbrado en Holanda, y se puso en camino hacia el norte.

Michael Dike Martins Akpapuna. Álbum personal

"Tardé cuatro años en llegar. Iba trabajando en el camino para vivir y ahorrar dinero. Aprendí a trabajar de pintor, de albañil... Pasé por Níger, Mali, Burkina Faso, Argelia y Marruecos hasta llegar a Melilla. En el camino vi a amigos morir. En Melilla nos sentíamos encerrados. Para mantenerme cuerdo, escribía poemas. Con otros compañeros, como mi amigo, mi hermano Albert Yaka, músico, hicimos una huelga de hambre para que nos dejaran ir a la Península. Una mujer se volvió loca y la tuvieron que enviar a Nigeria. Había gente que se levantaba [en el centro de inmigrantes], se vestía y se iba de la mañana a la noche al puerto para ver los barcos salir. Lo hacían para imaginarse que eran ellos los que se iban", cuenta recordando momentos que se le han quedado grabados en la memoria como secuencias imborrables de la película de su vida.

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En España ha trabajado en diversas ocupaciones para vivir, no relacionadas con la industria audiovisual. Ha sido, por ejemplo, profesor de inglés, durante tres años trabajó en la cinta clasificadora de una planta de reciclaje de basura y ahora, desde agosto, está empleado en una subcontrata de seguridad para la productora de Los Farad, la serie de Mariano Barroso para Amazon. Es el trabajo remunerado en el que más cerca ha estado en España de un rodaje de televisión o cine en los casi treinta años de estancia en su otra patria. Por eso, dice, se siente estos días tan ilusionado, aunque alrededor nadie sepa aún quién es de verdad y cuántas historias escritas tiene listas para llevar a la pantalla.

Antes de emigrar hacia Europa en 1991, vendía sus guiones y dirigía telenovelas en Lagos

Es padre de tres hijos, uno de su primera compañera y los dos más pequeños de su segunda mujer, una española madrileña que lo ha apoyado para que pueda compaginar los trabajos alimenticios con la creación artística. Además de guionista, director y actor, es poeta: en 2003 publicó el libro, en español, Lágrimas en la oscuridad. Adquirió la nacionalidad española, y domina la lengua con gran riqueza. En homenaje a su padre, ya muerto, ha retomado los estudios de Derecho que abandonó en Nigeria. Estudia por la UNED, la universidad española de educación a distancia, y empieza ahora el segundo curso. Además, participa como activista social en una asociación que ayuda a la integración de los inmigrantes africanos.

Akpapuna da instrucciones durante la grabación de su última película, en 2021 en Lagos (Nigeria). Álbum personal

El director Michael Dike Martins Akpapuna explica una escena a dos actores. Álbum personal

Michael avisa a los actores en España, en Europa, a los que les distingue la superficie de su piel negra: les va a ser muy difícil tener un papel protagonista en una producción dirigida por españoles blancos. Estos "van a contar su propia historia" y al actor o actriz negro lo llamarán "para hacer de esclavo en una película de época, porque fue la realidad de lo que ocurrió", pero poco más. "No me gusta el victimismo", dice, y defiende que para ser protagonista es mejor "contar tu propia historia". Se puso manos a la obra con Puré de patatas y sus otras narraciones audiovisuales realizadas y protagonizadas por equipos de origen africano.

El día siguiente de la primera conversación, envía al periódico algunas fotos de sus rodajes, y se despide: tiene que volver, con su chaleco reflectante amarillo, a su trabajo de vigilante en la serie de Amazon. Pronto sabrán que él, Michael Dike Martins Akpapuna, es también director (y actor, guionista, cámara, técnico de sonido..., todo). De Puré de patata y de las películas que vendrán.