En torno a las nueve de la noche del pasado domingo, la Policía Nacional se presentó en un domicilio de la calle Zamora de Vigo. María Jesús F.C., de 56 años, había sido asesinada por uno de sus vecinos, Pablo. A la llegada de los agentes, el hombre todavía tenía las manos ensangrentadas y se lamía los dedos. Confesó el crimen en el acto.
Pablo, jubilado de 63 años, fue detenido y este lunes ha pasado a disposición judicial, según ha confirmado la Policía Nacional. Aunque las primeras informaciones de este suceso hablaban de un posible caso de violencia machista, enseguida los vecinos han desmentido que víctima y asesino tuvieran una relación sentimental.
Al contrario, ni vivían juntos, ni se llevaban bien. El hombre llevaba días dejándole notas amenazantes a María Jesús, según han declarado varios vecinos a La Voz de Galicia. En los últimos días, la mujer ya no le abría la puerta al sentirse acosada. Las riñas entre ambos eran constantes, hasta el punto de que Pablo llegó a escribirle una carta a la presidenta de la comunidad hablando de la "conflictividad" de su vecina, que apenas llevaba un año y medio en el edificio.
Fuentes de la investigación han señalado a Efe que el crimen ocurrió sobre las nueve de la noche, cuando la víctima pretendía entrar a su casa, situada en el número 70 de la calle Zamora. Sus gritos alarmaron a otra vecina, que salió al rellano para ver qué ocurría y posteriormente avisó a comisaría.
"Lo vi en el rellano, estaba con las manos de sangre chupándose el dedo y diciendo: 'Está muerta, está muerta'. No le vi arrepentimiento", ha declarado un vecino al citado periódico local. Los agentes desplazados al lugar de los hechos hallaron a la víctima con varias puñaladas en el tórax y a Pablo, que se entregó inmediatamente.
En torno a las 13:40 horas de este lunes, Pablo ha vuelto a la escena del crimen para ayudar a los investigadores a reconstruir el caso. Varios vecinos congregados en la calle le gritaron cuando salió del coche patrulla: "Asesino, asesino". Iba acompañado de su abogado, los agentes de la brigada de Homicidios y la Policía Científica. Fue conducido hasta el portal y subió hasta el segundo piso para registrar su casa con orden judicial. La Policía acordonó la entrada al edificio.
El Ayuntamiento de Vigo ha decretado un día de luto por este suceso y las banderas ondean a media asta “en repulsa por el asesinato y como pésame a su familia”, ha dicho el alcalde de Vigo, Abel Caballero. Lo ha hecho antes de participar en la segunda reunión del Foro Local de la Agenda Urbana Española, que se celebra estos días en la localidad gallega.