Al avión privado de Rainer Schaller apenas le quedaban 28 kilómetros para llegar al aeropuerto de Puerto Limón (Costa Rica) cuando desapareció del radar. Solo faltaba media hora para llegar a su destino. En esa misma zona es donde están apareciendo poco a poco los restos de la aeronave en la que el multimillonario dueño de los gimnasios McFit viajaba junto a su novia y sus dos hijos.
El avión se estrelló en las aguas de Costa Rica el pasado viernes con cinco personas a bordo. Los pasajeros eran Rainer Schaller, de 53 años; su novia, Christiane Schikorsky, de 44; y sus hijos Aaron Schaller, de 5, y Finja Schikorsky, de 6. También iba a bordo el piloto, Marcus Kurreck, de 40 años y origen suizo.
La familia estaba inmersa en un viaje de cinco semanas por el continente mexicano, una rara excepción, según aseguraron los empleados de Schaller al tabloide alemán Bild. El avión Piaggio 180 había partido del estado mexicano de Chiapas y en ningún momento el piloto reportó dificultades en el contacto con los controladores aéreos. Las causas del accidente se desconocen. El sábado se recuperaron dos cadáveres, un niño y un adulto, y por el momento no han trascendido sus identidades.
La aeronave no disponía de registrador de vuelo ni de dispositivo para registrar las comunicaciones, según informó la empresa que opera la máquina. Debido a su pequeño tamaño, tampoco era obligatorio. Las autoridades costarricenses se centran ahora en encontrar el cuerpo del avión, donde se podrán las cajas negras que arrojarán luz sobre las causas del accidente.
El imperio nacido en un ático
Rainer Schaller nació en Bamberg (Alemania) en 1969. Es el fundador y director del Grupo RSG, que posee, entre otros, el imperio de fitness McFit. Su historia de éxito comenzó en la década de los 90, cuando instaló un gimnasio en el ático de sus padres. Sus compañeros podían entrenar aquí por 15 marcos de la época (unos 8 euros).
En 1997 consiguió reunir suficiente dinero para comprar un viejo salón de muebles de la ciudad de Wurzburg y convertirlo en un gimnasio. Así nació el primer McFit de la historia. Su estrategia desde el principio fue buscar un precio muy competitivo para atraer más público, una filosofía que pervive a día de hoy y que muchas otras marcas han seguido.
En la actualidad, el Grupo RSG (iniciales de Rainer Schaller Group) es un imperio internacional. Tiene más de 1.000 gimnasios en 48 países y 6,4 millones de clientes, lo que la convierte en la número uno del mundo en el campo del fitness.
Tiene más de 21 marcas, incluidas McFit (250 estudios en toda Europa), High5 Gym y la marca de moda Marcell von Berlin y la agencia de modelos McFit Models. En 2020, Schaller se hizo cargo del legendario Gold's Gym con más de 3 millones de miembros y 600 estudios en todo el mundo.
También posee la marca JohnReed Fitness, la firma de gimnasios de lujo con la que el futbolista Sergio Ramos abrió un centro en Madrid a principios de este año y que este periódico visitó con el jugador del Paris Saint Germain.
Un día negro en Duisburg
A Rainer Schaller solo se le conoce una polémica grave. Una de sus empresas, Lopavent, fue la encargada de organizar el festival Loveparade en la ciudad alemana de Duisburg en 2010. Aquel 24 de julio está grabado en la memoria de Alemania. Una serie de negligencias en la organización del evento causaron 21 muertos y cerca de 650 heridos.
El recinto tenía capacidad para 250.000 personas. Una vez cerrados los accesos principales, los organizadores convencieron a decenas de miles de personas para que buscaran una entrada alternativa, concretamente, un túnel peatonal de escasos dieciséis metros de ancho.
La estrechez del túnel, la falta de oxígeno, el calor y la ansiedad generaron un pánico masivo que pronto se convirtió en una estampida humana que aplastó hasta la muerte a 21 jóvenes. Entre los fallecidos estaban Clara Zapater y Marta Acosta, dos estudiantes españolas de 22 años en la universidad de Munster, que habían acudido a la ciudad para festejar el fin de curso con una treintena de compañeros de Erasmus.
Este episodio tardó casi ocho años en ser llevado a juicio en Alemania. Schaller declaró como testigo de los hechos. "El 24 de julio de 2010 fue el peor día de su vida para todos ustedes", dijo en su declaración. "Quiero disculparme sinceramente con ustedes por todo el sufrimiento por el que pasaron en mi evento".
Posteriormente, aseguró que pese a ser el "rostro representativo de la Love Parade", dejó las decisiones importantes en manos de sus empleados. La causa fue sobreseída por la justicia alemana en el año 2020 sin que ninguno de los acusados fuera condenado.
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