"Me hacen muchos la broma de que nos ha tocado la lotería, y no es del todo así. Hemos hecho algo más que comprar el boleto". Son las palabras de Darío Moreno (1988), el joven alcalde socialista de Sagunto, la ciudad escogida por Volkswagen para construir con fondos europeos la primera gigafactoría de baterías del sur de Europa. El presupuesto de su ayuntamiento, cifrado en 85 millones, crecerá hasta un 14% con los 12 millones anuales en impuestos que pagará la industria cuando esté a pleno rendimiento.
¿Y qué hizo exactamente Sagunto para atraer a Volkswagen? "Todo empezó en 2019, cuando decidimos anticiparnos a la demanda del mercado. El éxito que tuvo el área industrial Parc Sagunt I, donde las grandes parcelas se comercializaron en tiempo récord y tuvimos que decir que no a grandes propuestas porque no nos cabían, nos hizo ver que había que lanzar de inmediato Parc Sagunt II con una superficie muy superior", relata a EL ESPAÑOL en su despacho.
Para lograrlo, de la mano de la Generalitat Valenciana, acometieron una gran recalificación de suelo agrícola a industrial. "Como Ayuntamiento, dijimos que sí, pero con la condición de que albergara proyectos 100% industriales. Sin desmerecer la actividad logística, consideramos que si el municipio hacía el esfuerzo de destinar todo ese espacio a grandes empresas debía ser para cosechar el impacto económico y el empleo que genera la industria", argumenta el alcalde. La localidad ya albergó una potente industria siderúrgica, ahora extinta. Volkswagen permitirá su reindustrialización.
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"No todo ha sido suerte, tuvimos el acierto de preparar la ciudad para acoger grandes inversiones industriales", insiste el dirigente. ¿Pero esperaban un proyecto tan superlativo? ¿No les ha sorprendido la magnitud? "La verdad es que sí", reconoce.
Las cifras de la iniciativa son mareantes. Según el proyecto territorial estratégico (PTE) de la gigafactoría, la futura fábrica de baterías ocupará 1,3 millones de metros cuadrados, y tiene además reservados a su alrededor otros 1,4 para proveedores. Se trata, en total, de 2,7 millones de metros cuadrados de superficie industrial, más de los que abarca el caso antiguo de Sagunto, la histórica ciudad romana.
Su construcción, que empezará en el primer trimestre de 2023, requerirá una inversión de 4.500 millones de euros y generará 19.100 puestos de trabajo (8.900 directos y 10.200 indirectos). Cuando esté construida, la megafábrica empleará a 3.000 trabajadores en una primera fase, hasta llegar a los 4.200 en una etapa avanzada. El empleo indirecto estimado es de 27.000, y Moreno pretende canalizarlo. "Aspiramos a lograr el pleno empleo en Sagunto", afirma.
El PTE presentado ante la Generalitat Valenciana detalla incluso lo que recaudará el Ayuntamiento vía impuestos con la creación de la gigafactoría. "El Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE) devengaría 5.842.331,81 euros anuales durante el periodo 2027-2031, y de 9.565.304,06 euros anuales a partir de 2032", estima el proyecto.
"Por su parte, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) a recaudar por el ayuntamiento alcanzaría la cifra de 2.565.304 euros anuales, todo ello sin perjuicio de las bonificaciones que se pudieran otorgar por la creación de empleo y otros factores de inversión", añade. En suma, se trata de una recaudación adicional de entre 8,4 y 12,1 millones anuales para Sagunto, cuyo presupuesto actual es de 85 millones de euros. La ciudad ingresará un 10% más dentro de 5 años y un 14% más dentro de 10.
¿Sigue defendiendo que no les ha tocado la lotería, señor alcalde? "Es un boom, desde luego que lo es. Pero a esos ingresos también irán asociados a nuevos gastos. Vamos a tener que atender las necesidades de toda una gran urbanización, con los correspondientes costes de limpieza, jardín, transporte...", replica.
El balance, en cualquier caso, será positivo. Tanto que Moreno ya desglosa los proyectos que quiere emprender o retomar cuando estén más holgadas las finanzas locales. "Tenemos planes y desarrollos que llevan tiempo en fase de espera y que nos permitirán dar el salto definitivo como ciudad. Contamos con, por ejemplo, polígonos residenciales en los que solo se ha construido el 8% y que nos generan un coste desproporcionado en el mantenimiento de calles", explica.
Tales proyectos suman "más de 15.000 pisos por construir". "Aprovecharemos los errores del pasado, cuando se disparó con pólvora de rey en el boom inmobiliario, para convertir ahora esos desarrollos inmobiliarios en una oportunidad", augura el alcalde. Moreno cuenta que "según las cifras que manejan las inmobiliarias locales, el precio de las viviendas traspasadas sufrió un incremento de entre el 10% y el 15% tras el anuncio de que Volkswagen llegaría a la ciudad".
"Esto es un indicativo de prosperidad, pero es un serio problema para nuestros vecinos, a los que se les encarecerá la vivienda. Por eso creemos importante desarrollar nuevas viviendas e impulsar también la vivienda social, que no había en la ciudad", contrapone el dirigente.
Además de los proyectos inmobiliarios, Moreno cita multitud de iniciativas que Sagunto podrá impulsar gracias a la inyección económica de la gigafactoría. "Estamos esperando una concesión para renovar la fachada marítima, queremos rehabilitar edificios como la Casa Romeu, mejorar el cauce del río...", enumera.
Todo parece de color de rosa. Todos ganan con un proyecto que, pese a sus dimensiones, solo cuenta con el rechazo de fuerzas y dirigentes residuales de la izquierda. ¿Qué piensa el alcalde de las voces críticas? ¿Teme que pudiera acabar judicializado por su impacto en el territorio o por las ventajas concedidas a la empresa?
"Todo se ha hecho con los correspondientes informes técnicos y jurídicos. El impacto en el territorio es innegable, pero se han activado los mecanismos necesarios para mitigarlos", argumenta el alcalde, que subraya además que "se trata precisamente de un proyecto para la descarbonización de la movilidad".
Por último, Darío Moreno invita a realizar "una doble reflexión". "Volkswagen va a construir en el mundo 6 gigafactorías. ¿No será mejor que las haga en España en lugar de irse a otro lugar con menos garantías medioambientales y laborales?", plantea inicialmente.
"Y, en segundo lugar, la pandemia nos ha demostrado la importancia de contar con una industria productiva. No fabricar nos hace vulnerables en un contexto de mercado cerrado, y ser fabricantes de baterías para coches eléctricos es una oportunidad competitiva que no podemos dejar escapar", concluye.