Los familiares de Sandra Bermejo fueron conscientes de la desaparición de la joven el pasado 9 de noviembre cuando había quedado con su familia para verse por videollamada y no apareció. Al no presentarse, su madre contactó con una de sus amigas por Instagram. N.G.D -prefiere no dar su nombre- cuenta a EL ESPAÑOL que cuando recibió el mensaje en Instagram ya estaba preocupada desde el día 8 de noviembre, cuando “no acudió a clase de teatro, lo raro era que no me hubiera avisado, siempre avisaba cuando no venía”. N. relata que al no verla por clase le envió un mensaje preguntando si se encontraba bien: "Le pregunté algo así como: '¿Necesitas algo?, ¿estás bien?'" y no le llegaban; “los mensajes que le enviaba no salían con doble tick, como mensaje recibido, era muy raro”.
N. G. acudió al domicilio de Sandra tras hablar con su madre: “Llamé muchísimas veces al timbre, di golpes a la puerta y nada, no me respondía”. Por eso, decidió acudir a la policía y poner la denuncia. “En la comisaría me dijeron que antes de poner la denuncia debía acudir una patrulla a casa de Sandra por si estaba, pero no podía abrir la puerta, cuando llegamos la casa estaba normal. No había ningún signo de violencia, parecía todo normal, había comida en la nevera… Estaba todo como si se hubiera ido un momento, ella tenía intención de volver a casa”, expone N.G.D, mientras resalta que “lo único que faltaba era su coche”.
Dos días después, la Policía Nacional de Gijón localizó su vehículo en el parking cercano al entorno natural de Cabo de Peñas, donde su móvil lanzó la última localización el martes 8 sobre las cinco de la tarde. En el coche de Sandra, aunque no estaba el teléfono, sí se encontró su cartera y una mochila, algo que para N.D.G no es raro. "Yo he ido alguna vez con ella a hacer alguna ruta por allí y no llevamos mochila, a ella le gusta pasear sin mochila”. En el dispositivo de búsqueda de la joven psiquiatra de 32 años están participando la unidad de la Policía Nacional de Gijón, la Policía Local de Gozón, la Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Cruz Roja, la Unidad Canina adscrita a los Bomberos, varios drones y helicópteros.
N.G.D describe a Sandra como una persona “alegre, sociable y amante de la naturaleza. Estar con ella es recibir calor de hogar”. La madrileña en 2020, en plena pandemia, decidió mudarse a Gijón aprovechando que su trabajo de psiquiatra le permitía pasar consulta de manera telemática, cuestión que fue fundamental para tomar la decisión y poder disfrutar de la naturaleza, “le encanta, y también el deporte al aire libre…”, cuenta su amiga.
No descartan ninguna hipótesis
Las autoridades no descartan ninguna hipótesis, sin embargo, N.G.D no cree que se haya ido por voluntad propia: “Sandra es una persona que se preocupa mucho por los que tiene a su alrededor, no se habría ido sin avisar”. Esta teoría la descarta porque “ese mismo día hizo vida normal, tuvo consulta con una paciente por la mañana y agendó una cita con el club de lectura. Una persona no programa planes si tiene intención de desaparecer”. Esa paciente declaró que Sandra aquella mañana llevaba puesta una camiseta blanca con cuello de pico y manga corta y una goma en el pelo.
Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado mantienen abiertas principalmente tres líneas de investigación. En estos momentos están investigando a su entorno, sus amigos, familiares, posibles parejas… N.D.G cuenta a EL ESPAÑOL que Sandra “hacía tiempo que no tenía pareja, quedaba con chicos, como cualquier persona, pero nada serio”. Otra de las líneas se centran en la localización de su teléfono móvil y examen de aparatos electrónicos. N.D. no tiene conocimiento sobre si en la casa encontraron su ordenador porque “yo no pasé, solo accedió al domicilio los policías de la patrulla”. Los datos de sus aparatos electrónicos ayudarían a reconstruir lo que pasó e incluso a localizar a la joven.
Por otro lado, la policía también investiga si Sandra pudiera haber sufrido un accidente en Cabo de Peñas. Esta área es una zona compuesta por acantilados que superan los 100 metros de altura, importantes desfiladeros por los que ya han caído personas accidentalmente. Precisamente, el pasado sábado un hombre de 85 años se precipitó al vacío y tuvo que ser rescatado al día siguiente. La hipótesis del accidente y la dificultad para localizar a Sandra de haberse precipitado por alguno de los acantilados, cobra sentido después del temporal que se registró aquellos días en la zona. Aunque existe la posibilidad del accidente, lo que descarta por completo N.D.G es el suicidio: “Sandra no lo haría y de hacerlo, que sinceramente no lo creo, se habría despedido”.
[El horror de María, de 8 años: liberada tras ser encerrada 7 en casa de sus abuelos en Alemania]
N.D.G vio a Sandra por última vez el jueves anterior a su desaparición y no quedaron durante el fin de semana porque ambas tenían planes pero, sí reconoce que Sandra habló con varios amigos que tienen en común durante esos días. Por su parte, la familia, según relata N.D.G, está muy preocupada. "No saben que ha podido pasar y prefieren no hacer elucubraciones, porque no nos llevan a ningún lado” y confían en que pronto aparezca.
Sandra mide 1,62 de estatura, es de complexión delgada, tiene el pelo castaño y largo y los ojos marrones, según la información facilitada por la organización SOS Desaparecidos.