En el argot taurino se conoce como 'desecho de tienta' al fenómeno que consiste en ceder a un taurino de tres al cuarto las reses rechazadas en el mercado, evitando así su paso por el matadero. Estas reses, a su vez, generarán otros 'desechos' que surtirán a un tercer ganado, produciéndose una cascada de pérdida de lo que los taurinos llaman 'sangre brava'. Este mismo fenómeno lleva produciéndose en Algeciras desde hace cuatro años, con la diferencia de que, en vez de reses, aquí el 'desecho de tienta' son los 'trenes rana' —así se refieren a ellos—. Trenes "de segunda" importados de Extremadura, como si Algeciras fuese ciudad de inferior categoría: "Son lo peor de lo peor, el peor material, el más obsoleto".
En 2018, la retirada de los viejos trenes de la serie 598 fue vista por los extremeños como un primer paso hacia la consecución del anhelado AVE. Las reivindicaciones históricas de una tierra movilizada por la causa del ferrocarril tenían por fin una respuesta que dejaba a todos contentos... o no. Porque, ¿qué se hace con esos enormes seres mecánicos de 750 metros de largo?
Uno podría pensar que son enviados al desguace a dormir el sueño de los justos, pero lo cierto es que fueron recolocados y siguen en activo como esos futbolistas que alargan el retiro en algún destino exótico. Solo que, en el caso de los futbolistas, no llevan consigo un historial interminable de averías e incidencias, si acaso un remate que ahora se va fuera o una entrada tardía. Los 'trenes rana' han generado en Algeciras una situación que ven insostenible.
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La ruta Algeciras-Madrid, con sus intercity extremeños S-598, ha dejado ya en estos cuatro años de actividad algunos avisos serios. El 5 de noviembre de 2020, por ejemplo, un tren descarriló en Málaga. De los 43 pasajeros, cuatro resultaron heridos con contusiones y rasguños leves. "¿Qué más necesitan para darse cuenta de que lo que reclamamos es una necesidad real?", se quejaba entonces José Ignacio Landaluce, alcalde de la ciudad.
En conversación con EL ESPAÑOL, Landaluce asegura que en los últimos dos años la situación no ha hecho más que agravarse. "Ha habido tres retrasos de tres horas en los últimos 15 días. Nos tienen cautivos y a tragar. Nos trajeron estos trenes que ya eran más modernos que los que teníamos, lo que no quita que fuesen desechos extremeños".
Desde Renfe, afirman a este periódico que "el servicio no va especialmente mal respecto a otras líneas, se presta con total normalidad". Sin embargo, no pueden responder a la pregunta de si los intercity S-598 son los mismos que sacaron de Extremadura por las protestas: "No lo sabemos... Son trenes diésel S-598 para vías no electrificadas, el mismo modelo que opera, por ejemplo, en la línea Huelva-Jabugo".
Tren de los horrores
El tramo problemático de la ruta Madrid-Algeciras es el correspondiente a la línea de ancho convencional Bobadilla-Algeciras, de 176,2 km de longitud. Esta línea dispone actualmente de vía única no electrificada, formando parte de los corredores Atlántico y Mediterráneo definidos en la Red Transeuropea de Transporte.
Por esta situación geográfica, dicha línea es una parte importante del recorrido de la Autopista Ferroviaria Algeciras-Zaragoza, además de vía de entrada de las mercancías que llegan al Puerto Bahía de Algeciras. Un enclave estratégico y comercial de una relevancia que no parecería tal a juzgar por los trenes que lo interconectan.
Guillermo, natural de Algeciras, lleva años viviendo en Madrid: llegó para estudiar Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos y se ha convertido en esa 'rara avis' que consigue trabajo en el sector al terminar la carrera. Es decir, que sus carnes conocen bien la ruta de Algeciras-Madrid, antes y después de la llegada de los trenes extremeños.
El testimonio de este periodista algecireño no ofrece similitudes con lo argumentado desde Renfe. "Hace 3-4 años empezaron a multiplicarse las incidencias del tren Madrid-Algeciras. Ha habido un poco de todo: cada semana hay algún retraso, algún parón durante el viaje, averías...", afirma. Tiene claro dónde está el problema: "Son trenes muy antiguos y se encuentran en condiciones bastante precarias".
El alcalde Landaluce cree que mandaron estos 'trenes rana' a Algeciras porque así los podían dejar en "sitios estratégicos como Córdoba o Antequera". Una situación que califica de "terrible" para el turismo, pero también para los trabajadores y pasajeros, que no tienen un medio de transporte fiable al que atenerse.
"Nos debilita en todos los sentidos. Afecta a las mercancías porque son infraestructuras que no tienen tracción eléctrica, maquinarias sobre raíles que dibujan trazados muy antiguos, con curvatura grande, lo que provoca que disminuya la velocidad, y pendiente no competitiva", dice Landaluce, apuntando también a Adif, entidad responsable de lo concerniente a las infraestructuras.
Renfe alega que "en Andalucía hacemos más de 300 trenes al día, somos conscientes de las quejas en la región y tratamos de resolverlas lo mejor que podemos. Aun así, por la información que nos llega, no compartimos esa percepción de que este tren tenga estos retrasos de continuo... a lo mejor son retrasos de dos minutos".
Guillermo, por el contrario, recuerda esperas y retrasos de horas. "Un día empezamos a oler humo poco antes de llegar a Bobadilla-Antequera, que es donde el tren realiza el cambio de vía... Se quedó parado y un viajero, hablando por teléfono, decía que había estado esperando dos horas en la ida, que no entendía cómo los andaluces no protestábamos. Al final, llegamos con hora y cuarto de retraso. Y, bueno, sí que ha habido protestas, pero no se han materializado en mejoras". 75 minutos añadidos a un trayecto de Madrid-Algeciras que, sin incidencias, tarda alrededor de cinco horas y media.
Además, Guillermo señala un detalle que podría considerarse menor, pero que también está contribuyendo a incrementar el malestar entre los algecireños. "Los trenes son intercity, por lo que para conseguir compensación por retrasos, estos tienen que ser bastante mayores a los de, por ejemplo, el AVE. Si un AVE se retrasa 15 minutos te devuelven la mitad; a la media hora te devuelven la totalidad del billete".
En el viaje relatado donde el tren llegó hora y cuarto tarde Guillermo tan solo recibió la mitad del importe pagado: "A la hora de retraso de devuelven la mitad. Tienen que pasar 90 minutos para que te devuelvan todo". Una estrategia que le parece lógica por parte de Renfe: "Con los peores trenes se aumenta ese tiempo, pero los precios no están tan lejos de otro tipo de trenes. El resultado es que acabamos sufriendo cierta injusticia también por esta disparidad a la hora de compensar los retrasos".
Polémica inversión
José Ignacio Landaluce asegura que protestan. El pasado 4 de agosto envió una carta a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana Raquel Sánchez Jiménez, con el propósito de abordar el problema del tren. Sin embargo, el alcalde cree que de nada sirven sus lamentos si no se realizan las inversiones prometidas.
"En los Presupuestos Generales del Estado había adjudicados 300 millones de euros para invertir en la línea Algeciras-Bobadilla, pero solo se han invertido cinco. Pedí mejoras en trenes y vagones, faltan maquinistas... Es la falsedad de quedar bien con presupuestos muy altos pero luego no ejecutar", dice Landaluce.
El lío con los PGE se remonta a octubre de 2020. En un primer momento, la partida destinada a la línea Algeciras-Bobadilla era, tan solo, de 35,7 millones de euros. El año anterior, la inversión pactada habían sido 223 millones.
El clamor político fue tal que el Ministerio de Hacienda tuvo que salir al paso dos días después, asegurando que "los Presupuestos Generales del Estado contemplan una partida total de 300 millones de euros para la línea Algeciras Bobadilla". Es decir, un 34% más que el curso anterior. Gemma Araujo, diputada del PSOE, zanjó el asunto al calificar de "compromiso cumplido" la partida de 300 millones.
Carlos Fenoy, presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar, sospecha que esos 300 millones, que se mantuvieron para el presente ejercicio, "serían con obras presupuestadas no solo para el tramo Algeciras-Bobadilla, como se dijo, sino para toda la provincia de Cádiz". Y apuntilla: "Queremos licitaciones y adjudicaciones, no presupuestos".
Fenoy explica a EL ESPAÑOL que lleva desde mediados de 2018 enviando cartas a Renfe, cuya respuesta remite siempre al "contrato de 3.000 millones que Renfe licitó para la compra de nuevo material".
Tal y como desvela Fenoy, Renfe está a la espera de la construcción del material nuevo. Se trataría de nuevos vagones y locomotoras para un Talgo de la serie 106 que pasaría a prestar servicio en el AVE gallego. De este modo, las unidades que actualmente operan en Galicia, S-730, serían desplazadas hacia el sur. EL ESPAÑOL no ha obtenido respuesta de Renfe acerca de este tema.
Causas del retraso
Según informa Adif a EL ESPAÑOL, con la última partida de 20 millones para la renovación integral de la línea Algeciras-Bobadilla, "las inversiones movilizadas superan por el momento los 210 millones de euros, casi la mitad de la inversión total de 470 millones prevista".
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Esta renovación integral consistirá en "telecomunicaciones, tercer carril para trenes en ancho estándar, o varias vías de apartadero para trenes de mercancías y agilizar así el tráfico del puerto de la Bahía de Algeciras".
Además de perjudicar al turismo y a la movilidad de los algecireños, las prisas por ver mejorada la línea también tienen su origen en la importancia comercial del territorio. "El puerto de la Bahía de Algeciras es el cuarto de Europa en movimiento de mercancías, con una conectividad marítima sin parangón en ningún puerto de España ni del sur europeo", explica Carlos Fenoy.
"Sin embargo, en tierra fallamos, porque tenemos vías del siglo XIX. No se entiende, debería ser cuestión de Estado", dice Fenoy. El presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar lo justifica con un dato de impacto económico demoledor: "Podríamos pasar de los 400.000 vagones actuales de mercancías a 650.000. Europa ya nos dijo que Algeciras-Bobadilla era doblemente prioritario, tanto por el corredor Mediterráneo como por el Atlántico".
Adif es consciente de la importancia del asunto, pero señala que hay condicionantes que les han impedido actuar. Por un lado, las inversiones empezaron en 2009. Entre ese año y 2011 "se adaptaron túneles en el tramo Ronda-San Pablo para una futura electrificación, lo que supuso un coste de 176 millones de euros".
Posteriormente empezaron las mejoras del tramo San Pablo-Algeciras, "pero las obras estuvieron paradas entre 2013 y 2017 por discrepancias entre el Ministerio y las entidades adjudicadoras". Las obras básicas sobre la vía están actualmente casi finalizadas, pero ese parón de cuatro años por motivos políticos fue "causa fundamental del retraso acumulado".
Por otro lado, Adif destaca la problemática medioambiental. La ruta Algeciras-Bobadilla tiene una dificultad para su remodelación: transcurre entre dos parques naturales (Grazalema y Sierra de las Nieves).
"La Junta de Andalucía paró las adjudicaciones de las licitaciones por las competencias medioambientales, que ahora son cosa del Ministerio", explican. "Adif trabaja para el Gobierno que manda en cada momento. No nos podemos saltar a la torera la exigencia medioambiental. Todo esto supone un retraso".
De esta forma, en noviembre de 2020 el Ministerio exigió para ambas subestaciones del tramo Bobadilla-Ronda (69 km), de forma conjunta, "tramitar una Declaración de Impacto Ambiental, por lo que Adif se encuentra imposibilitada para poder avanzar en esta actuación mientras no se resuelva este trámite".
Carlos Fenoy descarga de responsabilidades a Adif por los motivos descritos. "Sabemos que se están esforzando, tienen una voluntad de hacerlo lo más rápido posible, la comunicación es muy fluida y nos han atendido siempre", dice. El informe facilitado por Adif a este periódico cuantifica una inversión superior a los cinco millones.
En todo caso, las víctimas de esta situación son los algecireños y su economía. "Queremos que el trayecto se reduzca a cuatro horas y media, en condiciones razonables de confort. Esto podría conseguirse si se electrificara", cuenta Fenoy. Algeciras quiere dejar de ser como esos taurinos a quienes se dejan las peores reses del mercado. "Quien está contra el Cádiz está contra la Humanidad", reza una pancarta en el Estadio Nuevo Mirandilla. Algeciras, como el Cádiz, quiere que se la trate como ciudad de Primera División.