La escena está oscura, apenas se ve, hay niebla; la humedad lo tinta todo. En esta noche cualquiera junto a la desembocadura del río Guadalquivir, la música la componen el ruido de motores y el choque de una goma contra la mar. La velocidad es palpable y los protagonistas son dos: perseguidores y perseguidos. La patrullera de la Guardia Civil va detrás de los narcotraficantes con los mismos problemas de siempre. De cerca, se puede ver cómo el piloto del cargamento de hachís saca un puntero láser y apunta al patrón de la otra nave. Le ciega, el otro pierde el control y encalla en la ribera del río. El sonido ahora es el de un motor que tranquea y se apaga; el de una lancha que se aleja, subiendo a contracorriente por la ribera del río de Sanlúcar de Barrameda.
Al amanecer, los periódicos anuncian lo ocurrido. No hubo heridos, pero la imagen de la patrullera encallada es icónica. Pocos quedan sin verla. La Guardia Civil se queda sin naves efectivas para luchar contra el narcotráfico en la provincia la noche siguiente. Esta es la única nave rápida que le queda a los agentes en el Guadalquivir. En realidad, es la única que les queda para cubrir desde esta zona hasta el Campo de Gibraltar.
La situación en la costa sur es catastrófica. Los agentes que luchan en el mar contra los narcotraficantes no dan a basto. No sólo faltan medios materiales, también personales. Esta misma semana Jucil ha elevado una instancia a la directora general de la Guardia Civil, María Gámez, solicitando ayuda.
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Por poner un solo ejemplo: para la zona de costa que cubre desde el Campo de Gibraltar hasta las entrañas del Guadalquivir, la Benemérita sólo cuenta con dos patrulleras rápidas. Una de ellas está averiada y la otra pasó la última semana en el varadero, tras el suceso narrado.
La próxima semana estará funcionando la encallada, que porta el nombre de Río Águeda. No obstante, que pueda salir a cumplir con su objetivo no significa que esté en condiciones óptimas. "El foco de búsqueda está averiado y es primordial para el seguimiento nocturno, tanto para narcolanchas como para la localización de otras embarcaciones, como las que transportan a inmigrantes", lamenta un agente de la benemérita en conversación con EL ESPAÑOL.
La otra embarcación ligera que hay en Cádiz aún tendrá que esperar. Está averiada. Ambas fueron incorporadas al servicio en el año 2015, tal y como se puede leer en la hemeroteca.
Según Gondan, el astillero que las construyó, estas embarcaciones cuentan con una eslora de 20.90 metros y una manga de 5 metros. Fueron diseñadas y equipadas para misiones de vigilancia y lucha contra el narcotráfico y la inmigración irregular, además de la protección del medio marino, en el ámbito de los cometidos propios de la Guardia Civil.
Gondan aseguraba en su nota de prensa que "tienen una autonomía de 570 millas y una vida útil de al menos 15 años, gracias a sus más de 2.000 caballos de potencia, que las impulsan mediante hidrojets, son capaces de alcanzar una velocidad de hasta 36 nudos".
La Guardia Civil dispone de otros medios para luchar contra el narcotráfico en la mar sureña. Cuentan con una embarcación de 12 metros que "no es utilizada" porque "no es efectiva". Hay otra: "Una camuflada que por la misma circunstancia, su poca efectividad, apenas se usa".
Los narcotraficantes viajan a velocidades muy superiores a 36 nudos. Ya existen patrulleras capaces de alcanzar los 60 nudos, por ejemplo. Por el momento, el Instituto Armado ha publicado la adquisición de otras 3 patrulleras de aluminio de alta velocidad que se unirán a las 2 en fabricación.
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En el apartado del personal, la cosa tampoco mejora. Hay varios agentes de baja por distintas lesiones. Faltan 200 guardias civiles en toda la provincia, según fuentes de Jucil.
Mudanza al Guadalquivir
La situación es preocupante. En los últimos años se ha podido ver cómo la presión ejercida por el Ocon Sur en el Campo de Gibraltar desviaba las rutas utilizadas por el narcotráfico hacia la costa noroeste: hasta la desembocadura del Guadalquivir. De hecho, AUGC denunciaba hace escasos días la presencia de narcolanchas en las costas de la provincia "esperando el momento idóneo para alijar en tierra".
Un agente de la Benemérita resume desesperado: "El problema que tenemos es que el río Guadalquivir y Sancti Petri (en Chiclana) son un coladero. Todos los días entran una media de 5 o 6 gomas cargadas de hachís y no conseguimos interceptar ni un 5%. Para el Gobierno, droga que entra y no cogemos es droga que no existe. Juegan con las estadísticas para no causar alarma social y la situación es realmente caótica. Tienen plenos conocimientos de lo que está pasando y nadie hace nada".
Desde la AUGC Cádiz insisten en que la provincia al completo debe declararse Zona de Especial Singularidad. Es una reclamación conjunta de todas las asociaciones de profesionales de la Guardia Civil, sindicatos policiales y asociaciones contra la droga. María del Carmen Villanueva, secretaria de la AUGC, apunta: "La realidad es que los medios que utiliza la Guardia Civil, o los que tenemos en la provincia para luchar contra el narcotráfico, no están a la altura de la circunstancias. Realmente, esto es algo excepcional. Es una situación excepcional, por lo que pedimos una serie de medios excepcionales. Todo a la altura de las circunstancias que se viven".
Desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles reclaman que no sólo se puede presionar en un punto de la pronvica. Cuando se tapona el campo de Gibraltar, el narcotráfico se desvía hacia la costa noroeste, hasta Sanlúcar de Barrameda. Además, señalan que el problema no está únicamente en el mar, sino que luego continúa en las carreteras. Rememoran que todo lo que llega por mar acaba en tierra. Si navega hasta el Campo de Gibraltar, luego correrá a través de la autovía A-381, carretera de Jerez-Los Barrios, popularmente conocida como la carretera del hachís. En la Sierra Norte también hay problemas.
"Ahora mismo están entrando incluso de día. Han llegado a entrar hasta 8 en una misma noche, que se hayan visto", recalcan desde Jucil. Otro miembro de la Benemérita señala: "Cuando tenemos las embarcaciones operativas sólo se saca una por servicio para una demarcación que va desde Sevilla (a través del río Guadalquivir) hasta Barbate. Cuando estamos en el río correteando embarcaciones que en su gran mayoría no trincamos, te la meten también por Santi Petri. De un punto a otro tardamos en llegar una media de 2 horas. Eso con la mar buena, si la mar está revuelta échale 1 hora más".
Necesitan embarcaciones, sí, pero también más patrones de barcos. También, tener un cuerpo mucho más dotado de personal. "Nos faltan 200 agentes, pero harían falta otros 200 agentes más para toda la provincia".
"Ellos saben que la disponibilidad es la que es. Saben que estamos faltos de medios y de personal y lo aprovechan. Están actuando con una impunidad increíble. Saben que no tenemos capacidad si vienen en avalancha. Porque además no sólo tenemos el narcotráfico, tenemos que estar atentos también a la seguridad ciudadana, la inmigración...", recalcan agentes consultados por EL ESPAÑOL.
Las peticiones
Las peticiones de la Guardia Civil son muchas. Centrándonos en el tema de las embarcaciones, uno de los objetivos es llegar a tener las embarcaciones con las que cuenta Gibraltar. "Los narcos las temen. Son embarcaciones neumáticas semirrígidas con una velocidad superior a los 60 nudos. Eso se podría hacer modificando las que confiscamos. Sería hacer una embarcación similar a la de la policía gibraltareña".
La pasada semana, Jucil elevaba una serie de peticiones a la directora general de la Guardia Civil a través de una instancia. Entre otras, se solicita "dotar al Servicio Marítimo de Cádiz de la partida presupuestaria necesaria para la reparación de las averías que actualmente padecen las embarcaciones que tiene de dotación el servicio provincial".
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Mientras tanto, también solicitan poder utilizar las embarcaciones de otras provincias con menor carga de trabajo. "Para cubrir los servicios con garantías". Asimismo, esperan equipararse a otros cuerpos en la utilización de chalecos antibalas con flotabilidad operativos, ligeros, prácticos y de última generación, "al igual que poseen de dotación otras policías marítimas y militares en otros países".
Desde Jucil hablan de un aumento tácito del narcotráfico en la provincia y de los atentados a la autoridad. De esta manera, apuntan a los requisamientos de armas que se han dado en los últimos tiempos en lanchas o la utilización de punteros láser.
El petaqueo, otro problema
Los agentes españoles llevan tiempo hablando de un problema prácticamente invisible, pero que es un eslabón imprescindible en el narcotráfico: el petaqueo. Los agentes llaman así al porte de gasolina hasta las narcolanchas para poder dar los portes. Se quejan de que la sanción por acumular gasolina es, simplemente, una multa administrativa.
De esta forma, aseguran que son muchos los que le han perdido el miedo a 'trabajar' en estos menesteres. No es un caso aislado, no: "Esto es un diario". Hace más de año y medio, Europa Sur avisaba del problema de las 'narcogasolineras'. Hay menores de edad trabajando y en cada porte se pueden conseguir hasta 3.000 euros.
"La Línea y el Puerto de la Duquesa, en Manilva (Málaga), se han convertido en las narcogasolineras del Estrecho", alertaban por entonces fuentes policiales. Ahora también hay narcogasolineras en la 'Costa Noroeste' de Cádiz. "Lo hacen a plena luz del día", dice un agente.
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Además, se han dado casos en los que no ha sido la goma principal la que ha viajado hasta tierra. Simplemente, embarcaciones más pequeñas portan la gasolina hasta mar adentro para llevarlas a la narcolancha que dará el viaje.
Una vez más, los agentes miran a Gibraltar y solicitan tener una legislación similar. "Hay puntos fijos en las zonas, pero les da igual. Nos ven y les da igual. No se trata de que les caiga cadena perpetua, se trata de que se considere narcotráfico".
Generalmente, el combustible utilizado se suele conseguir de noche, en gasolineras low cost. De ahí que los agentes pidan también que se pueda alertar si alguien saca una cantidad indiscriminada de combustible en una sola noche de una de estas estaciones sin vigilancia y no es un camión.
La provincia insiste: la zona es singular. "Se tiene que declarar esta Zona de Especial Singularidad. El problema está en toda la provincia, desde el Guadalquivir al Campo de Gibraltar y sin olvidar la carretera y la zona de la sierra".
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