La Policía Nacional ha desplegado un amplio dispositivo de seguridad para evitar altercados después de que España haya quedado eliminada contra Marruecos en los penaltis de los octavos de final del Mundial de Qatar. Uno de las ciudades donde han puesto el ojo los cuerpos de seguridad ha sido El Ejido (Almería), donde hay censados un total de 16.751 marroquíes de una población con un total de 84.000 vecinos. Y también en Callao, en el centro de Madrid, a donde también han acudido españoles con raíces en Marruecos para celebrar la victoria, o en el Hospitalet.
En Madrid, entre 3.000 y 4.000 personas se dieron cita en la Plaza de Callao para celebrar la victoria de Marruecos. Una fuerte presencia policial, con miembros de la UIP y antidisturbios, disipó cualquier conato de trifulca. El ambiente fue mayoritariamente pacífico. La multitud se desplazó hasta la Puerta del Sol para culminar la celebración.
Los más jóvenes capitalizaron los cánticos y motearon con bengalas el paisaje urbano. La Policía, presenció este periódico, identificó a cuatro jóvenes vinculados a grupos de extrema derecha. El ambiente se enrareció al adentrarse la noche, en torno a las nueve, cuando las familias abandonaron la plaza. Poco antes, una escaramuza entre los propios asistentes provocó la única, y leve, carga policial.
En El Ejido, a su vez, unos pocos centenares, en torno a 500 personas, se reunieron en la céntrica calle Manolo Escobar para celebrar la victoria. Ante ellos, un cordón de antidisturbios, 80 agentes entre policía local y nacional que no han tenido que moverse. Mientras, los marroquís de El Ejido han celebrado el pase de su selección a cuartos de final cantando y bailando.
Pero no se ha producido ningún incidente. "Aquí somos todos iguales, da igual la nacionalidad o la raza", reconocían en conversación con EL ESPAÑOL. Niñas, abuelos, madres, padres... En un ambiente de total deportividad, muy parecido al que se vivió en el mismo municipio tras la victoria ante Bélgica en la fase de grupos del Mundial.
"España es nuestro país; si hubiera ganado España lo habríamos celebrado de igual forma", aseguraban a este periódico. Así lo ejemplificba una pareja de novios: ella, Raquel Sánchez, española; él, Mossin Daif, nacido en Tetuán y con doble nacionalidad marroquí y española. "Ha sido una derrota dulce, porque al menos han ganado ellos", aseguraba ella, de 21 años, estudiante de Administración y Finanzas. Y él, de 23 años y jefe de almacén, hacía lo propio: "De haber perdido, habría venido con ella".
La propia Raquel hace mención a que Vox fuera la fuerza más votada en El Ejido en las generales de 2019. "No fue una buena noticia, pero en las últimas elecciones bajaron y ahora la situación está mejorando, hay menos rechazo [a los inmigrantes]", cuenta la joven. Y su novio añade: "Con esta victoria, hemos dado entre todos un golpe en la mesa". ¿Qué significa ese golpe simbólico? "Que aquí somos todos humanos", responde, feliz.
Mientras continuaba la fiesta en la calle Manolo Escobar, en una esquina el jefe de Policía Local al frente del dispositivo de seguridad conjunto de agentes nacionales y municipales se congratulaba de lo ejemplar de la celebración. Ha sido importante, señala a EL ESPAÑOL, el trabajo previo con líderes sociales y autoridades marroquíes, que en las vísperas instaron a sus compatriotas a celebrar el resultado del partido de forma respetuosa.
En la calle, muchos festejantes se acercaban al periodista para destacar lo pacífico de su celebración, preocupados por transmitir una imagen de ciudadanos modélicos y desmentir los prejuicios de quienes temían incidentes violentos como los que protagonizó una minoría en Bruselas el 27 de noviembre tras la victoria marroquí contra Bélgica. "¡Lo siento!", nos dice un joven al pasar, como pidiendo disculpas por la derrota de su país anfitrión. Y un niño añade: "¡Tengo el corazón partío con España!".
Restaurante Mundial
EL ESPAÑOL vivió el partido en el Mundial, un restaurante de comida marroquí situado en la calle Cervantes de El Ejido Allí, con una mayoría de hombres, muchos de ellos trabajadores de los invernaderos, vivieron con tensión el encuentro y finalmente celebraron la victoria.
En el salón se desató la locura cuando Marruecos consiguió ganar por penaltis. Entre ellos, viendo el partido con uno de sus niños, estaba Nuredín Makash, nacido en Casablanca, trabajador de un invernadero y vecino de El Ejido desde 2006. "Mi jefe es español, se llama Manuel; nos llevamos bien", contaba al empezar el partido el también aficionado del Real Madrid. "¡Hafid allah, hafid allah!" (¡que Dios nos proteja, que Dios nos proteja!", exclamaba cuando España se acercaba a la portería de Marruecos.
A su lado veía el partido Mohamed Mouyssy, nacido en Larache hace 24 años, que vive desde niño en la pedanía ejidense de Las Norias, ha trabajado de electricista y ahora se saca el carné de conductor de camiones mientras termina las gestiones para obtener la nacionalidad española. "Si ganamos hoy, la fiesta va a ser grande", avisaba este seguidor de Marruecos y, en La Liga, del Barça.
Más de 120 minutos y varios penaltis después, su esperado final feliz se cumplió.
Fiesta nacional
La fiesta por el histórico triunfo de Marruecos se ha expandido por todos los rincones de España por donde se reparte la comunidad de origen marroquí. Ha habido congregaciones importantes de júbilo en Barcelona, Hospitalet de Llobregat, Melilla, Ceuta, Bilbao, Algeciras, Logroño, Lorca...
En el municipio murciano de Lorca, donde los marroquíes son 11.000 de los 98.000 habitantes, han salido a las calles unas 1.500 personas, que se han reunido sobre todo en el parque del barrio de San Diego y no han protagonizado incidentes, según ha informado a Efe la Policía Local.
En la ciudad de Barcelona, centenares de marroquíes han festejado el triunfo en Las Ramblas, algunos de ellos con bengalas. Las escenas de júbilo se han repetido en el municipio barcelonense de Hospitalet, con otra importante población inmigrante.
En la gaditana Algeciras, puerto de enlace con Marruecos, los seguidores de su selección han formado una caravana de coches que desfilaba por la céntrica avenida Virgen del Carmen haciendo sonar los cláxones y ondeando banderas, también en un ambiente de celebración pacífico vigilado por las fuerzas de seguridad.
En las ciudades norteafricanas españolas de Ceuta y Melilla, los vecinos que son aficionados de Marruecos han celebrado igualmente la victoria futbolística sin incidentes. En el caso de Melilla, las autoridades de Marruecos han cerrado durante unos minutos su lado de la frontera terrestre de Beni-Enzar tras la victoria de su selección debido a la acumulación de personas.
Fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla han informado a Efe de que este cierre solo ha afectado al lado marroquí con el fin de reorganizar el tráfico de personas y de vehículos y, una vez conseguido el objetivo, las autoridades del país vecino han reabierto la frontera.