Valencia

A Ricardo Caballer le llaman el Messi de la pirotecnia. Su familia domina el fuego desde hace tres siglos y ha anunciado que ya no disparará más espectáculos de pirotecnia en España por las trabas burocráticas, la falta de mano de obra cualificada, la subida de los precios y la cancelación de eventos.

La célebre Pirotecnia Ricasa, de Ricardo Caballer, ya no volverá disaparar ni hacer vibrar a la gente con sus espectáculos. Al menos de momento. El empresario valenciano cumplirá con un puñado de contratos pendientes y en 2023 sus propuestas artísticas dejarán de iluminar el cielo español. Se retira y a partir de ahora se centrará en la fabricación de productos para otras empresas.

"Ha sido una decisión muy meditada que no se toma de un día para otro porque somos pirotécnicos y lo que nos gusta es disparar. Pero pensamos que es el momento de dejar aparcados los espectáculos y centrarnos en la fabricación, esperando que la situación sea más favorable y dejando la puerta siempre abierta a una posible vuelta", explica Ricardo Caballer a EL ESPAÑOL.

[Así ha sido la inmensa (y compleja) Palmera con los colores de España disparada en Alicante]

A partir de ahora, Caballer apostará plenamente por la fabricación de productos de calidad en detrimento de los castillos de fuegos artificiales. En la decisión, meditada desde el año 2019, también ha influido la cancelación de espectáculos en el último momento cuyos motivos, en muchos casos, no comparte.

"Desde que estalló la pandemia hay más cancelaciones, solo este año me han impedido disparar en una decena de ocasiones. No ven todo el trabajo que hay detrás de un espectáculo, cancelan y ya está, algunas veces sin mucha lógica". Caballer dirigía una media de 250 espectáculos al año.

Desde que anunció oficialmente su retirada de los espectáculos, a comienzos del mes de noviembre, ha recibido multitud de llamadas para organizar un último disparo. Pero la decisión está tomada.

"Tenemos que parar y pensar cosas nuevas. Nuestros productos seguirán estando en los eventos más importantes de todo el mundo, pero nosotros dejamos de disparar", insiste el mejor disparador de España. Las Fallas de 2023 será una de las últimas ocasiones en la que podrán disfrutar de su trabajo. 

Espectáculo disparado en Valencia por la declaración de las Fallas como l Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. RICASA

Maestros del fuego

Los Caballer son maestros del fuego y Ricardo está considerado como el mejor pirotécnico del mundo. Con solo 27 años, se hizo con los premios más prestigiosos del arte de la pirotecnia y organizó espectáculos en eventos tan importantes como los Juegos Olímpicos de Sydney del año 2000 o los Juegos Panamericanos de 2007. Por eso hace años que la prensa le llama el Messi de la pirotecnia.

La historia de esta empresa comienza en la España de 1881, hace 141 años, coincidiendo con la expansión y consolidación de las Fallas, la fiesta grande de Valencia marcada por el fuego y la pirotecnia.

A partir de ese año, de la mano de Vicente Caballer Calatayud, fundador y apasionado de la pirotecnia, nace un negocio dedicado a un material tan insólito y desconocido en ese momento como era la pólvora.

Espectáculo de Caballer en Sidney por las Olimpiadas 2000.

"Nacía así nuestra aportación a la legendaria aspiración de dominar uno de los cuatro elementos clásicos occidentales. Y uno de los más poderosos: el fuego", explican desde la compañía. Pero su historia no empieza a finales del siglo XIX, sino mucho antes.

"Nuestra esencia retoma la tradición de los antepasados que soñaron con controlar el fuego hace decenas de miles de años". Y lo lograron.

El hijo de Vicente, el primer Ricardo Caballer, dio continuidad a esta empresa familiar. la compañía ha llegado hasta una cuarta generación y su trabajo ha sido imprescindible para situar a Valencia como la cuna mundial de la pólvora.

El negocio de la pólvora no es como cualquier otro. Te juegas mucho, incluso tu propia vida, y el empresario se plantea si hay que seguir adelante cuando se producen accidentes. Manejan con sus propias manos la pólvora y las explosiones dejan huella.

"Siempre ha habido mucho interés por los espectáculos, pero no hay un interés por trabajar en una pirotecnia y aprender el oficio. Esta profesión es muy sacrificada, hay que trabajar los fines de semana y dedicarte en exclusiva a esto. El problema lo vi venir hace 20 años, un día me giré y me di cuenta de que siempre éramos siempre los mismos, no había renovación", cuenta Ricardo. 

"Esto que nos ha pasado a nosotros también ocurre en otras profesiones. Por ejemplo, hay muchos restaurantes que han cerrado al público y ahora solo se dedican a la comida para llevar. Pues a nosotros nos ha pasado exactamente igual, teníamos que tomar una decisión aunque no nos gustara".

Trabas burocráticas

También dejará de disparar en España, añade, por las "trabas burocráticas" a la hora de contratar espectáculos y las dificultades para cumplir con los requisitos de la ley de contratos públicos.

"A nosotros nos consideran un suministro pese a que en cualquier contrato el concepto que aparece es el de espectáculo de pirotecnia. Los interventores nos dicen que no saben cómo casarlo. Nosotros siempre les decimos 'es fácil, somos un espectáculo, no suministramos carcasas'. Los castillos de fuegos tienen su diseño, estética... no hay nada que no diga que no es un espectáculo. No puede ser tanta burocracia", advierte Ricardo.

A estas trabas en los permisos, se suma el nuevo límite de los contratos menores, que han pasado de 18.000 euros a 15.000. "Menos presupuesto, más trabas administrativas y sin personal cualificado que se interese por el oficio, no teníamos otra salida". 

"Todo ha cambiado mucho y para mal desde la crisis de 2008. Los espectáculos se han mantenido en el mismo precio, o incluso menos, pero los productos que usamos son mucho más caros. Nos está afectando muchísimo la subida de precios de los productos químicos que empleamos, más de un 40%", subraya.

El aumento de las temperaturas debido el cambio climático, las persistentes olas de calor y el riesgo elevado de incendios durante el último verano han acabado de dar la puntilla: "Nos limita mucho la actividad".

"En este trabajo te encuentras con situaciones que son de sentido común, como cuando me que me cancelaron en Japón un espectáculo por un tifón. Pero me parece ilógico cancelar un espectáculo en el mar porque hay riesgo de incendio o una mascletà en el centro de un pueblo, cuando lo que se disparan son truenos que no queman y además están a 500 metros", señala.

Uno de sus últimos espectáculos fue en enero de 2022, en Valencia, durante la celebración de la gala de los premios Goya en el Palau de Les Arts Reina Sofía. Su espectacular propuesta iluminó por unos minutos la noche de Valencia. Unas semanas después, en las fiestas de Fallas, desafió al viento e hizo historia con la primera mascletà 100% digital.

Espectáculo disparado en la edición de los Goya de 2022. RICASA

"En un principio se sopesó la idea de solo realizar espectáculos de mayor envergadura, pero una vez pensado y por el respeto que tenemos a todos nuestros clientes, tanto ayuntamientos como comisiones de fiestas que nos han acompañado durante tantos años, se ha decidido no realizar ninguno y no hacer distinciones. Me parecía una falta de respeto, al final no todo es dinero hay que sentirse a gusto con lo que uno hace".

Los asistentes a las próximas Fallas serán los últimos en disfrutar del trabajo del mejor tirador de pirotecnia del mundo.