No se puede entender la Navidad sin el tradicional roscón de Reyes, uno de los dulces navideños españoles más icónicos de estas fechas. Además, presumiblemente este año su consumo vaya en aumento, pues las familias se volverán a reunir con normalidad tras varias Navidades separadas por las sucesivas olas de la pandemia. Ahora parece que las aguas revueltas regresan a su cauce y vuelve el momento de degustar todo tipo de elaboraciones con nuestros allegados. Y qué mejor manera de hacerlo que comprando los de mayor calidad.
De ahí que a cinco días de Nochebuena se haya celebrado V Campeonato al Mejor Roscón de Reyes de Madrid para decidir cuál será el rey del la Navidad; el rey de 2023. A él se han presentado 10 finalistas, con la ilusión de un niño y con las ganas de alzarse con la corona que acredita su elaboración como la mejor de la Comunidad de Madrid, pero sólo ha quedado uno vivo. El vencedor de este certamen, en este sentido, ha sido el obrador artesanal Panod, abierto en 2017 de la mano de Norman Pérez y Amparo Parra, una pareja que ya lleva 21 años juntos.
Esta pareja tiene “dos hijas, un gato y un perro”, tal y como informan ellos mismos. Eso sí, sabedores de sus limitaciones culinarias, no son ellos quienes bajan al barro a amasar los mejores roscones de Reyes de Madrid, sino que sólo dirigen el obrador destacando el “talento” de su equipo, que elabora productos maravillosos. “Nosotros no tenemos ese talento. Ellos sí lo tienen”, se enorgullecen.
En este equipo, de hecho, está la pastelera Elena Campal, quien abre este reportaje y cuyo roscón ha sido proclamado el mejor de Madrid. Éste, como el de todos los competidores, debía pesar 500 gramos, tener forma redonda y no tener relleno, además de emplear ingredientes naturales como la harina de trigo, el azúcar, los huevos, la sal, la leche, la nata, la levadura fresca y la masa madre. En Panod lo venden a 24,95 euros y en EL ESPAÑOL no hemos dejado pasar la ocasión para degustarlo.
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Probando el roscón
Que el maestro pastelero Paco Torreblanca, otros cinco pasteleros –entre los que se encontraba Antonio García, ganador de la pasada edición–, el presidente de Madrid Fusión y crítico de El País, José Carlos Capel, y Ángel Parada, vicepresidente de la Academia Madrileña de Gastronomía, hayan decidido que el roscón de Norman y Amparo es el mejor de Madrid ya es suficiente garantía de que nos encontramos ante una delicatessen.
Pero en este diario siempre nos gusta dar nuestra visión, a nivel de consumidor más habitual. Para ello, hemos contado con la colaboración del pastelero José Antonio, con 40 años de experiencia en el sector, y con una consumidora de a pie. Él ha destacado, con un tono positivo, que el roscón “no es excesivamente dulce, lo que lo hace muy apetecible incluso para los consumidores menos golosos”.
Ella, por su parte, ha destacado la “esponjosidad” de la elaboración, fácilmente perceptible tanto a nivel visual como en boca. De hecho, si uno aplasta el roscón, la masa, bien fermentada y horneada, vuelve a su posición original “un aspecto positivo para este tipo de elaboraciones”, dice el pastelero. “Además, no han escatimado en los frutos secos empleados sobre la corteza ni en la fruta confitada, en este caso naranja, que decora el postre”, concluye.
Probablemente, estas características, entre otras, hayan sido las que han empujado al jurado del concurso a concluir que el roscón de Panod es el mejor de Madrid, seguido del que preparan Isabel Maestre y Doble Uve Obrador, quienes han ocupado la segunda y la tercera posición del certamen. El vencedor, asimismo, también se ha llevado un premio de 2.500 euros en productos de Mantequerías Arias, que se donarán a una ONG a su elección.
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Tras el roscón ganador
Pero Panod es mucho más que su roscón de Reyes. Como se ha apuntado, en 2017 Norman Pérez y Amparo Parra decidieron lanzarse a la piscina y abrir un obrador. De esa manera querían despedirse de “las multinacionales, las reuniones interminables, las frustraciones y las nómicas” para saludar y cumplir su sueño: abrir un obrador artesanal.
Algo que llevaron a cabo en el número 1 de la calle de Prim, en Madrid, pero que ya cuenta con otros cuatro puntos de venta situados en Pozuelo de Alarcón (Avenida de Europa, 23 y Calle Aquilón, 2), en Majadahonda (Calle Manuel de Falla, 3) y en La Moraleja (Plaza de la Moraleja, Edificio III, local 1). De ahí salen cientos de elaboraciones de repostería y, sobre todo, de panadería.
Hacen su pan artesano con harinas sin aditivos procedentes de “Zamora, Guadalajara y Lérida”, como reconocen desde la empresa. Esas harinas, con toda probabilidad, han sido empleadas en el mejor roscón de Reyes de la Comunidad de Madrid, colocando a Panod en el Olimpo actual de los obradores madrileños.
Pero cuando Norman y Amparo abrieron aquel primer Panod, reconocen, tenían “nuevos miedos y frustraciones” por si fracasaban en su sueño. Pero, por suerte y trabajo, es algo que no ha ocurrido y que les ha permitido mostrar a sus hijas el valor de la “determinación”, por un lado, y facturar en 2020 más de 1 millón de euros, por otro.
“Ahora haces pan y croissants que miles de personas a la semana compran y comen. Y una de ellas se acercará; no te conoce, pero sabe quién eres. Y te dará las gracias de corazón. Y te brillarán los ojos y sabrás que sí. Que hiciste lo correcto. Compensa, claro que compensa”, dicen Norman y Amparo haciendo retrospectiva.
Y, desde este lunes, los consumidores también les agradecerán a ellos y a las 21 personas que conforman su equipo que preparen los mejores roscones de Reyes de Madrid. Aquellos que harán que estas Navidades, ahora sí que sí, vuelvan a ser como las de antes de la pandemia.