El mecánico Pepe Moreno, con parte de su colección de vehículos históricos en su casa-taller de El Ejido (Almería).

El mecánico Pepe Moreno, con parte de su colección de vehículos históricos en su casa-taller de El Ejido (Almería). Eduardo del Campo

Reportajes Vehículos históricos

El museo de película de Pepe Moreno: coches y motos que eran chatarra y vuelven a ser joyas

El mecánico jubilado arregla en El Ejido un Cadillac de Franco, el Studebaker del general Moscardó, un Ford T con el que condujo al 'joven Indiana Jones'...

2 enero, 2023 02:03
El Ejido (Almería)

En las afueras de El Ejido hay un lugar de película. Solitaria al lado de la carretera de Pampanico, como si fuera un decorado de Hollywood que hubieran plantado entre la sierra de Gador, los invernaderos y el mar, la mansión sorprende por sí sola, con su peculiar estilo modernista y las antigüedades (un cañón de la guerra civil, un coche, una vagoneta) que presiden el patio. Pero la verdadera sorpresa llega cuando el viajero franquea la puerta del garaje y se encuentra con el tesoro que guardan sus paredes en enormes garajes que no se adivinan desde fuera. Aquí está la espectacular colección de motos, coches y otros vehículos históricos y míticos que el mecánico jubilado Pepe Moreno, de 70 años, ha reunido desde hace más de cuatro décadas de búsquedas y reparaciones

Este museo que solo enseña con cita previa es un paraíso para los amantes de la automoción y para cualquiera al que le guste la belleza y el misterio de las antigüedades. Dentro se desarrolla un doble viaje en el tiempo: uno se siente transportado al pasado, y a la vez es como si estos transportes sobre ruedas saltaran al siglo XXI desde los años 20, 30 o 40 del siglo pasado.

A José Moreno Martín, más conocido como Pepe Moreno, lo encontramos reparando con un amigo mecánico una grúa de 1928 que compró en Valencia y que está devolviendo poco a poco a su estado original. Lo que hace más especial la colección de Moreno es que él mismo restaura pieza a pieza los vehículos históricos ruinosos que consigue, hasta que vuelven a funcionar y brillar como cuando los estrenaron hace cien, ochenta o setenta años. La historia del siglo XX desfila por su taller materializada en sus piezas motorizadas. "Esta pasión me da vida, me gusta lo original", dice el mecánico, restaurador y coleccionista mientras enseña a EL ESPAÑOL la obra de su vida.

Mecánico en Suiza

Empieza el recorrido en la planta de abajo, el taller donde arregla lentamente, en un proceso que puede durar años o incluso décadas, cada uno de los vehículos que adquiere en chatarrerías o a particulares. Cuenta que nació en el pueblo granadino de Murtas, en una familia de agricultores, y que se vino al cercano municipio de El Ejido con 12 años, cuando la familia -él es el mayor de tres hermanos, dos hombres y una mujer- emigró a esta costa del Poniente almeriense al inicio del boom de la agricultura intensiva. Con 17 años emigró "con contrato" con su padre al pueblo suizo de Golaten, a 20 kilómetros de Berna, donde había estado un tío suyo. Aprendió el oficio de mecánico en el taller de los hermanos suizos Enzo y Ernest.

De ellos guarda un gran recuerdo, porque dice que su amor a los coches antiguos nació allí cuando vio los dos espectaculares coches Chevrolet Impala que tenían, uno descapotable y otro cerrado. Él les preguntó que si podía conducirlos y le dijeron que sí. "Me dejaban cogerlo, sin carné, con ellos al lado. Me sentía como un rey, y yo decía, 'si yo pudiera un día tener uno como este'... Y hoy tengo muchos". Calcula que ahora posee más 60 coches y más de 50 motos de época, sin contar otros vehículos industriales o de ocio, o máquinas curiosas, como una para fabricar caramelos, de 1810, o una gran motor de vapor de 1885.

Exterior de la casa, taller y museo de Pepe Moreno en El Ejido.

Exterior de la casa, taller y museo de Pepe Moreno en El Ejido. Eduardo del Campo

A los tres años regresó de Suiza a El Ejido. Fue a la mili y después, con 24 años, escribió una carta a sus antiguos patrones para pedirles trabajo. Le enviaron el contrato y al cabo de veinte días desde su solicitud estaba ya empleado con ellos para otros nueve meses. Trabajaba a destajo todo el día pero no le importaba, dice, pues le encantaba su oficio y con las horas extras ganaba lo que entonces era una fortuna en España. "Vivía allí en la misma casa del taller. Trabajaba 18 o 20 horas. Una vez estuve trabajando 54 horas seguidas sin parar, por eso mandaba mucho dinero a casa. Ganaba 60.000 o 65.000 pesetas al mes, y cuando el director del Banco Central de Adra veía mis ingresos, él, que ganaba 16.000 pesetas, le decía a mi padre: ¿su hijo en qué trabaja? Yo ganaba cuatro veces más que el director del banco".

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Con los ahorros suizos montó el taller de mecánica Pepe Moreno en la céntrica plaza Manolo Escobar de El Ejido, con seis empleados más, y lo tuvo abierto hasta que se jubiló. Su hijo y su hija no siguieron en el sector de la mecánica. El dinero que ganaba con su taller lo ha invertido desde hace unos 45 años en montar su colección y en construir la casa-garaje que la aloja. Vive en la planta de arriba, con su esposa, María José López Callejón. Desde la ventana de la cocina se ve, abajo, el interior de la gran nave anexa de la primera planta donde expone los vehículos ya arreglados, lo que le permite disfrutar de sus rescatadas criaturas mecánicas mientras desayuna, con la satisfacción de un padre adoptivo.

Vista del garaje donde Pepe Moreno expone sus vehículos históricos tras restaurarlos.

Vista del garaje donde Pepe Moreno expone sus vehículos históricos tras restaurarlos. E. del C.

En el garaje inferior enseña el espacio donde está restaurando con paciencia una de las estrellas de su colección, un largo Cadillac negro que perteneció a la escolta del dictador Francisco Franco. Abre una puerta y muestra su interior, señalando dónde colocará una mampara como la original que separaba al chófer de los pasajeros atrás. Se comunicaban con un interfono. "La escolta de Franco tenía cinco Cadillac como este. El Estado los subastó, y luego yo lo compré en Sevilla", dice sin revelar la cifra. Para que pese menos, le ha quitado de los huecos interiores de las puertas las planchas metálicas del blindaje.

Precisa que ya ha logrado que al antiguo coche escolta de Franco le funcione el motor de ocho cilindros, que gastaba "mucha gasolina". Aclara que no vende ni este ni ningún otro, pero que por el Cadillac franquista le han ofrecido más de 50.000 euros. Hace poco compró dos paragolpes de otro ejemplar para ponérselos a este: "Me costaron 5.000 euros y pesan 80 kilos entre los dos".

Pepe Moreno, con el Cadillac que perteneció a la escolta de Franco y que está restaurando.

Pepe Moreno, con el Cadillac que perteneció a la escolta de Franco y que está restaurando. E. del C.

Rodajes de cine

En el taller de restauración enseña un voluminoso Studebaker americano que usaba el general Moscardó, y el Ford T, aún más antiguo, que Pepe moreno alquiló para el rodaje en Guadix (Granada) de la serie de televisión Las aventuras del joven Indiana Jones. Como era difícil de manejar, los productores le pidieron que lo condujera él mismo, vestido como un tipo del Oeste en los años 20. En su despacho, repleto de tornillería, placas y recuerdos, cuelgan en la pared las fotos en que él aparece caracterizado con el Ford y los actores protagonistas. "Me pagaban 100.000 pesetas al día por el coche y otras 40.000 pesetas a mí por conducirlo", dice contento de aquel negocio redondo. 

El coche del general Moscardó, hombre de confianza de Franco, en el taller de Pepe Moreno, que lo está restaurando.

El coche del general Moscardó, hombre de confianza de Franco, en el taller de Pepe Moreno, que lo está restaurando. E. del C.

El mecánico y coleccionista, con el Ford T, en reparación, que condujo en 'Las aventuras del joven Indiana Jones'.

El mecánico y coleccionista, con el Ford T, en reparación, que condujo en 'Las aventuras del joven Indiana Jones'. E. del C.

Pepe Moreno conduce su Ford T en el rodaje de 'Las aventuras del joven Indiana Jones'.

Pepe Moreno conduce su Ford T en el rodaje de 'Las aventuras del joven Indiana Jones'. E. del C.

Sus autos han aparecido en otras películas, aunque no se acuerda de los títulos. Un patrullero policial, un Hudson americano del 40, sirvió para la historia de un alemán perseguido por la Interpol, y un pequeño autobús de 1929, llamado La Viajera, sale en otra producción ambientada en Nuevo México, en la que la actriz española Ángela Molina encarna a una maestra que ayuda a llevar niños mexicanos a Estados Unidos.

"Por el coche de policía me pagaron por un día de rodaje lo que me había costado, que no sé si fueron 600.000 pesetas, en el año 90 y pico. Estuvo andando toda la noche", dice sobre aquel rodaje en Almería, escenario cinematográfico natural por excelencia en España. Las escenas del autobús en la película de Ángela Molina las rodaron en el cortijo del Fraile, en el Cabo de Gata.

El patrullero de Estados Unidos que Pepe Moreno alquiló para una película.

El patrullero de Estados Unidos que Pepe Moreno alquiló para una película. Eduardo del Campo

El viejo autobús usado en la película con Ángela Molina.

El viejo autobús usado en la película con Ángela Molina. E. del C.

Las maravillosas carrocerías sobre ruedas se suceden. Hay un Buick de 1920, con 102 años de vida, con un cofre trasero para guardar los palos de golf y un motor de cuatro cilindros que Pepe ha tardado "25 años en conseguir, con mucha paciencia". O un Dodge, con la esculturita metálica del carnero en el morro, que había sido del gerente de la antigua mina de La Unión de Murcia. Cuando lo compró, "estaba desintegrado, hecho polvo, sin cristales, ni pilotos, ni marcadores". Con tenacidad, lo está reconstruyendo como si fuera nuevo. Cuando no encuentra el elemento perdido que busca, a menudo fabrica él mismo la pieza. 

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En el fondo del taller está la sección de motos antiguas en reparación, entre ellas una Dollar americana de los años 30 y un ejemplar del primer modelo de Vespa, de 1947. "Vinieron de Málaga a ver la Vespa y me ofrecían 9.000 euros, pero no está en venta", recalca. Está también restaurando una moto americana Dollar de los años 30. En las paredes del taller de motos tiene ordenados los aperos de labranza que también restaura y colecciona, como recuerdo de sus orígenes campesinos, cuando cultivaba con sus padres "trigo, cebada, berzas, garbanzos..." en los montes de su Murtas natal, en la sierra de la Contraviesa y la Alpujarra.

Motos antiguas en la zona de restauración del museo de Pepe Moreno.

Motos antiguas en la zona de restauración del museo de Pepe Moreno. E. del C.

Restauración

Hay otros vehículos raros que ha comprado y que está restaurando en un proceso de décadas. Por ejemplo, este extraño tractor militar de la italiana Fiat construido en 1912 para la guerra colonial de Abisinia (actual Etiopía), dotado con ametralladora antiaérea -"que le tengo quitada"- y cuatro ruedas macizas que se transforman dependiendo del terreno. "Llevo más de 30 años con este", dice sobre el enorme cacharro, que acabó de alguna manera en las antiguas minas de oro de Rodalquilar, en el Cabo de Gata de Almería, usado para tirar de las vagonetas, hasta que el yacimiento cerró y lo trasladaron a "la chatarrería del Buzo, en Almería".

Un amigo le avisó de su existencia y allí que fue a negociar su compra. "El dueño de la chatarrería me dijo que lo tenía vendido desde hacía 27 años pero que no habían ido a llevárselo; le dije, ¿quién va a venir ya? Y me lo vendió por 250.000 pesetas. Cuando lo estaba trayendo aquí, unos alemanes me pararon en la carretera y me ofrecieron 500.000. 'No lo vendo', les dije".

El tractor militar italiano de la guerra de Abisinia que Pepe Moreno compró en una chatarrería de Almería.

El tractor militar italiano de la guerra de Abisinia que Pepe Moreno compró en una chatarrería de Almería. E. del C.

En la primera planta de la casa-museo está la gran nave, oculta desde la carretera, que alberga el centro de la colección, donde los restaurados relucen como joyas. En la puerta tiene un viejo cochecito de juguete a pedales por el que ha pagado, revela, "800 euros en la feria de Murcia". Indica a unos metros el primer coche antiguo que arregló hace unos 45 años, un Adler alemán de 1934; "el primero que hubo de tracción delantera, antes eran todos de tracción trasera".

Otra estrella de su colección es una moto militar alemana con sidecar, remolque y ametralladora del fabricante BMW, que data de 1939 y se fabricó para usarla en la Segunda Guerra Mundial. "Se la compré a un médico de Barcelona, que venía de Barcelona a Córdoba montado en ella con toda la familia; estuve ocho años de tratos con él", informa sobre su origen.

El mecánico, con las joyas motorizadas de su colección.

El mecánico, con las joyas motorizadas de su colección. E. del C.

Moreno, al volante de su Graham-Paige.

Moreno, al volante de su Graham-Paige. E. del C.

Menciona un camión de bomberos de 1915 que ha cedido temporalmente al parque de bomberos de Granada, "el más antiguo de España", para una exposición conmemorativa por sus 200 años de historia. "De Nueva York lo traje; lo que vale una casa me costó", dice sobre aquella inversión. Su dinero lo empleó también en comprar un coche de reparto de Correos y Telégrafos, una Vespacar que fue de la perfumería Puig, un lujoso coche Graham-Paige de flamante color verde, al que se sube para la foto...

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El Isetta con puerta en el frontal y el Biscuter contrastan por su minúsculo tamaño con el porte majestuoso de un Rolls Royce, un Austin blanco y crema, un Willys con tapicería de terciopelo que compró en Estados Unidos o un Mercedes negro 230, "muy valioso, de 1936, que venía de Alemania cuando estalló la guerra de España y se quedó en Francia".

Un Isetta de apertura delantera, en el museo de Pepe Moreno.

Un Isetta de apertura delantera, en el museo de Pepe Moreno. E. del C.

Un Rolls Royce, otra de las joyas de la colección del mecánico Pepe Moreno en El Ejido.

Un Rolls Royce, otra de las joyas de la colección del mecánico Pepe Moreno en El Ejido. E. del C.

Señala un Franklin "con motor refrigerado por aire, no por agua", y el antes mencionado autobús La Viajera de 1929, que en la guerra civil requisaron los combatientes republicanos en Cueva de Almanzora (Almería). Cuenta Pepe Moreno que durante la noche, antes de que vinieran a llevárselo, el dueño hizo un agujero en la pared del garaje, desmontó el motor y el chasis y los escondió. Quedó la estructura. No pudieron llevarse el resto. Tras la guerra, recompuso lo escondido. Años después, Pepe lo compró. 

"Que no se pierda"

Dice el hábil mecánico que en 1998 compró el solar y empezó a construir esta casa-taller-museo, con su propio diseño. Las obras continúan por dentro un cuarto de siglo después. Las antigüedades también están presentes en su hogar, en la planta de arriba, con una bañera de más de 300 años o las puertas del horno. De aquí sale Pepe Moreno para ir a restaurar otros artilugios y aparatos que ha comprado, como un molino harinero en Adra, o para participar al volante de sus autos en rutas de vehículos históricos. Son la gran ocasión para verlos en movimiento, vivos y cumpliendo su función. Pepe Moreno es uno de los fundadores del club de la provincia.

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"El primer coche que compré fue un Seat 1500 que tenía 30 años", dice. Ahora, para las gestiones del día a día usa otro coche normal y corriente, un Citroën Xantia que tiene aparcado fuera de casa. Se ve al lado, en el patio exterior, un cañón "de 1919 y usado en la guerra civil española", que consiguió "en una chatarrería de Puerto Real" (Cádiz).

Pepe Moreno, ante su casa y museo en El Ejido (Almería).

Pepe Moreno, ante su casa y museo en El Ejido (Almería). Eduardo del Campo

Mantiene abierto al público su museo y sigue acrecentándolo con la única financiación de sus ahorros de mecánico. No tiene ningún patrocinio ni ayudas de instituciones públicas ni empresas privadas, que tampoco ha pedido. El Ayuntamiento de El Ejido, eso sí, lo promociona como una de las atracciones monumentales del rico municipio agrícola, de 84.000 habitantes. En el futuro, cuando él no esté, Pepe Moreno quiere que su museo le sobreviva: "Yo lo que no quiero es que se pierda. Han sido muchos años de sacrificio".

Para visitar el Museo de Pepe Moreno, que él enseña en persona, hay que llamar a su teléfono, el 650 45 60 18, y pedir cita. La entrada vale 5 euros. Menos que ir al cine. Y es como estar dentro de una película.

El museo de coches y motos históricos de Pepe Moreno en El Ejido Eduardo del Campo