El 16 de noviembre de 2007, Miguel Rodríguez ganaba 240.000 euros en ‘El Rosco’ del programa de televisión ‘Pasapalabra’, muchos de los espectadores que asistieron a aquella última prueba pensaron que Rodriguez había conseguido resolver su vida en los últimos quince minutos, pero nada más lejos de la realidad.
Rodríguez, unos años después, entró en la prisión por un delito de estafa continuada. Fue condenado a dos años y cuatro meses por engañar a clientes de un barrio obrero. Esta condena se produjo después de otra sentencia anterior que dirimía responsabilidades en la misma línea, en este caso por estafar a cientos de personas, entre otros, a miembros de su propia familia.
La estrategia de Rodríguez pasaba por ofrecer a sus víctimas intereses superiores al 10% anual, llegaba a las reuniones de ventas con muchas pantallas y valores que "no paraban de subir", según contaba a los medos uno de los afectados. Así, lograba convencer a los clientes de invertir en su cartera de valores insistiendo en que la cantidad con la que se especularía estaba completamente asegurada.
Durante la instrucción del juicio, Miguel Rodríguez aseguró que pretendía devolver el dinero ganando el concurso y confirmó que se presentó a muchos como “allá tú, pasapalabra… todos los de preguntas”, aseguraba el acusado. A pesar de ganar la prueba final y recibir una gran cantidad de dinero, ésta no fue suficiente para acabar con las deudas, como consecuencia, no pararon de lloverle denuncias poco después de ganar el programa.
Según apuntan algunos medios, las deudas que amasó con la estafa que perpetró podrían superar los dos millones de euros. El timo, finalmente, resultó ser de estructura piramidal. Rodríguez mentía y en vez de invertir, usaba el dinero de sus clientes para cubrir la deuda que había contraído con los denunciantes. Con este sistema, nunca se llegaron a tapar “los asuntillos” que tenía pendientes, así es como se refería a las deudas cuando le preguntaban sobre el destino del dinero en caso de ganar el programa.
Algunos de los estafados se preguntan cómo llegó a amasar más de 370.000 euros en bancos extranjeros en plena crisis financiera, muchos temen que tras cumplir la pena pueda disfrutar de esos miles de euros sin ningún tipo de consecuencia. A pesar de contar, supuestamente, con esta cantidad fuera de España, los afectados ya han perdido cualquier esperanza de recuperar el dinero que Miguel les robó.