Una imagen de la cocina del Udon.

Una imagen de la cocina del Udon. Cedida

Reportajes

Los 'Jordis' se hacen 'de oro' con sus restaurantes japoneses: han facturado 44 millones de euros

Jordi Vidal y Jordi Pascual arrancaron el negocio con un único local, en Barcelona, hace 18 años. Tras el Covid han logrado alcanzar cifras récord.

16 enero, 2023 02:48

No es difícil encontrar una ristra de opciones gastronómicas asiáticas en cualquier ciudad en la que vivamos o a la que viajemos. Es más, el sushi, los nigiris o los noodles están más de moda que nunca, algo impensable hace 18 años, cuando Jordi Vidal y Jordi Pascual decidieron abrir el primer restaurante Udon en Barcelona. “Era casi algo exótico”, cuentan durante su charla con EL ESPAÑOL.

Y demonizado: los españoles no nos fiábamos —y en la actualidad, también nos cuesta— de los controles que pasaban los productos asiáticos y mucho menos de su dudosa procedencia. Lo de ahora es otra cosa, si declinas una invitación a un restaurante oriental con la excusa de que no te gusta, el loco eres tú.

Eso, entre otras muchas razones, es lo que ha provocado el éxito arrollador de Udon, una cadena de restaurantes japoneses que en las últimas semanas ha ocupado titulares por haber llegado a facturar un 10% más que antes de la llegada del covid: 44 millones de euros. Además, cuentan con una previsión más que positiva para el año que acaba de comenzar, en el que se abrirán 15 nuevos establecimientos. Y es que en 18 años se aprenden muchas cosas, sobre todo, como decíamos al comienzo, a confiar.

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La de 'los Jordis' es una historia que empezó precisamente a partir de la confianza. La que pusieron ciegamente en sus dos padres, amigos de toda la vida y compañeros de trabajo en una división de Honda. Más de 50 años de experiencia viajando al país asiático hicieron que el padre de Pascual le propusiera una idea de negocio: abrir un restaurante de fideos Udon. En ese momento, su hijo se llevaba las manos a la cabeza, pero el padre no perdió el interés y no solo le contó la propuesta a su amigo de toda la vida, sino que incluyó a un tercer personaje en la historia: el hijo de su amigo, Jordi Vidal.

Los ‘niños’, que ya no eran tan niños, no se conocían, a pesar de la fuerte amistad de los padres, así que organizaron una cena a cuatro que acabó en un próspero matrimonio profesional, como ellos mismos lo llaman. “Fue confianza ciega total, pero contábamos con esa amistad de tantos años y con la experiencia de nuestros padres”, relatan a EL ESPAÑOL. Ahora, las dos familias son las propietarias accionariadas, pero las caras visibles son Vidal y Pascual, que han ido consiguiendo que aquel primer Udon haya evolucionado.

Una imagen de la cocina del Udon.

Una imagen de la cocina del Udon. Cedida

Aquí se viene a comer noodles

A pesar de ser un restaurante japonés, no tienen la intención de dedicarse al famoso mercado del sushi o los nigiris, y se centran básicamente en los noodles. Tanto, que hay opciones que a priori se asemejan a estas modas de las que hablamos, como sus Rolls, pero que en esta ocasión elaboran con fideos en vez de con arroz.

Los importan desde Japón, entre otros ingredientes que usan en su carta, la cual cambian, aproximadamente, tres veces al año y en la que incluyen productos de temporada fuera de carta cada tres meses. Chicken Yakisoba, Pad Thai o el Vegan Ramen son algunos de sus platos más famosos, todos elaborados con los fideos que los han encumbrado pero, tanto en estos como en el resto de propuestas, el producto sigue siendo el protagonista.

Carta del Udon.

Carta del Udon. Cedida

Pascual explica que para entender esta parte, una de las claves es cómo han crecido con la cultura japonesa en su propia casa. “Mi primer viaje a Japón fue con 10 años y recuerdo mi infancia llena de viajes al país asiático y tener siempre invitados japoneses en casa”, relata Jordi a este diario. Eso les hizo tener una visión de la cultura asiática bastante impregnada en el imaginario, por lo que a la hora de crear el concepto de Udon y hacerlo evolucionar durante estos años, esta realidad ha sido imprescindible.

“En su momento, lo que planteábamos era una adaptación del producto japonés al paladar local, que en ese momento desconocía esta cultura. Pero implicaba pocos cambios, porque tanto en la gastronomía española como en la japonesa, compartimos lo de dar el valor al producto en sí y enmascararlo con poca cosa, pequeños cambios como sabores más o menos fuertes, la cantidad de sal o la temperatura”.

A partir del plan inicial, establecieron dos tipos de producto: el importado, esencial si se querían especializar, y el de proximidad. Todas las verduras que encontramos en Udon son ecológicas, y el resto de productos, “nos encantaría que fueran incluso de km 0, pero en la mayoría de los casos es imposible", cuentan a este diario.

Al comienzo, como suele pasar en los inicios de las franquicias, los procesos eran más lentos: preparaban en cada restaurante su propia salsa de soja, por ejemplo. Ahora, con más de 70 locales abiertos, es imposible, por lo que cuentan con un chef ejecutivo que lidera toda la dirección de la parte gastronómica, junto a la batuta de Jordi Pascual, con larga trayectoria en hostelería antes de embarcarse en esta aventura: “Hemos tenido que ir estandarizando y homogeneizando los procesos”.

Los Jordis durante la entrevista con EL ESPAÑOL.

Los Jordis durante la entrevista con EL ESPAÑOL. Irene Nadal

Aun así, no pierden de vista el objetivo sostenible: fueron la primera franquicia que ofreció Heura y la primera cadena en España que ofrece el 100% de su salmón con etiqueta ASC (procedente de acuicultura sostenible y de granjas respetuosas con el entorno).

El después de la pandemia

“Con la pandemia es verdad que han cambiado cosas, como ubicaciones, pero nosotros siempre hemos querido tener la calidad en el servicio, y luego una experiencia hacia al cliente, que queremos que sea un valor para él. Que cuando vaya a un Udon, tenga la impresión de que le hemos dado más incluso de lo que esperaba”.

Su servicio de delivery aumentó considerablemente durante el confinamiento por covid-19, y eso incluso se mantiene en la actualidad. Aun así, ellos no han dejado de abrir restaurantes, también en el extranjero: Lisboa, Andorra, Miami y República Dominicana. “El hecho de salir fuera ha tenido algo que ver en nuestro crecimiento, pero realmente es a nivel nacional, el grueso de nuestro negocio está en España”.

Los 'Jordis' ante su comida.

Los 'Jordis' ante su comida. Irene Nadal

Los dos fundadores también destacan en este sentido la importancia de sus franquiciados, a los cuales catalogan como “envidiables”, otra de las razones de éxito: “Seguimos empujando y trabajando muchísimo y esto hace que cada vez tengamos más clientes de Udon que se hacen fans de la cadena”.

Los grandes desafíos

Un reto nada fácil en un momento en el que la hostelería se enfrenta a grandes mareas. Una de ellas, la de la falta de personal. En esta empresa, cuentan que tienen trabajadores que llevan con ellos desde el principio y que han ido escalando de puesto en puesto. “Tenemos mucha suerte con el equipo, lo llamamos ‘dream team’. Ahora acabamos de presentar un proyecto interno que se llama “Misión: felicidad”, queremos tener la máxima comunicación para saber lo que quieren nuestros clientes pero también las personas que trabajan con nosotros”.

Por otro lado, la proliferación de opciones que han surgido tras la pandemia: no solo el delivery, sino el ya famoso menú “calentar y listo” de los supermercados. Otra moda que en la mayoría de los casos resulta más rentable para el bolsillo del consumidor pero que no siempre va en consonancia con la calidad. Ante esto, Pascual se muestra sorprendidos por “la rapidez” con la que las grandes superficies han conseguido llegar a la situación actual.

Su franquicia ha facturado 44 millones de euros en el último año.

Su franquicia ha facturado 44 millones de euros en el último año. Irene Nadal

“A nosotros nos cuesta mucho abrir un restaurante —comenta—, sobre todo con el tema licencias, y ellos rápidamente han conseguido entrar en este tipo de segmento. Pero al final creo que nos hemos readaptado a la situación, hemos cogido hábitos. Sigo pensando que lo que es la experiencia de ir a un restaurante, el servicio, incluso el hecho social de decidir salir con amigos o familia para celebrar algo o porque no quieres cocinar, es algo completamente diferente a la posibilidad de poder comprar la comida en el supermercado o donde sea”.

Aunque haya múltiples canales de venta de comida asiática, la calidad sigue siendo una asignatura pendiente en muchos casos. Tal y como apunta Vidal, esto pasa en todos los tipos de gastronomía. “Mejores o peores calidades hay siempre, pero está claro que lo asiático se ha convertido en una moda. Yo digo que este tipo de cocina es la nueva ‘commoditie’, el nuevo italiano, que a todos os gusta comer algún día entre semana, o al menos, algún producto que tenga que ver con este tipo de gastronomía, ya sea en el supermercado o en el restaurante más tradicional”.