Iván Briongos habla con la seguridad de los telepredicadores de anuncio de YouTube. En un idioma plagado de anglicismos exageradamente bien pronunciados cuyo maná es forrarse sin doblar el lomo. Durante algún tiempo fue el rey de los criptobros en España. Llegó a ser un Chairman 100, un oficio cuyo guarismo del rango indica los miles de euros que ingresaba al mes.
Este lunes, el supuesto líder de la criptosecta IM Mastery Academy, acusada de estafar a miles de jóvenes, incluidos menores, a través de una estafa piramidal, se ha desmarcado de la organización y ha defendido que, como "distribuidor independiente", su rol era el de la mera "intermediación". La investigación de la conocida como Operación Carcoma se encuentra en fase de instrucción en la Audiencia Nacional.
La academia de trading —según más de 400 familias denunciantes, corroborada sus versiones por la investigación policial— consumía cerebros y voluntades hasta acabar con adolescentes emancipados para dedicarse exclusivamente a la organización. Briongos ha desdeñado cualquier acusación y ha defendido IM Mastery Academy como "una gran comunidad educativa, la mejor del sector que he conocido". Pese a ello, ha dicho "adiós" a una criptosecta que la Policía Nacional desarticuló en marzo de 2022. "Tras el revuelo mediático que ha habido con esta compañía, he decidido salir públicamente a defender mi imagen y mostrar la otra cara de la moneda".
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Aunque Briongos ha defendido que la empresa prestaba herramientas para la formación en el "marketing multinivel", una práctica legal en España, la Policía Nacional describe una red piramidal donde se prometía a los jóvenes importantes fuentes ingresos a corto plazo. ¿El esquema? Una inscripción inicial de 200 euros y una cuota mensual de 150 que se dejaba de pagar cuando el inscrito era capaz de enrolar a dos personas más en el negocio. Con la consecución de un tercero, directamente, se comenzaría a cobrar del resto de la pirámide.
"En la piramidal se suele vender la idea de hacerse rico en poco tiempo", ha acotado Briongos, que ha recordado sus años como mozo de almacén tras abandonar el bachilerato. "No soy un experto, pero copio y pego lo que me dicen los expertos", tuiteó en diciembre de 2015 junto a un emoticono de un mono tapándose los ojos y un saco con el símbolo del dólar. La idea de hacerse rico en poco tiempo, es decir, la clásica promesa sobre la que se cimenta una estafa piramidal. Según la Policía Nacional, Briongos se jactaba de haber reclutado directa o indirectamente a 2.500 personas.
Preguntado por las cientas de denuncias de víctimas de IM Mastery Academy, Briongos ha defendido que sus servicios de formación fueron contratados "por decisión propia" y de manera "libre", con la posibilidad de pedir la "devolución del pago" en una semana en caso de insatisfacción. La investigación policial, sin embargo, describe presiones y prácticas agresivas que disuadían del abandono. "Cada persona debe hacerse responsable de las decisiones que toma", ha advertido.
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El acusado, además, ha hecho hincapié en la ausencia de menores entre los alumnos de los cursos online y presenciales ofertados. Se ha basado en dos argumentos: en que no aceptaban a menores de edad y que esta es, precisamente, una de las condiciones para poder tener una tarjeta de crédito o débito. Casi todos los bancos, sin embargo, expiden tarjetas a partir de los 16 años y muchos, bajo la tutela parental, a partir de 14.
"Parece que el sistema obsoleto de los 80 no quiere ponerse a la altura de los países líderes. Nos quiere a todos sometidos a una nómina, pero sin libertades, sin esperanzas sin posibilidades de crecer", ha sustentado su crítica antisistema. "Los partidos políticos decadentes sólo quieren permanecer a costa de todos y de todo".
El presunto exlíder de IM Mastery Academy, pese a las informaciones publicadas y de los cientos de testimonios recopilados por la investigación, se ha mostrado optimista con su futuro judicial: "Si hasta ahora no me he pronunciado ha sido por respeto a la Justicia y por recomendación de mis abogados. Confío plenamente en la Justicia, que accede a la información sin basarse en rumores, por lo que sé al 100% que me va a dar la razón. No he cometido ningún acto ilícito, pero he sufrido las consecuencias de esta exposición pública donde no se ha respetado la presunción de inocencia".
Mientras tanto, ha dejado de alardear en redes sociales de sus viajes por todo el mundo, ha abandonado la criptosecta y a muchas de sus preguntas contesta su abogado.