El Servicio Andaluz de Salud tiene una deuda sonrojante con Mari Carmen Delgado: le detectaron tarde y mal un cáncer maligno. La concatenación de errores fue tan clamorosa que el SAS aceptó la reclamación patrimonial presentada por Mari Carmen, pero lo hizo con letra pequeña: rebajándole de 143.771 euros a 19.204 euros, la indemnización que reclamaba por una supuesta negligencia médica en el diagnóstico de un tumor que se saldó para ella con una doble mastectomía.
"El reconocimiento que hace el Servicio Andaluz de Salud del fallo que ha cometido, lo siento como si me dijesen: 'Toma y te callas'", tal y como reflexiona esta recepcionista de un hotel de Granada. "He decidido que voy a llevar el proceso a los juzgados por amor propio y para que esto no le vuelva a pasar a ninguna otra paciente".
Al principio, Mari Carmen no quiso reclamar nada porque su cabeza no estaba para pensar en indemnizaciones, sino para centrar todas sus fuerzas en librar una batalla a vida o muerte: "No quería demandarles para reservar mi energía en luchar contra esta enfermedad". Pero esta recepcionista cuenta a EL ESPAÑOL que una conversación que mantuvo con uno de los médicos que la trató, le hizo ver que no podía permanecer callada ante lo que había sufrido como paciente del Servicio Andaluz de Salud.
"Un cirujano me dijo: 'Espero que esto no lo dejes correr, si llegan a retrasarse más en diagnosticarte el cáncer, te mueres'". Algo hizo clic en su cabeza, cuando escuchó el luctuoso pronóstico que le hizo aquel médico y que ella sabía perfectamente que no era exagerado, tras haberse sometido a tres intervenciones quirúrgicas, quimioterapia, radioterapia...
Por eso ha decidido recurrir a los juzgados para exigir la indemnización que considera que le corresponde, apelando a un argumento demoledor. "Me gustaría saber si no llegan a tardar tanto en hacerme una mamografía y una biopsia, si a lo mejor no habría perdido los dos pechos o me podría haber ahorrado sesiones de quimio", tal y como lamenta Mari Carmen. "Pero eso ya no lo podré averiguar nunca".
La pesadilla de esta granadinaaína con el Servicio Andaluz de Salud comenzó en la primavera de 2016, cuando Mari Carmen tenía 45 años. "Un día me noté un bulto pequeñito en el pecho y pedí cita para ver a mi médico de cabecera por si tenía que hacerme una mamografía".
- ¿Qué le dijo su médico?
- Me hizo un reconocimiento y solicitó la prueba de manera urgente, pero tardaron en llamarme nueve meses para hacerme la mamografía.
La solicitud de esta prueba se produjo el 13 de abril de 2016 y no fue hasta el 26 de enero de 2017, cuando la citaron, tras 288 días de larga espera, donde esta mujer no se quedó de brazos cruzados, sino que acudió al Ambulatorio Mirasierra porque "estaba preocupada" por ese bulto en su pecho izquierdo. "Fui tres veces al centro de salud a preguntar y siempre me decían lo mismo: 'Están tardando porque hay mucha demanda, pero te llamarán'. Al final, me llamaron para ir de un día para otro al Hospital Virgen de las Nieves, sin poder organizarme en el trabajo".
- ¿Qué ocurrió en el Virgen de las Nieves después de nueve meses de espera?
- En el hospital había cuatro o cinco mujeres que casualmente eran del Centro de Salud Mirasierra y también se estaban quejando del retraso en la cita. La enfermera no tuvo tacto ninguno porque salió después de la mamografía y dijo en voz alta: 'Mari Carmen Delgado, quédese para hacerse una ecografía, el resto ya se pueden ir, está todo bien'. Al escuchar eso, el corazón se me iba a salir por la boca. La radióloga que me hizo la ecografía, ponía caras raras, y le pregunté si estaba todo bien. Ella me contestó que en 24 horas me llamarían para tomarme una muestra en una biopsia.
Me marché del hospital muy preocupada. Al día siguiente, en el trabajo, estuve pendiente del móvil todo el rato y no me llamaron. Pasó un día, otro, una semana, y seguían sin llamar. De modo que decidí contactar con el hospital y no sé con quién hablé, pero me leyó la cartilla: 'Mire, que nos ponemos muy nerviosas, nos asustamos mucho y a veces oímos lo que no queremos oír, si le han dicho que la llamaremos, pues ya le llamaremos'.
De manera que Mari Carmen, tal y como le ocurrió con la mamografía, volvió a sufrir un retraso en la realización de la biopsia: una prueba crucial para diagnosticar un cáncer y empezar el tratamiento. "Tardaron más de cinco meses en hacerme la biopsia porque la radióloga que me realizó la mamografía, no hizo informe de esa prueba, entonces, al no constar en mi historial clínico el informe de la mamografía, no me llamaban para la biopsia", tal y como resume esta recepcionista, que años después sigue sin poder entender semejante concatenación de fallos.
- ¿Qué hizo mientras volvió a esperar a ser citada para la biopsia?
- Cada dos por tres iba al Centro de Salud Mirasierra, recordándoles que me habían hecho una mamografía y que estaba pendiente de ser citada para una biopsia. Y siempre me decían lo mismo: 'Te llamarán, hay un protocolo'. A partir de ese momento sí empecé a enfadarme.
Tanto es así que un buen día de junio, Mari Carmen decidió esperar en el ambulatorio a que su médico terminase su jornada laboral para pedirle una solución. "Me planté allí y el doctor me metió en la consulta sin cita. Comprobó que no habían hecho un informe con el resultado de la mamografía, solo estaban las imágenes, pero no sé qué pudo ver, porque se le levantaron los pies del suelo y él mismo fue a pedirme cita para el hospital".
El 12 de junio de 2017 la sometieron a otra mamografía, a otra ecografía y a la ansiada biopsia. En aquella fecha, ya habían transcurrido catorce meses desde que la pobre Mari Carmen acudió por primera vez al ambulatorio preocupada por su bulto. El diagnóstico del Hospital Virgen de las Nieves le cayó como una losa a esta mujer que en ese momento tenía 45 años: carcinoma ductal infiltrante, en estadio dos.
"La doctora que me atendió no tuvo humanidad. Me dijo: 'Tienes cáncer, has dado positivo y es maligno'. Yo pensé que me iba a morir, solo recuerdo que me pitaban los oídos: tenía dos tumores en el pecho izquierdo".
Mari Carmen empezó con la quimioterapia en agosto, sin poder quitarse de encima la amarga sensación de que el Servicio Andaluz de Salud le robó un tiempo precioso. "Pensaba que me habían restado posibilidades para no perder los dos pechos o al menos, uno de ellos, porque conozco a mujeres que le sacaron un bulto sin pasar por la quimio. Pero a mí me sometieron a una mastectomía bilateral y luego sufrí otras dos operaciones, una para ponerme las prótesis mamarias, y otra porque la radioterapia me rompió una de esas prótesis. Además, en el brazo izquierdo me tuvieron que hacer un vaciamiento linfático para retirarme todos los ganglios".
Para superar este proceso tan duro, Mari Carmen subraya que jugaron un papel clave su marido, sus hijos, sus padres, sus amigos y sus compañeros en el hotel. "Ellos me sujetaron, fueron como mis pies y mis manos", resume con emoción. "Estoy muy agradecida". De hecho, su entorno siempre la animaba a emprender acciones legales contra el SAS. "Con los 19.000 euros que me ofrecen no recupero todo el dinero que he perdido en cinco años de baja".
A lo que hay que sumar las secuelas físicas que todavía sufre, por el desgaste de luchar con un tumor que se le extendió durante el retraso en el diagnóstico: "Me duelen mucho los huesos y siento fatiga".
- ¿Tiene que seguir acudiendo a Oncología?
- Todavía no tengo el alta definitiva. Debo hacer dos revisiones anuales hasta el año 2028. Es horrible, sufro ansiedad y entro en modo pánico cada vez que tengo una revisión, por miedo a que el tumor se haya reproducido.
De momento, todas las pruebas las va pasando de forma satisfactoria. A sus 51 años, Mari Carmen exprime cada día, disfrutando de su familia, de su trabajo, haciendo senderismo, incluso ha participado en la carrera contra el cáncer de Granada para apoyar la lucha contra esta enfermedad. Y también ha decidido contratar al abogado Joaquín Perales para llevar ante los tribunales, al Servicio Andaluz de Salud.
"Es evidente que si los medios se hubieran puesto al alcance de la paciente, en el momento correcto, a partir de abril de 2016, y no en junio de 2017, el resultado podría haber sido otro, tratando el tumor en una fase temprana", según argumenta Joaquín Perales, sobre un caso que califica de "negligencia del Servicio Andaluz de Salud". El letrado remarca que en el historial clínico de su cliente, está "acreditado" tanto "el daño físico" como el "daño moral" que ha sufrido a lo largo del proceso médico.
EL ESPAÑOL ha accedido al expediente del SAS donde concluye que solo se "estime parcialmente" la reclamación patrimonial presentada por Mari Carmen. Todo ello, después de exponer que la mamografía se solicitó "con carácter urgente" y no hay constancia de que esta paciente telefonease al Servicio de Radiodiagnóstico porque no la llamaban para hacerse la prueba.
También achacan la ausencia del informe de la mamografía que finalmente le realizaron, al proceso de fusión y desfusión de los hospitales Virgen de las Nieves y Clínico que causó "un complejo proceso informático". El Servicio Andaluz de Salud reconoce que existe "un nexo de causalidad entre el funcionamiento de la Administración y el daño alegado", pero considera que a Mari Carmen Delgado solo le corresponden 133 días de "perjuicio personal básico" y "daño moral".
Joaquín Perales, letrado de la paciente, avanza que el juzgado tendrá la última palabra: "Nuestra petición de indemnización asciende a 143.771 euros, por lo que habiendo evaluado el SAS el perjuicio en 19.204 euros, a pesar del reconocimiento de su responsabilidad, entendemos que se han quedado muy cortos en la compensación económica por lo que continuaremos la reclamación en vía judicial".
- ¿Cuáles serán algunos de los argumentos que planteará en el proceso legal?
- No se ha valorado correctamente el retraso en el diagnóstico que sufrió Mari Carmen, la pérdida de oportunidad para tratar antes su tumor y el daño moral. Hubo un retraso de meses, pero es que para colmo, las pruebas que le realizaron no fueron informadas y no fue hasta que la paciente demandó la información, de forma insistente, y acudió a su médico de cabecera, cuando se dieron cuenta de que la mamografía no fue informada y arrojaba un resultado de tumor maligno. Solo entonces, se activó el protocolo, sin poder evitar que le fuera declarada una incapacidad permanente total.