En el año 2022, 370 estudiantes españoles decidieron hacer las maletas para marcharse a Estados Unidos con una beca deportiva. Según AGM, una empresa española que lleva más de 15 años ayudando a deportistas patrios a obtener una educación de calidad en el país norteamericano, España es el cuarto país con más deportistas-estudiantes en universidades estadounidenses —tan sólo por detrás de Canadá, Reino Unido y Alemania—.
Mar García es una de ellas. A sus 17 años, ha tomado la decisión de marcharse a San Antonio, Texas, donde cursa el primer año de Marketing en The Incarnate Word University (UIW), una universidad cuyo equipo de golf pertenece a la División 1 de la NCCA. En él juega esta destacada golfista malagueña que ha tenido el privilegio de jugar para la Selección Española en varios campeonatos europeos de Inglaterra y Holanda.
"Desde pequeña, siempre he tenido en mente la posibilidad de irme a Estados Unidos. Conocía a otras chicas mayores que yo que ya se habían ido y me decían que era una gran oportunidad. Me gustaba la idea de venir a otro país, conocer otra cultura y poder así seguir jugando al golf", explica Mar en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
Los inicios de Mar en el mundo del golf vinieron por influencia de su tío, jugador profesional de dicho deporte, quien la convenció para que comenzara a jugar cuando tan solo tenía nueve años. "Estuve practicando ballet durante un par de años, sin embargo, mi tío hizo que finalmente me decantara por el golf. Me ayudó y me inculcó las enseñanzas de este deporte", cuenta.
Según Mar, encontrar un balance entre estudios y deporte en España no es nada sencillo. "En España no te dan facilidades para centrarte exclusivamente en el deporte si tienes un talento verdadero". A diferencia de nuestro país, en Estados Unidos "valoran mucho más el talento deportivo" y, para explotarlo, "te dan becas para que puedas estudiar al mismo tiempo", comenta.
De esta forma, la formación universitaria resulta fundamental para los deportistas, quienes, a pesar de destacar en su deporte, siempre tendrán unos estudios con el que labrarse sus futuros si finalmente el deporte no los acompaña en su camino. “Mis padres siempre me lo han dejado claro, es muy difícil poder dedicarte al golf toda la vida, por tanto, los estudios siempre han sido lo principal para mí”, explica.
Mientras, esta joven seguirá luchando por su sueño que es poder conseguir ser profesional del golf. "Me encantaría poder jugar alguno de los grandes tours mundiales de golf para profesionales femeninas", dice. Su futuro está por resolver, lo que tiene claro es que, por el momento, no tiene ganas de regresar a España. "Estoy encantada aquí, no tengo ganas de volver. Lo único que echo de menos de mi tierra es la comida y a mi familia, por supuesto".
Actualmente, España es el país que mayor número de tenistas y golfistas femeninas tiene en tierras norteamericanas, así como la tercera potencia en fútbol masculino. A esto último juega Martí Puigsegur, un joven futbolista barcelonés de 19 años que decidió trasladarse a Ohio, a la Rio Grande University, donde estudia el primer año de Sports and exercise science, lo que en España sería el CAFD, "aunque con matices", comenta Martí a este periódico. "La diferencia es que hay asignaturas muy enfocadas al coaching concepts, es decir, trabajamos cómo gestionar un grupo o un vestuario", apunta.
Martí juega al fútbol desde los cuatro años. Es un mediocentro talentoso, lo que lo ha llevado a jugar en las máximas divisiones en categoría infantil, cadete y juvenil. Además, tiene la peculiaridad de tener la doble nacionalidad española y andorrana, por tanto, ha sido internacional sub-16, sub-17 y sub-18 con la Selección de Andorra, con la que ha disputado varios campeonatos europeos.
Este joven futbolista vio también una gran oportunidad en el hecho de marcharse a Estados Unidos. “Quería seguir jugando al fútbol y no quería tener que priorizar los estudios o el fútbol, sino combinar las dos”, explica. Antes de iniciar el proceso junto a AGM, Martí tuvo que grabar un vídeo con sus highlights futbolísticos con el que demostrar a las universidades norteamericanas su nivel. “Me llegaron varias ofertas y al final me decanté por la universidad que tuviera tanto un buen programa deportivo como académico”, comenta.
Alto nivel
A pesar de que no haya mucha cultura del soccer (fútbol) en Estados Unidos, el nivel deportivo de los futbolistas universitarios suele ser bastante alto, en parte, por la gran afluencia de jugadores que provienen de distintas partes del mundo. De los 23 futbolistas que conforman la plantilla del equipo universitario donde juega Martí, no hay ninguno que sea estadounidense. “Hay chilenos, españoles, suizos, alemanes, ingleses... En nuestro equipo se respira mucho fútbol porque son países donde el fútbol se vive mucho. Al final la cultura del fútbol la llevamos los propios jugadores”, expresa.
En este momento se están disputando los torneos nacionales en Alabama. Sólo quedan diez equipos de todo el país, el de Río Grande, donde juega Martí, es uno de ellos. "Aspiramos a ganar el campeonato nacional", cuenta ilusionado. "La gente va a ver más baloncesto o béisbol, el fútbol les cuesta más a los norteamericanos”, aún así, los campeonatos universitarios de soccer “arrastran cada año a más gente que acude a ver los partidos", explica.
En cuanto a las becas, la cuantía va en función del nivel deportivo que cada jugador tenga. Con lo cual, "los futbolistas que provienen de canteras como la del Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid, apuestan más por ellos", dice Martí. "Las becas del primer año suelen ser más pequeñas, pero si aumentas tu rendimiento deportivo y académico, la beca aumenta. Te piden ser bueno tanto en el deporte como en los estudios, en las dos", explica.
La realidad es que si Martí se hubiese quedado en España, tendría que haber decidido si centrarse en su carrera o en el fútbol. "En España no entienden que un chaval tiene que sacrificar sus estudios si quiere dedicarse profesionalmente al deporte. No hay manera de compaginarlo a un alto nivel", expresa, y es que cuando este joven futbolista iba convocado con la Selección de Andorra, tenía que ausentarse del instituto.
"Es tu problema, tienes que arreglártelas tú sólo para no perder el ritmo de tus compañeros de clase. Aquí la mentalidad es distinta, si no has podido ir a clase porque te coincide con un partido, te ponen todas las facilidades del mundo para no quedarte atrás en los contenidos que han dado. Vas al despacho del profesor y te explica el temario de forma individual. Lo entienden perfectamente, al final estás representando a la universidad, con lo cual, es importante para ellos", dice.
De momento, Martí no quiere pensar mucho en el futuro. Sólo piensa en vivir la experiencia y continuar disfrutando de su sueño americano. "No quiero agobiarme con lo que venga. Me gustaría acabar la carrera aquí y después veré las opciones que tengo", cuenta. Lo que sí tiene claro es que no tiene intención de regresar a España, aunque admite echar de menos “su gastronomía y su clima”, el cual contrasta con las gélidas temperaturas de Ohio en invierno.
El caso de María
María Martínez es otra de las jóvenes deportistas españolas que decidió marcharse a Estados Unidos para así compaginar sus estudios con el deporte. Ella se dedica al tenis mientras estudia Media Studies (estudios audiovisuales) en la University of San Francisco, donde cursa el tercer año.
Esta joven asturiana de 20 años comenzó a jugar al tenis por tradición familiar. "Mi familia proviene del mundo del tenis, así que no me quedó otra opción que seguir con la tradición", cuenta María a este diario. Desde los 12 años practica este deporte, logrando colocarse entre las cinco mejores tenistas a nivel nacional en categoría junior. Mientras que en categoría absoluta femenina ha llegado a ocupar el puesto 47 del ranking.
"Me di cuenta de que venir a Estados Unidos era muy buena opción, aquí te ayudan a compaginar los estudios y el deporte, que era justo lo que necesitaba", dice. Para esta tenista resulta paradójico que, teniendo España un nivel deportivo tan alto, no se implante un sistema que permita a los deportistas compaginar su carrera deportiva con una formación universitaria. "Quieren que te dediques a ello casi de forma exclusiva si alcanzas un nivel alto, y, si no puedes, tienes que dejar el deporte, no hay un sistema de ayudas que te permita compaginar las dos cosas", expresa.
Por ahora, esta joven tiene claro que si no se dan las circunstancias para poder dedicarse al tenis en un futuro, “ya que es muy sacrificado”, sí que le gustaría “seguir compitiendo”. En cuanto a su carrera universitaria, le gustaría encaminarla por la producción cinematográfica, “lo que más me gusta del mundo del audiovisual”, cuenta María.
Becas para mujeres
Más del 60% de los deportistas españoles que estudia en Estados Unidos recibe becas completas durante sus cuatro años universitarios. Estas becas cubren todos sus gastos académicos, entrenamientos y competiciones, material deportivo, residencia en la universidad y comidas. Las ayudas rondan de media unos 25.000 dólares por curso, una cifra que suele ser superior en el caso de las chicas, -alrededor de los 38.000 dólares por curso-.
Esto sucede ya que, en Estados Unidos, las mujeres deportistas se ven beneficiadas por el Title IX, una ley federal aprobada en 1972 que obliga a las universidades a impulsar el deporte femenino para equipararlo en nivel y oportunidades al masculino. Una iniciativa que, según María, "resulta beneficiosa para las chicas" pero, al mismo tiempo, no es del todo justa para los chicos. "En el caso del tenis, a las chicas nos dan el doble de becas completas que a los chicos. Entonces hay chicos que, por muy buenos que sean, se quedan sin beca", dice.