Fue Ramón Tamames uno de los impulsores de la Comunidad de Madrid como región capital. No como provincia, sino como autonomía, como figura en el Título VIII de la Constitución. Y desligada de Segovia, como pretendió algún ucedista que llegó a reivindicar su configuración como ente uniprovincial.
Son esas batallitas constitucionales, nuestros entresijos fundacionales tantas veces contados a sus discípulos, las grapas que sujetan al protagonista de la sexta moción de censura de la democracia. Propios y extraños se preguntan por qué Tamames ha aceptado a sus 89 años la propuesta de Vox, remotísimas, milagrosas la posibilidades de éxito. Hay quien critica el maniqueísmo de Santiago Abascal. Otros apuntan a su ancho ego, "siempre sin la petulancia de los clasistas", acotan en su entorno. En el PP le sacan el jugo a los sinónimos de circo y en el Gobierno hablan de "teatrillo". Desde su círculo más íntimo reconocen que la posibilidad de exponer unos Pactos de la Moncloa 2.0. le ha devuelto la ilusión por la vida.
Porque poco tiene que ver el magma de Tamames y el de Vox, si bien encandilado el viejo profesor por el "patriotismo" desplegado por un partido que hace política a caballo. Que Tamames militara en el PCE, además, es un salvoconducto para Abascal, que para justificar una moción de censura a desmano parecía buscar en su candidato los atributos de Manuel Chaves Nogales, siendo la moderación sinónima de tibieza en Bambú 12.
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"No tengo ninguna preocupación en que el profesor Tamames en su intervención haga planteamientos que no son los de Vox", aseguró el líder de Vox este lunes en el Congreso de los Diputados, tras registrar la moción de censura. Abascal se conforma con una "coincidencia de mínimos" pese al descontento de algunos sectores del partido a causa de ciertos planteamientos del candidato.
Es el caso de asuntos tan capitales en el discurso de Vox como la inmigración o las drogas. Para el economista, "cerrar el grifo" migratorio sería "condenar a España a la despoblación acelerada" a medio plazo. Y ya en 1988, siendo diputado de Izquierda Unida, abogó por la legalización de la marihuana durante una sonada escaramuza parlamentaria con el diputado socialista Luis Yáñez. Aunque hay muchos más.
Cambio climático: gran preocupación de Tamames
Si hay algo que desasosiega a Tamames es el cambio climático, uno de los asuntos más tratados en las tertulias de la Sociedad de Pensamiento Lúdico de la que es impulsor. También una de sus más importantes inquietudes como investigador. "Lo que más preocupa a Ramón es el clima y el efecto del CO2 en el clima", avala a EL ESPAÑOL uno de sus colaboradores.
"La lucha contra el cambio climático y el calentamiento del planeta es sin duda uno de los grandes retos que tiene planteados la humanidad en el siglo XXI", reza la solapa de El grito de la Tierra. Biosfera y cambio climático (RBA, 2010), la obra donde el viejo profesor vuelca sus preocupaciones y pesquisas sobre la situación del planeta.
No se trata, desde luego, de un asunto compartido por el partido de Abascal, que propuso al Gobierno hace tan sólo cuatro meses eliminar la Oficina Española del Cambio Climático. También iniciar un marco de precios fijos sobre los derechos de emisiones de CO2 que permita la compensación hasta alcanzar la "completa supresión del mercado de emisiones". Un objetivo comprendido dentro de una Agenda 2030 que abominan.
La España de las Autonomías
Una de las banderías más enarboladas por Vox es la eliminación de las comunidades autónomas. No hay que teclearlo en Google para comprobarlo. Se trata, para Abascal, de un "papanatismo" que ha terminado por configurar "el chiringuito de los 17 estaditos". Tamames llegó a defender en una carta a Artur Mas tras el 1-O, tal y como ha recordado El Mundo, la posibilidad de aprovechar el momento y renombrar Cataluña como "Nación Catalana".
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Porque Tamames siempre fue defensor de las "realidades existentes" en territorios como Cataluña, País Vasco, Galicia o Andalucía, si bien ha denunciado en los últimos tiempos el excesivo poder amasado a su juicio por los entes autonómicos. "Hay que hacer algo con la Constitución, hay que darle un sentido, ya que en el Título VIII se pasaron de rosca, demasiada descentralización política", defendió públicamente en febrero de 2022.
Su propuesta pasaba por "reducir el número de diputados en los órganos autonómicos" para realzar la importancia del Congreso de los Diputados. Vox, directamente, aboga por la eliminación de la estructura territorial que consagra el texto constitucional.
Lucha feminista
La redacción del discurso de Tamames, ya escrito, fue el principal motivo de demora en la confirmación de la moción de censura. Desvela Fernando Sánchez Dragó a este periódico que llegó a tener 66 páginas pero que se amputó hasta las 60. Vox ha supervisado milimétricamente los discursos de Abascal, que presentará la moción, y de Tamames para que no haya incongruencias. Hay asuntos pactados, por tanto, aunque desde el entorno del autor de Estructura Económica de España se ufanan en defender la libertad absoluta de sus planteamientos.
La opinión de una y otra parte en torno al feminismo y los derechos LGTBI es uno de esos asuntos minados, donde las divergencias se hacen más obvias habida cuenta de que la legislación para la igualdad efectiva entre hombres y mujeres es uno de los emblemas heráldicos de Vox. No así para Tamames. "Creo que hay que defender a la mujer como hay que defender al hombre", expuso en una entrevista reciente al canal 24 horas, donde aseguró que "en absoluto" derogaría la actual legislación.
Defienden en su entorno que es "imposible" que defienda lo contrario, es decir, las tesis que iza Abascal. "Ramón es un feminista convencido desde hace más de 50 años y siempre ha abrazado los avances de la mujer, históricamente denostada", apuntalan las fuentes consultadas. "No pretende ni un paso atrás", añaden.
¿Franco o Sánchez?
Uno de los aforismos más elocuentes de Abascal y otras figuras del partido es que el de Pedro Sánchez es el peor gobierno "de los últimos 80 años". No hay que coger la calculadora para saber que era Franco el jefe de Estado en el intervalo temporal que expone el líder de Vox. El mismo Franco que, por cuyas ideas, por cuyo ánimo regeneracionista y democrático, encarceló a Tamames hasta en dos ocasiones.
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Una vez excarcelado en 1956, por cierto, junto con Sánchez Dragó, fue corriendo a apuntarse al Partido Comunista de España. No por sus firmes convicciones comunistas, sino por tratarse de la más efectiva de las oposiciones al régimen.
"Para Tamames, lógicamente, es peor Franco que Sánchez", aclaran desde su entorno, donde repiten que no será beligerante con el presidente del Gobierno. No para los principales dirigentes de Vox. Sí es cierto que, para el candidato a la Presidencia del Gobierno en la moción de censura, España se encuentra en el máximo nivel de alerta constitucional desde el 78.
Relación con los medios de comunicación
Acostumbra Vox a demonizar públicamente a los medios de comunicación, indistintamente de su orientación editorial, sospechosos todos de servir a la "dictadura progre", siendo la mera publicación de una información incómoda motivo de casus beli. El reciente caso del periodista Federico Jiménez Losantos, votante y uno de los grandes valedores del partido, convertido ahora en diana recurrente de sus simpatizantes más radicales, es un ejemplo claro.
El tour de Tamames por platós y periódicos, contactable prácticamente con marcar su número de teléfono y desligado de cualquier disciplina de partido, difiere de la actitud del partido derechista, que se prodiga poco por aquellos medios, casi todos, que no le son afines.
La trayectoria en medios de comunicación del catedrático en Estructura Económica es además dilatada. Tamames, presente en la fundación de El País, dirigió su anuario en los años ochenta y, a partir de 1993, el de El Mundo durante una década más. En ambos diarios fue además articulista, así como en Diario 16 o ABC. También han sido muy numerosas sus participaciones en revistas y tertulias radiofónicas.